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Memo llega al trabajo ese día con otro cuello de tortuga, ignora las miradas raras porqué por fin está empezando a hacer un poco de frío, así que dirá que se está resfriando. Está observando los peluches que hay en la tienda, ahora hay más ya que falta solo una semana para abrir, tratando de decidir si comprar un pulpo o un delfín rosado cuando alguien choca contra él.

-¡Memo! ¡Memo, Julián y yo encontramos algo increíble! -Kevin prácticamente le grita al oído, agitando algo que trae en la mano y que parece ser una fotografía.

-¡Ahí están! Memin, Kevin, tenemos trabajo.

Andrés les grita a ambos, se apresuran a dónde les indica que vayan. Rafa, Neymar y Julián ya están con él, los menores del grupo se unen para murmurar sobre su nuevo descubrimiento.

-Oye Memo -Andrés le habla, tomándolo del brazo para que puedan caminar juntos-. Recuerda venir hoy, ¿De acuerdo? Y trae al Canelo o quien sea que te esté dejando esos enormes chupetones.

-Nadie me está dejando nada.

Andrés lo mira como si fuera estúpido. -Por eso usas cuellos de tortuga, claro que sí. Mira, no te estoy juzgando si te gusta un trato rudo, solo digo que...

-¡Entendí! ¿No teníamos un trabajo?

Andrés se ríe, agitando una hoja de papel frente a los rostros de Saúl y Cristiano, ambos les abren la puerta y los dejan pasar. Memo pasa saliva, nunca antes han entrado aquí, ¿por qué ahora? Permanece callado cuando entran, los pasillos carecen de la decoración habitual. Más bien parecen salidos de un hospital.

Llegan a una habitación grande, hay un tanque enorme en el centro y escaleras para poder llegar a lo alto, hay también una piscina al nivel del piso, mucho más pequeña y no tan profunda. Hay cajas esparcidas por todo el lugar, con anotaciones como "rocas", "arena" y "algas artificiales".

-¿Qué carajo estamos haciendo? -Pregunta, Neymar se encoge de hombros, paseando por el lugar.

-Vamos a decorar ese tanque. Dijeron que debe tener mucha arena, rocas, una cueva pequeña y ya -Rafa es quien le responde, caminando hacía una de las cajas.

-Van a recibir un tiburón ballena o algo por el estilo -Andrés comenta, sacando rocas de distintas formas de una de las cajas.

-O van a investigar sobre el nuevo descubrimiento, en serio, nadie ha querido escucharnos sobre eso, les digo que es real.

Memo de repente, se interesa muchísimo por lo que sea que Julián tiene que decir. Voltea a ver al dúo, Andrés resopla en algún lugar, como si estuviera cansado de esa conversación.

-Por última vez, chicos, no sé dónde se robaron eso pero no es de aquí.

-¡Si lo es! -Kevin es el que responde, con estrellas en los ojos. -¡Es una sirena y es real!

Memo siente que su alma ha abandonado su cuerpo, nunca se ha movido más rápido que ahora que avanza para arrebatarle la foto a los chicos. Julián no protesta, sonriendo emocionado.

Es una foto bastante mala en sí, se ve borrosa y granulada, pero Memo ha pasado semanas con un tritón específico, el mismo que es visible en la foto. Memo reconocería esa aleta brillante donde fuera.

Cree que va a vomitar.

-Escuchamos al Tata decir que van a investigar esas rocas raras hoy en la madrugada, es prueba suficiente para que alguien vaya a buscar, debe ser real.

-O es de un cuento de algún libro y los van a hacer perder el tiempo. Chicos, sé que puedo ser muy intenso contando las historias, pero en serio...

Memo no presta atención el resto del turno. Construyen el ambiente artificial del tanque y una vez que Andrés les dice que pueden irse, sale corriendo hasta la salida. No puede arriesgarse a que lo encuentren.

Sube al bote, desamarrando las cuerdas con desesperación. No importa que las posibilidades se que lo encuentren sean remotas, no puede dejar que lo vean.

Casi cae de cara al entrar a la cueva, Lio está flotando junto a su delfín. Su sonrisa se apaga al ver el estado de Memo, no puede darle explicaciones ahora. Ya anocheció y no sabe en qué momento van a llegar. Mete todas las mantas y almohadas en su mochila, arrojándola sin cuidado al bote. No puede dejar ninguna pista.

-¿Memo? ¿Qué está pasando?

Lio le permite tomar su delfín y su beluga para subirlas al bote, cuando regresa, el tritón ya está sentado sobre las rocas.

-Escucha amor, algo está pasando, tenemos que sacarte de aquí.

Memo se agacha, Lio pasa sus brazos por sus hombros y Memo toma aire, colocando un brazo debajo de donde se dobla su aleta. Levanta al tritón en sus brazos, resulta ser bastante pesado, Memo cree que debe ser por la musculatura de su cola.

Con Lio en sus brazos, sube al bote y navega sin mirar atrás, no sabe cómo va a meterlo a su casa, pero ya encontrará una manera.

Va a mantener a Lio a salvo.

El canto de la belugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora