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Memo en realidad no tiene una relación muy cercana con su familia restante, sus tíos habían estado ahí el principio, cuando la pérdida era nueva, pero después de un tiempo todo lo que tenía era a sus amigos. Todavía le hablan para saber cómo se encontraba su padre, aunque él era el único que lo seguía visitando de vez en cuando.

Quizás por eso está tan sorprendido cuando en una salida con Lio y Andrés, encuentran a uno de sus familiares. El primero de sus tíos en insistir en meter a su padre a un asilo cuando el hombre empezó a hablar con paredes.

Memo se siente incómodo en el primer instante que se acerca a abrazarlo, odiando que lo traten como si fueran tan cercanos cuando solo llaman para preguntar si su padre sigue vivo. Lio se aferra a su brazo tan pronto su tío lo suelto, fijando su atención en la persona desconocida.

-Y, ¿quién es este joven?

Memo siente la garganta seca, el latido de su corazón es errático mientras el pánico se hace cargo. Sus amigos no han cuestionado la historia de vida de Lio, aceptando que un día había aparecido en la vida de Memo y ya, el único que sabe la verdad es Andrés. Sabe que cualquier cosa que digan se volverá un chisme completo que dará vueltas en el pueblo durante semanas.

-¡Es mi primo! -Andrés exclama, Memo lo mira como si estuviera loco y Lío se ve confundido.

-¿Y cuál es su nombre? -La pregunta está dirigida específicamente al tritón.

-Lio -responde, con su dulce voz. - ¿Qué mirás?

-Si, se llama Lionel Messi, mi primo, somos primos muy lejanos. Él es eh... Es extranjero. Es malo socializando y él es, es de Argentina, si, por eso está aquí, si. -Andrés sonríe, poniendo una mano en el hombro de Memo. -Memito es bueno con la gente, así que son muy unidos.

Memo es muy consciente de la mano entrelazada con la suya y como Lio está pegado a su costado sin un milímetro que los separa. Serán la comidilla del pueblo.

-Bueno, felicidades Guillermo.

Con eso, se va, ya sacando su celular seguro para contar la noticia. Andrés suspira igual que Memo, quien pasa un brazo por la cintura de Lio y voltea a ver a Andrés.

-No sé cómo carajo se creyó el montón de estupideces que dijiste. Eres horrible para improvisar.

Andrés le saca la lengua, continuando con su camino. Acompañan a Andrés a buscar los anillos para su boda, Memo será su padrino. Todos están bastante emocionados con la celebración.

Memo en realidad aceptó venir hoy porque quiere darle un regalo a Lio, algo que pueda llevar con él en su forma humana y como tritón. Lio adora ver cosas nuevas así que se entretiene fácilmente junto a Andrés, ambos viendo anillos tradicionales de boda.

Busque entre los estantes hasta que lo encuentra. Un collar de cadena sencilla con una piedra en forma de concha marina, brilla de tonos blancos y azules, de la misma forma que lo hace la aleta de Lio. Lo compra, sosteniendo la bolsita con cuidado y regresando a donde Andrés terminó sus compras. Anillos dorados con sus nombres a juego.

Andrés todavía tiene cosas que hacer, así que se separan. Memo lleva a Lio a caminar a la orilla del mar, tomados de la mano y sintiendo el calor de la arena. Lio se detiene un momento, con la mirada fija en dónde cielo y mar se unen.

Memo saca el collar de la bolsa, colocándose detrás de Lio para ponerlo en su cuello. Lio lleva una mano a dónde descansa la joyería, sintiendo la forma y sonriendo cuando Memo lo abraza por detrás, ambos viendo las nubes.

-¿Te gustaría una boda?

La pregunta lo sorprende un poco, porque realmente nunca había pensado mucho en eso antes. Piensa en lo que tiene ahora con Lio, para muchos es su novio, pero para Lio el vínculo está completo, son compañeros.

-No lo sé. Quizás. Si te soy honesto, solo tenerte conmigo es suficiente.

Lio se da la vuelta para que puedan besarse. A Memo le recuerda su primer beso, con el sonido del agua de fondo. Se siente tan lejano de esa primera vez que lo vio, con el calor del verano todavía en apogeo y ahora, el frío del invierno empieza a llegar.

Se besan con ternura y con amor, lento, sin prisa, solo buscando disfrutar del contacto. Memo sabe que nunca podrá tener suficiente de los dulces labios de su tritón. Cuando se separan, Memo lo observa, la luz del sol ilumina sus rasgos y hace brillar su collar.

-Te amo.

Murmura, mirando a los ojos de Lio, se le corta el aliento cuando brillan celestes por un segundo, como si el océano mismo viviera dentro de sus ojos.

-Səni kjærlighet.

El canto de la belugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora