Siente su corazón acelerarse y las manos temblar. Lio, su Lio, su maravilloso y dulce tritón no está ahí. Se supone que se encontrarían en el mismo lugar donde se vieron por primera vez, su lugar seguro, el hogar de Lio.Y no está ahí.
Memo sabe que el tritón no se perdería su reunión por nada del mundo, siente las lágrimas acumularse en sus ojos y las deja caer libremente. Su mente es un monton de palabras y preguntas confusas. ¿Dónde está Lio?, ¿por qué no está aquí, con su dulce sonrisa?, ¿por qué?
Memo sube al bote, llorando y temblando por el pánico ciego. A penas se detiene a amarrar el bote al muelle cuando corre hasta su casa, la noche oscura le hace tropezar varias veces pero logra llegar.
Abre la puerta de un empujón, gritando el nombre del tritón. Casi esperando verlo aparecer desde la habitación, con el cabello desordenado por estar recién despertado. Memo revisa la casa, cada vez más asustado cuando no logra encontrarlo.
Su vista se fija en la ballena blanca en el sillón, su cabeza redonda y sus ojos fijos en él. Memo la toma entre sus brazos, sosteniendo al peluche con delicadeza, se permite colapsar en medio de la habitación.
¿Dónde está su tritón?
Memo llora con más fuerza cuando un pensamiento llega a él, parece tan improbable pero también tan cierto.
Lo encontraron.
Encontraron a mi perla del mar.
Se lo llevaron.
Quiere creer que no es cierto pero las posibilidades están en su contra. La aparicion del acuario es sospechosa, el rumor de que el Tata estaría investigando ante la foto borrosa de una criatura marina y ahora... Su Lio no aparece.
Piensa en Cristiano, en cómo tuvo que vivir con la incertidumbre de si su tritón sobrevivió o no luego de ser cazado por humanos. En cómo trató de advertirle que esto podría pasar, que su Lio corría peligro mientras más cerca estuviera de los humanos.
Le duele el corazón al pensar en Lio, asustado al estar de regreso en una jaula hecha de vidrio, gritando por él como había gritado por su familia esa primera vez que lo capturaron. No quiere ni imaginar las cosas que le harían a su tritón.
Llora más porque no es justo, Lio es tan amable, tan dulce, tan lleno de vida que no merece esto. No merece ser cazado solo por ser diferente, no es justo que su vida corra peligro solo al querer estar cerca de alguien a quien ama. No es justo.
Memo vuelve a mirar los ojos de la beluga, ahora manchada por sus lágrimas. Tiene una fuerte sospecha de dónde tienen a su tritón, pero no va a poder entrar ahí tan fácilmente. No sin ayuda.
Su mirada viaja hasta donde están sus regalos de cortejo, sabe que el vínculo que poseen es más débil que el que tienen dos tritones. Pero Lio confiaba en él, le advirtió en sus sueños, le dijo como encontrarlo.
Sigue mi canto.
Memo se puso de pie, buscando su celular y llamando a su mejor amigo hasta que responde, en la cuarta o quinta llamada.
-¿Memin? ¿Tienes alguna idea de qué hora es? -Memo escucha un bostezo y murmullos del otro lado de la línea, reconociendo la voz de Rafa.
-Necesito tu ayuda. Necesito la ayuda de todos.
-¿Qué pasó? -El tono de Andrés perdió la somnolencia, despierto y listo.
-Tienen a Lio.
Escucha a Andrés maldecir y a Rafa preguntando que sucede, Memo empieza a vagar por la casa, demasiado ansioso para permanecer quieto.
-El tanque era para él, ¿no? Por eso ese maldito lugar es un puto laberinto, para mantenerlo encerrado, carajo... Muy bien, contactaré a los demás y nos vemos mañana en casa de Saúl, no podemos solo entrar y salir con sirenito, se darán cuenta de inmediato.
Memo puede relajarse un poco al saber que cuenta con ellos para recuperar al amor de su vida, aunque las dudas persisten en su mente. Acuerdan la hora en la cuál se verán y Andrés le dice que duerma algo.
-Memo, lo vamos a encontrar, te lo prometo.
Memo no se permite albergar grandes esperanzas. Lio le había contado lo que le habían hecho en su corta estancia en ese laboratorio clandestino, horas de dolor y sufrimiento a manos de personas que no creían que el tritón pudiera ser lo suficientemente inteligente para procesar que estaba pasando.
Memo se acuesta en la cama junto a la beluga, extraña el calor del cuerpo de Lio a su lado, lo extraña tanto. Se siente como si le hubieran arrancado el corazón del pecho cuando se llevaron a su Lio, vacío y solo.
Llora un poco más, hasta quedarse dormido por puro agotamiento. Sabe que no podrá dormir mucho, demasiado preocupado y ansioso.
En un pequeño tanque en un sótano, un tritón empieza a cantar.
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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...