El segundo regalo que le da Lio es un coral rosa.El coral también es un regalo tradicional, que se puede dar en cualquier momento del cortejo. El color es opcional y depende de los gustos de cada tritón.
Comúnmente, la persona que recibe el coral debe cuidarlo y verlo crecer, es una manera de decir que pondrá todo lo que esté a su alcance para hacer funcionar la relación. Memo no está seguro de cómo cuidar de un coral, así que solo lo lleva a casa y lo mete en una pecera con agua marina.
Está un poco asustado de que el coral se muera, no queriendo tener que contarle a Lio lo que pasó con el regalo. Le comenta sus preocupaciones al tritón al día siguiente, ganándose una carcajada.
-Imaginé sería difícil para un humano cuidar algo que pertenece al agua. Sería lindo si logras mantenerlo con vida, pero tenía en cuenta que podía morir si te lo daba.
-Bueno, gracias, aún si lo mato por accidente, es muy bonito.
Lio le sonríe desde donde está en el agua, nadando de un lado a otro.
El tercer regalo es el cascarón de una tortuga. Memo no tiene idea de dónde lo encontró Lio, pero lo toma con extremo cuidado, observando el interior vacío.
-El resto de regalos son de libre elección. Pensé que podría gustarte tener cosas interesantes.
En realidad si, le gusta. Tiene una pequeña colección de cosas que ha encontrado en la playa y llamaron su atención, añade con cuidado el cascarón, que encaja perfectamente en el resto de conchas marinas y piedras.
-El coral sigue vivo, por cierto, aún no se cómo, pero sigue sobreviviendo.
Lio le da un beso en la mejilla ante eso, diciendo que es su recompensa por su esfuerzo. Memo se pone rojo escarlata.
Se siente solo un poco estúpido cuando compra un peluche de una beluga en el acuario donde trabaja, el resto de sus compañeros saben bien que le gustan las ballenas, así que no lo cuestionan cuando sale un día con la ballena blanca rellena de algodón bajo el brazo.
Está impaciente de que llegue el siguiente sábado, pasa la semana ignorando las feas miradas de parte de Cristiano y riendo junto a Andrés cuando ven a Neymar hacerle ojitos dulces a Saúl, quién no se da cuenta de los obvios intentos de coqueteo de su parte.
El sábado, toma su peluche y su mochila con las cosas habituales, casi corriendo para llegar al muelle, tomar su bote y navegar hasta el hogar de su tritón. Cuando entra a la cueva, lo encuentra recostado sobre la roca de la orilla, parece estar dormido, así que Memo se acerca con lentitud.
Su cola brilla mucho más cuando está fuera del agua, parecen pequeños diamantes incrustados en aguamarina, mantiene la vista dónde las escamas se difuminan hasta convertirse en piel grisácea. Quitando las partes donde están sus branquias y demás escamas, su piel se ve muy suave. Memo sabe que lo es.
Deja a la ballena en una parte seca del piso, acostándose al lado de su tritón con un brazo para sostener su cabeza y poder mirarlo desde arriba. Acaricia el rostro de Lio con los nudillos de su mano libre, todavía no entiende como es que está criatura mística lo eligió a él como su compañero y desea compartir un vínculo de por vida con él.
Aunque sabe que su vida es un suspiro al lado de la de un tritón. Memo tendrá suerte si alcanza los cien años. Las sirenas viven al menos trescientos años. Su Lio vivirá mucho más que él, y se convertirá en nada más que un recuerdo, una cicatriz permanente en la memoria de Lio.
Por eso, está dispuesto a demostrarle todo el cariño que pueda, quiere que cuando muera su dulce tritón recuerde todo lo bueno que pueda darle, alejando los malos recuerdos.
Lio se despierta lentamente, sus branquias trabajando con un poco de dificultad por estar fuera del agua. Memo se levanta y ahueca sus manos para poder echar agua sobre su cuerpo, viendo cómo respira más tranquilo en cuanto lo hace.
Memo regresa a su posición anterior cuando Lio abre los ojos, tardan unos segundos en enfocarlo y cuando lo hacen sonríe tan bonito que acelera el corazón de Memo.
Coloca una mano sobre su mejilla, viendo a su tritón sacudirse los resquicios del sueño que se aferran a su mente. Lio vuelve a mirarlo, besando la palma de su mano.
-Guille.
Un simple susurro, dos sílabas que forman su nombre pero lo dice como un mantra sagrado, como si Memo lo anclara a la superficie, como si fuera su todo.
Memo sabe que está perdido, jamás podrá amar a nadie más como ama a Lio.
Así que hace lo único que cree razonable hacer con ese descubrimiento.
Se inclina y lo besa.
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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...