Mundo Ninja ~ MitsuBoru ~

Algo Temporal 🎥

Había entrado al canal aquella fría mañana de invierno. Hacía tiempo que no iba a ese lugar, al punto de sentirse extraño. Como si fuese la primera vez que asistía a un canal de televisión.

Boruto respiró bocanadas de aire antes de dirigirse a la oficina de su padre dónde debía firmar el contrato para las próximas tres temporadas de Mundo Ninja.

Al peliblanco no le causaba mucha gracia volver al mundo de la actualización, debido a que por culpa de ese ambiente su loca madre lo encontró y se interesó por su persona. Sin embargo, una vez más su padre y Sasuke consiguieron persuadirlo.

Y ahora ahí estaba dispuesto a seguir en el mundo de la actuación después de todo. Su estilo gótico llamaba mucho la atención de los allí presente, en especial de sus antigüos compañeros de rodaje.

Cuando entró al despacho de los productores vió a Mitsuki y a Kawaki allí. Ellos tres eran los protagonistas de esta segunda parte.

Las miradas nerviosas de Boruto y Mitsuki se cruzaron, viniendo a la mente del peliblanco lo sucedido la noche anterior.

El nerviosismo lo invadió al punto de costarle respirar. No supo qué decir. Súbitamente se sintió como un adolescente inexperto. Mitsuki se sentó sin pedirle permiso. Pero la forma en que lo miraba, molesto a Boruto ya que se sintió en falta.

— ¿Qué quieres Mitsuki? No recuerdo haberte invitado a sentarte en mi mesa.

Los dos amigos que estaban con Boruto inventaron una excusa y se fueron, dejándolos solos. Esto indignó más aún al peliblanco quien tomó otro trago de cerveza para calmar los nervios.

Mitsuki podía ver el intenso dolor que su sol llevaba dentro, sin embargo nada podía hacer al respecto ya que Boruto solo sabía cerrarse. Aquello lo descorazonaba debido al intenso amor que su alma albergaba por él.

Cuando quiso entablar una especie de conversación, Boruto lo cortó.
— Ahórrate el sermón Mitsuki, ya no soy el de antes. Te guste o no cambié. Ahora sí me disculpas, debo volver con mis amigos.

Sujetando la lata de cerveza se levantó y se fue. Dejando a un desolado Mitsuki atrás, quien lo contemplaba alejarse con preocupación y tristeza.

Ahora, de regreso al presente Boruto observó tanto a Kawaki como a Mitsuki firmar el contrato. Cuando llegó su turno puso requisitos extras.

— Antes de firmar el contrato quiero poner algo en claro — aquello despertó el asombro de los allí presentes quienes lo miraron asorados. Boruto sonrió complacido — No aceptaré cualquier basura como libreto, mi personaje no será denigrado por guionistas mediocres. Son mis términos, tomenlos o déjenlo.

Naruto contempló a su hijo sin dar crédito a lo que oía. Hasta su propia vestimenta era diferente, ahora combinaba el negro y el rojo. El estilo gótico era su nuevo luk ahora, que lo llevaba incluso en su música misma.

Aquello era lo que más enamoraba a sus fans, y era la forma que Boruto tenía para ocultar su inseguridad y gran temor.

— Boruto — la voz de su padre era dura y metálica — Solo firma el contrato, lo demás se hablará luego.

Las miradas del padre y del hijo se cruzaron, y por un momento reinó el silencio. Pero Boruto resopló indignado, al tiempo que firmaba el contrato. Luego suspiró mientras encendía un cigarrillo. Mirando a su padre con rebeldía dijo:

— Listo padre, ya firmé el contrato ¿Satisfecho?
— No hijo, pero hablaremos en casa seriamente — respondió Naruto.
— Tks

Boruto salió de la oficina de su padre cuando su celular sonó. Al ver quién era, resopló molesto pero atendió.

— Hola
— ¿Dónde estás Boruto?
— En el canal, acabo de firmar contrato para la segunda temporada de Mundo Ninja.

— Wow, estupendo. Hay que festejarlo.
— ¿Dónde?
— Paso a buscarte al canal y vamos a mi departamento ¿Te parece Boruto?
— Te espero Darien.

Al colgar Boruto suspiró profundo. Su relación con ese pelirosa era algo temporal. Sin compromiso. Boruto se alejó de allí. Salió del canal justo a tiempo, ya que Darien llegaba en su Lamborghini.

El peliblanco arrojó el cigarrillo al suelo y lo pisó, para luego entrar al auto en el asiento del acompañante. Darien lo miró sonriendo y arrancó desapareciendo entre la nieve del invierno.

Boruto colocó su mochila en el suelo y se recostó en aquel cómodo asiento respirando profundo. Cerró los ojos para relajarse y colocar la mente en blanco.

— ¿Todo bien? — preguntó Darien
— Como siempre Darien.
— ¿Tomaste la pastilla que te recetó el psiquiatra?
— No Darien, aún no.

Darien estacionó en esos momentos y sacó una botellita de agua ofreciendosela a su amigo. Boruto abrió sus ojos y suspiró profundo. Buscó en su mochila el remedio para tomarlo.

Cuando el peligrosa se cercioró que su amigo había tomado aquel tan importante remedio, recién se calmó y lo abrazó con ternura. Boruto le respondió aquel abrazo con otro más intenso aspirando su aroma.

Darien lo devoró a besos salvajes, mientras Boruto se pegaba a su cuerpo con desesperación. Cuando se separaron para respirar, el pelirosa sonrió y murmuró en sus labios.

— Debo manejar, así llegaremos más rápido a mi departamento.
— Darien, ayúdame a no caer en las drogas. Por dios...

La angustia de Boruto era intensa, solo con el alcohol, el cigarrillo y el sexo podía decir que estaba en paz y Darien era perfectamente conciente de ello. Pero no permitiría que los traumas de su pasado le arruinen la vida.

Después de todo Darien sabía que ese peliblanco era una buena persona, además de haberse convertido en un hermoso joven. Aunque lo de ambos era algo temporal, el pelirosa en verdad lo estaba disfrutando.

— Jamás dejaría que te autodestruyas así Boruto. Es más, debes dejar de fumar tanto ¿Entiendes? — Boruto asintió con la cabeza en silencio — Bien, muy bien amigo mío.

Darien encendió el auto y prosiguió la marcha, mientras Boruto le acariciaba la entrepierna apoyado en el asiento mirándolo embelesado.