Memo llega el siguiente fin de semana y encuentra a Lio sentado sobre la roca, su cola se mueve de la manera agitada que le dice que está nervioso. Alza el rostro cuando escucha sus pasos, sonriendo enormemente cuando se acerca para sentarse a su lado.Lio se acurruca contra su costado al instante, dejándolo poner su mano sobre su cintura, sintiendo la piel húmeda y las escamas debajo. Lio siendo tan cariñoso y abierto al contacto físico es nuevo, tan nuevo que acelera su corazón cada vez que sucede, llenándolo de un sentimiento suave al que no se atreve a ponerle nombre.
Permanecen en silencio, Memo sigue creyendo que algo cambió desde su última conversación, todo se siente más íntimo de alguna manera, no sabe si está viendo todo a través de una niebla rosa producto de su posible enamoramiento, pero todo se siente mucho más dulce ahora.
Eventualmente, Lio se mueve para separarse, sumergiendo su cuerpo en el agua y volviendo a salir, gotitas adheridas a su piel de manera que lo hace parecer que está brillando.
-Tengo algo para ti. Cierra los ojos.
Memo se muerde el labio para sofocar una risita nerviosa, cerrando sus ojos como dijo y tratando de escuchar algo más que el sonido natural del agua. Lio regresa poco después, tomando las manos de Memo para colocarle algo.
-Adelante, mira.
Memo abre los ojos, sorprendido al ver lo que tiene entre las manos. Tiene una forma de corazón, el exterior es de color gris, pero adentro hay cristales violetas acomodados uno sobre otro.
-¿Te gusta?
Lio pregunta, su voz es un susurro suave que no distrae a Memo de su asombro, es precioso, es lo más bonito que le han regalado en toda su vida y no tiene palabras para descubrirlo.
-Es muy bello, gracias.
Sostiene con cuidado el regalo, pasando los dedos por los cristales, es una roca de amatistas, se da cuenta. Lio debió buscar durante horas para poder encontrar una con tal forma tan inusual.
-Entonces... Si te gusta, ¿significa que me aceptas?
Memo cambia su mirada de la amatista a Lio, algo confundido por la pregunta. Si, acepta el regalo, sería muy estúpido rechazarlo. Pero Lio se refería a aceptarlo a él, no a la roca.
"El regalo tradicional de cortejo de los tritones es una roca, pero no mencionó que tipo..."
-Lio... ¿Este regalo es lo que creo que es?
Las manos de Lio se acomodan sobre las suyas, ambos sosteniendo la amatista. Memo aprecia la imagen que hace, el violeta en el centro, con sus manos enjauladas en las del tritón, tan diferentes y unidos por un sentimiento tan universal.
-Es el regalo perfecto, es bonito y precioso como tú lo eres para mí. Sería un honor que aceptes y un día, podamos vincularnos. -Lio se acerca más, hablando en un susurro. -Siempre he deseado un vínculo como los de las historias y por un tiempo, creí que no iba a tenerlo.
Memo deja con cuidado la amatista sobre la cama improvisada que ahora es más un desastre hecho de cosas blandas. Con ambas manos libres, puede tomar el rostro de Lio entre sus manos para darle un beso en la frente, mirándolo con todo el cariño que tenía en su corazón.
Era nuevo, era reciente, era frágil. Pero se sentía correcto, seguro, fácil. No tenía idea de que hacer para seguir apropiadamente el cortejo, pero por Lio estaba seguro de que iba a intentarlo.
-Tú te sientes como en casa -Lio susurró, una lágrima solitaria bajando por su mejilla, Memo se apresuró a limpiarla con su pulgar, no queriendo ver la tristeza en su expresión.
-Estaré encantado de aceptarte. Me gustaría muchísimo.
Lio le dió la sonrisa más brillante que había visto hasta ese momento, pasando sus brazos sobre sus hombros para darle un abrazo algo raro y un poco incómodo, pero lleno de sentimientos puros y brillantes.
-Gracias. Gracias por aceptarme. Gracias por quererme.
-El amor no se agradece, dulzura.
Pequeñas lágrimas vuelven a resbalar por el rostro de Lio, Memo se encarga de limpiarlas dejando suaves besos contra sus mejillas y su frente hasta que Lio está riendo, murmurando que le hace cosquillas.
Memo se detiene cuando Lio le salpica agua con su aleta, soltando su rostro y dejándolo hundirse más contra el agua, las escamas en su aleta prácticamente brillan por la felicidad que irradia el tritón.
-Entonces, necesito saber cómo funciona esto del cortejo, para seguir los pasos como debe ser.
-Te daré seis regalos más y entonces decidirás si me aceptas o no -Lio explica, una mirada soñadora en su rostro. -Entonces, nos vinculamos, la marca quizás desaparezca de ambos con el tiempo, pero está bien, podemos renovarla.
Memo piensa un poco en cómo se sentirían los afilados dientes de Lio contra su cuello, debe ser una mordedura profunda para que permanezca durante semanas. Lio seguramente le sacará sangre con esa dentadura de tiburón.
-Está bien. ¿Y cómo es el proceso de vincularnos?
Lio le da una sonrisa que lo pone en exceso nervioso, sintiendo la temperatura aumentar de repente.
-Bueno, ya que preguntas...

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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...