Capítulo 21

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No sé sí me desperté por el hecho de que hacía frío o por la luz del sol que empezaba a abrirse paso entre las hojas de los árboles.

Me costó un rato orientarme, pero cuando recordé todo lo sucedido la noche anterior me incorporé desconcertada mirando a mí alrededor. No había nadie en el claro y la fogata estaba a punto de extinguirse. Era de aquellas mañanas en las que la energía parecía haberse esfumado de mí a pesar de lo bien que había dormido. .

Respiré hondo antes de cerrar los ojos y concentrarme en el movimiento del bosque. Podía percibir la presencia de alguien en la cercanía.

Sentía la tierra húmeda bajo mis pies y la vida que había en ésta: colmenas, arañas, un pájaro que parecía recoger su desayuno... y con movimientos suaves... descubrí una figura humana sobre la rama de un árbol.

Abrí los ojos lentamente y me encontré con otro par de un azul profundo que me miraba fijamente desde la altura.

—Buenos días, princesa ¿Dormiste bien? —preguntó Σs'κα con voz cansina.

—La verdadera pregunta es si tú dormiste... —repuse. Sonrió divertido—¿Dónde está Šhřιη?

Con un movimiento ágil se colgó de la rama e impulsándose, saltó al suelo cayendo de cuclillas.

Se acercó lentamente hacia mí.

—Fue por unas cosas que le encargué —se limitó a contestar.

Lo miré de pies a cabeza descubriendo su aspecto en realidad deplorable con su capa quemada de las puntas y su cabello castaño desordenado. No faltaban sus facciones cansadas y su mirada perdida, que sustituía a su acostumbrada expresión de superioridad que tanto me sacaba de quicio. Y a pesar de eso, en sí, se veía bien. La tierra en su rostro hacía que sus ojos azules se vieran más claros y su sonrisa más brillante. Parecía tan perfecto como un dios después de un combate.

—Σs'κα, descansa, me toca vigilar.

Él negó con la cabeza sin un ápice de burla en el rostro.

—¿Cómo está tu brazo?

Si no hubiera preguntado, nunca hubiera recordado que mi brazo izquierdo aún seguía vendado y lastimado.

—Nada que no se pueda arreglar... —musité.

Rápidamente me senté sobre el tronco caído y desenvolví la venda improvisada. Aunque fuera de la capa roja de Σs'κα, la sangre seca era mucho más oscura; la herida tenía un aspecto nauseabundo y el hedor no mejoraba la situación, pero no dije nada.

Σs'κα se sentó a mi lado y recargó ambos brazos sobre sus rodillas mirando hacia la fogata como si no pudiera ver la herida. Un sentimiento de culpabilidad se desdibujaba en sus facciones.

—Le pedí a Šhřιη que trajera algunas hierbas para ayudarte —informó.

Σs'κα diciendo eso; obviamente debía ser un sueño... ¡Tal vez todavía estaba dormida!

Sacudí la cabeza y recargué mi mano marcada sobre su hombro.

—Descansa, te despierto si pasa algo... —insistí.

Σs'κα sonrió con amargura al tiempo que se volvía hacia mí y tomaba mi brazo lastimado para examinar la herida. Aquella suavidad todavía me seguía sorprendiendo sobremanera.

—Te dije que no volvieras a disculparte por lo que dijiste... —comenzó con una suavidad abrumadora— porque... princesa... —Aquellas palabras me estaban tomando por sorpresa ¿Qué quería decir? Tal vez la incertidumbre, tal vez la curiosidad, no sé lo que provocó que los latidos de mi corazón se aceleraran— Quien debería disculparse soy yo. Fui un estúpido por lanzar el cuchillo... —dijo finalmente— discúlpame.

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