Viviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños.
Per...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Perder a alguien duele, duele muchísimo, pero ese inmenso dolor no es más que otra muestra de amor. Si amas tanto a alguien, cuando se va, ese sufrimiento es proporcional al amor que le tenías.
No huyas de ese sentimiento, no le tengas miedo. Abrele los brazos, recíbelo con gratitud, ayudará a tu alma a sanar. Si, el proceso será difícil, pero al final... Te dejará con todo lo bueno que tuviste.
Lio no lo entendió la primera vez que madre se lo dijo, aquella noche que regresó a casa y ambos durmieron abrazados, bajo la protección de las rocas y el resto de la familia.
Madre solo le sonrió, abrazándolo con más fuerza. Lio le contó de su compañero, de como lo protegió y lo cuidó, de como aceptó regresarlo al mar aunque le dolía tener que hacerlo.
Lio estaba en casa, pero en su corazón sentía que algo le faltaba.
Algo importante, una pieza de su alma.
Pasaba largas noches observando la luna en el cielo, consiente de mantenerse fuera de las miradas curiosas de los humanos. Sin embargo, se encontraban a mitad del océano, sería difícil que alguien pudiera llegar a su posición.
Su canto cambiaba, a veces su canción era dulce y espesa como la miel, teñida de una felicidad inigualable por regresar a casa, con su familia. Pero había ocasiones que era un canto triste, su alma llorando por su amado que estaba lejos, con quién quizás nunca volvería a encontrarse.
Madre cumplió su promesa, ahora que era mucho más fuerte, podrían ir a ver los nacimientos de las ballenas blancas, acompañarlas en su migración. El resto de su familia se mostró feliz de ir con ellos, viajar y recolectar cosas de otros océanos.
Gracias a las belugas, logró encontrar una vez más a su compañero.
Sus cantos lo guiaron a la pieza que le faltaba a su felicidad, por muchos años, vivir junto a su humano lo llenó de dicha absoluta. Años juntos, conviviendo en ambos mundos hasta que tuvo que decirle adiós de forma definitiva.
Solo para encontrarlo en la siguiente vida.
[ 🐳 ]
No sabe que lo despierta, pero se encuentra abriendo los ojos a la oscuridad de la habitación. Las mantas están revueltas en la mitad inferior de su cuerpo y lo hacen sentir frío.
Vuelve a cubrirse, tratando de volver a dormir cuando siente movimiento del otro lado. Se da la vuelta, evitando por poco golpear su cabeza contra el objeto que descansa en su lado de la cama. Lo mueve con algo de molestia para poder tocar el hombro de la persona dormida que no deja de agitarse.
—Despierta, amor.
Murmura, él toma una respiración agitada y se queda quieto. Se da la vuelta, sus ojitos adormilados se encuentran con los suyos, él suspira y se envuelve más en las mantas.
—¿Tuviste una pesadilla?
—No. Fue... Fue un recuerdo, vos sabés, de antes.
Se acerca más, él sonríe y quita el objeto para que se pueda pegar a su cuerpo. Pone los ojos en blanco, todavía sin creer que accedió a dormir con su prometido y la copa del mundo.
Su Leo se acomoda entre sus brazos, su barba le hace cosquillas en el pecho. Deja un beso sobre su cabeza, estirándose para encender la lámpara en la mesita de noche. La habitación se llena de luz azul, imágenes de belugas nadando son visibles en el techo, junto a pulpos, peces y un tritón.
No saben por qué los recuerdos de sus vidas pasadas se aferran con fuerza a ambos. Estar en el agua calma a Leo y lo pone en mejor ánimo cuando está estresado. Él todavía encuentra consuelo en las belugas y el aroma salado del mar.
—A veces yo también tengo esos sueños. Recuerdo el día que desapareciste, el pánico que sentí cuando no podía encontrarte. Pensar en ti, solo en algún lugar horrible...
Lo abraza más fuerte. No es común que hablen de sus vidas anteriores, los recuerdos han disminuido desde el día que se encontraron en el partido. Antes, era como estar desesperados por encontrarse, ahora que están juntos de nuevo, la tranquilidad reina en sus mentes.
—Recuerdo muchas cosas diferentes. La primera vez que estuve cautivo, cuando me alejaron de vos, el día que no me pudiste reconocer, el día en que te perdí.
Su voz se quiebra al final, no imagina cómo debió ser vivir tanto tiempo con ese dolor en su alma. Besa su cabeza, esperando a que pase el temblor de su cuerpo y se sienta mejor para seguir hablando, esa misma conexión sin palabras sigue intacta, como si todavía tuvieran ese vínculo de antes.
—No recuerdo todo. Pero se que fue difícil estar sin vos durante tanto tiempo.
—Estamos juntos ahora, mi amor. Y en esta vida nada nos impide ser felices.
Han enfrentado muchas dificultades. El mundo no esperaba su conexión inmediata ese día, hubo muchos sorprendidos cuando después de tres meses anunciaron su compromiso.
Recibieron apoyo, pero también mucho odio de las personas que antes decían admirarlos y amarlos. Se disculpó múltiples veces con él, argumentando que el anuncio de su boda había opacado su victoria en el mundial y no era justo que su sueño se viera afectado.
Leo le había dicho que no había nada más en el fútbol para él, tenía la copa del mundo, con la que incluso lo obligó a dormir, y lo tenía a él. No podía pedir nada más para el resto de su vida que encontrarse otra vez con su alma gemela, para amarse muchos años más.
Sus verdaderos amigos se quedaron a su lado. Felicitándolos y deseándoles lo mejor. Quizás el mundo jamás podría aceptarlos, pero tenían el apoyo de quienes más querían, sus familiares y amigos.
—¿Podés darme un beso antes de dormir?
—Lo que quiera mi tritón.
[ 🐳 ]
Seis meses después de ese encuentro que encendió chispas en ambos, se casan.
Es una boda sencilla. Sin reporteros ni prensa para chismorrear sobre sus asuntos privados. Solo sus familias y los amigos o compañeros que siguieron hablando con ambos luego de su gran anuncio.
Están unidos por algo mucho más grande que un acta humana. El ritual en sus vidas pasadas unió sus almas para toda la eternidad. Pero se siente bien poder tenerlo en un documento, presumirse el uno al otro y nombrarse esposos de manera oficial.
A nadie se le hizo muy extraño el tener pequeñas belugas en la ceremonia y en la fiesta, dejándolo como un simple detalle más. Cristiano y Javier, por otro lado, se llevaron una de las ballenitas de peluche que habían colocado en las mesas.
Bailan juntos, sonriendo todo el tiempo con el amor visible en los ojos, brillando mucho más que las estrellas en la noche.
Danzan bajo el manto del cielo nocturno cubierto de estrellas, con el sonido del mar de fondo.
Terminan la noche con un beso que los transporta muchos años atrás y les muestra muchos años por venir, llenos de dicha y felicidad.
Si se concentra lo suficiente, casi puede sentir la piel escamosa debajo de sus dedos, el olor salado del mar y la suavidad del adorable tritón que con una simple sonrisa y una mirada dulce se robó su corazón.