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Memo se pone de pie en un segundo, acercándose a la orilla del barco y congelándose cuando hace contacto con un par de ojitos celestes.

El tiempo ha retrocedido al día de su primer encuentro; una mirada curiosa, un paso adelante, una extraña danza creada solo entre ambos. Se siente como una eternidad el tiempo que mantienen el contacto visual, cómo si el mundo hubiera dejado de girar y estuvieran solo ellos junto a ese vínculo innegable.

Memo no cree lo que está mirando, no se atreve a creer que está viendo el rostro de su tritón ahí, acercándose a él cada vez más, las lágrimas se acumulan en sus ojos, empañando su vista.

Lio apoya las manos en el botecito para alcanzar la altura de Memo, quién solloza ante el primer contacto de la mano fría del tritón contra su rostro.

-¿Eres real?

Susurra, su corazón no soportaría lo contrario, despertar para ver qué no fue nada más que un sueño demasiado realista lo rompería por completo.

Lio sonríe, acercando más el rostro de Memo hasta que los separan a penas centímetros.

-Tan real como nuestro amor, kamerat.

Memo lo besa, lo besa poniendo todo el anhelo que ha albergado en su corazón desde que le dijo adiós. Lio corresponde con el mismo sentimiento, amor fluyendo entre ambos ahora que se han reencontrado.

Memo baja los brazos para tomar a Lio de la cintura y levantarlo, no puede tener suficiente de él ahora que lo tiene en sus brazos. Se besan con desesperación, con necesidad, con amor.

Cuando se separan, Lio tiene los ojos húmedos y los labios brillantes, le da una sonrisa enorme mientras las lágrimas caen de sus ojos.

-Te dije que nos volveríamos a encontrar.

-Nunca dejé de esperarte, amor, siempre deseé... Siempre quise...

Lio lo besa con suavidad cuando Memo no puede continuar, sollozando con el rostro enterrado en el cuello de su tritón. Es real, está aquí, están juntos. Su piel fría contra la suya caliente, la salinidad del océano, el vaivén del bote. Todo le dice que es real.

-Te amo, te amo tanto.

Lio vuelve a besarlo, calmando su llanto con dulces besos hasta que Memo puede sentir su corazón ligero. Están juntos.

Lio se ve radiante. Su piel brilla al igual que sus escamas, se ve increíblemente feliz y bien. A Memo se le llena el corazón de felicidad, sabiendo que hizo lo correcto cuando lo dejó ir, Lio nunca se había visto mejor que ahora.

-¿Eskyet?

Memo aparta la vista del tritón en sus brazos cuando ve a alguien más salir a la superficie, su piel brilla igual que la de Lio y los mira con confusión.

-Tayka. Kamerat.

La sirena se acerca al barco, con la vista fija en Memo. Lio está prácticamente adentro del barquito y la ayuda a subir, nota sus escamas celestes brillar.

Memo pasa saliva cuando la sirena coloca una mano sobre su mejilla, acariciando. El gesto le recuerda tanto a su madre que no puede evitar apoyarse en el contacto, viendo la sonrisa en el rostro de la sirena.

-Cuidaste a mi pequeño. Təşəkkürlər.

Él le sonríe, observa curioso como Lio y la sirena juntan sus frentes y cierran los ojos. Lio vuelve a verlo cuando se separan, tomando su mano.

-Ahora mi familia está completa.

Memo escucha movimiento en el agua, observa asombrado a más tritones y sirenas aparecer, algunos se acercan a tocar su barquito, hablando en un idioma que no entiende.

El canto de la belugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora