-Escucha, Lio, tendremos que ajustarnos a un nuevo horario. Tengo que trabajar y no voy a poder estar aquí todo el día.Están flotando en la laguna. El agua fría hace maravillas para combatir el calor que todavía se aferra al ambiente. Memo se había metido con un short y playera, sin aceptar para si mismo que lo pondría demasiado nervioso estar medio desnudo cerca del tritón, por mucho que a él no le importe.
-¿Trabajar?
-Si, en el acuario. Pero vendré un rato en la tarde y los fines de semana. Te lo prometo.
Lio se queda callado, Memo sabe que reducir su tiempo juntos lo iba a deprimir, pero no podía simplemente quedarse a vivir para siempre aquí.
Lio estaba ahora en la orilla, sumergido hasta que solo sus ojos eran visibles, Memo se acercó nadando para quedar uno frente al otro, colocando un brazo sobre la roca para sostenerse.
-Es importante que vaya, necesito el dinero, te compraré uno de esos postres de los que te hablé. El que tú prefieras.
Lio se acerca, parece tímido por razones que Memo no puede comprender. El tritón pasa sus brazos por la cintura de Memo, colocando su cabeza sobre su hombro. Memo tiene cinco segundos de pánico antes de pasar su brazo libre por la espalda de Lio, con cuidado de no tocar sus branquias o la aleta dorsal.
-¿Volverás? ¿Prometes?
Susurra y se le rompe un poco el corazón al pensar en el tiempo que debe haber pasado solo para estar tan asustado de que Memo no regrese. Cómo si Memo pudiera alejarse de él.
-Te lo prometo. ¿Qué te parece si el siguiente sábado te traigo una crepa?
Siente a Lio asentir contra su piel, es lo más cerca que han estado desde la noche que durmieron juntos, tiene a las mariposas en el estómago de Memo volviéndose locas, disfrutando de tenerlo tan pegado a su cuerpo.
Ambos salen del agua poco después, Memo secando su cabello con una toalla, Lio creando pequeñas ondas en la superficie de la laguna cada vez que mueve su cola. A Memo le da curiosidad si las escamas en su cola se sentirán como las de un pez o más parecidas a las de una serpiente.
Con vacilación, coloca su mano donde su aleta se dobla, dándole tiempo a Lio de detenerlo si era algo que no quería. Acaricia las escamas, sintiendo la humedad y la textura debajo, no le parece desagradable, es como pasar sus manos por una serpiente mojada.
Lio saca por completo su cola del agua, dejando descansar su peso sobre las piernas de Memo. Memo se permite pasar sus manos por toda la extensión hasta llegar a la aleta. Puede sentir pequeñas contracciones cada que pasa sus manos de arriba a abajo.
-¿Está bien? -Memo susurra, volteando a ver a Lio, sin dejar de acariciarlo.
-Haces cosquillas.
Lio se mueve más cerca, Memo acaricia más arriba de su cola, deteniéndose poco antes de llegar a su cintura y volviendo a bajar. Está hipnotizado por la forma en que brilla, el plata y el celeste difuminados al estar tan juntos.
Memo permite a sus manos subir más, pasar de la cola escamosa a la piel, tomándose un tiempo extra para acariciar esa parte donde convergen y se diferencian. Lio se mueve inquieto hasta que está sentado sobre el regazo de Memo, permitiéndole tocar alrededor de sus branquias y su aleta en la espalda.
Memo puede sentir su corazón acelerado, el peso de Lio sobre sus piernas, su piel fría bajo sus manos, es demasiado irreal que esté sucediendo. Se están mirando a los ojos, tan cerca que puede sentir contra sus labios los jadeos que Lio está dejando escapar y puede ver un rubor sobre sus pómulos.
-Eres precioso.
Memo murmura, no queriendo romper su burbuja, se ha contentado con mantener sus manos en la cintura de Lio, manteniendo al tritón estable sobre sus piernas.
Lio le sonríe, acercándose para dejar un beso húmedo sobre su mejilla, evitando el contacto visual cuando se separa.
-Debería volver al agua.
Memo lo deja ir, observándolo desaparecer, es la primera vez que Lio le pide que se vaya, no esperaba que doliera tanto. Si, sabe que está desarrollando sentimientos por él. No puede ignorar las señales que le dicen que se está enamorando, ni quiere evitar sus sentimientos. Es dulce, curioso, divertido, una joya absoluta. ¿Cómo podría no enamorarse?
No espera que Lio le corresponda, no ahora, que sus sentimientos son nuevos y frágiles; no después, cuando esté tan enamorado que no podrá pensar en nadie más. Lio necesita tiempo, todavía no conoce la historia de cómo llegó aquí, todavía faltan cosas por descubrir uno del otro.
Memo está dispuesto a darle todo el tiempo que necesite y si de casualidad, corresponde su cariño, estará agradecido por ello.
Por ahora, recoge sus cosas y vuelve a casa, abrazando una almohada como quisiera abrazar a Lio.

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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...