Caminan por los pasillos, tratando de mantenerse en silencio. Lio está aferrado a su brazo, lo más cerca que puede sin hacerlos tropezar. Pasan por habitaciones vacías y se detienen cuando escuchan ruido en una, Memo siente el pánico recorrer su sistema cuando se acerca a ver por el ventilador falso.
Siente que va a vomitar de inmediato.
Hay una persona amarrada a una silla, Memo solo puede verle el cabello lleno de sangre. Dos guardias se mantienen a su lado, sin inmutarse cuando la persona escupe sangre directo a sus zapatos.
-Una vez más, veamos si está vez sabes usar ese cerebro tuyo. ¿Dónde está el espécimen?
-Una vez más... Vete al carajo.
Inconscientemente, Memo aprieta a Lio contra su costado cuando ve a Cristiano levantar la cabeza para escupirle al Tata. Tiene un ojo morado y un labio partido, aún así, la rabia junto con el odio en sus ojos llaman más la atención.
-Memo...
Andrés se acerca, cubriendo su boca con la mano al ver a Cristiano ensangrentado y amarrado.
-No podemos dejarlo aquí.
-Hay que esperar, no vamos a abandonarlo.
Ambos evitan que Julián y Kevin se acerquen a ver, contando en susurros lo que está pasando y por qué se detuvieron. Memo regresa a observar, escuchando la conversación.
-Chico, sabemos que escapó gracias a ti, solo tienes que decirnos dónde está y todos esto habrá terminado. Te daremos el dinero que quieras por esa información, piénsalo. -El Tata se acerca para tomar a Cristiano del rostro, acariciando sus mejillas. -Imagina cómo sería regresar a tu casa en la playa, ha sido difícil para ti estar lejos de tu hogar y vivir tan solo, ¿No es así?
Con un grito, Cristiano trata de levantarse para atacarlo, los guardias inmediatamente lo toman de los hombros para mantenerlo quieto. El Tata niega con la cabeza, decepcionado de su comportamiento.
-¿Dónde está, chico? No puedo seguir perdiendo mi tiempo contigo. Y en algún momento tendrás que llegar a tu límite. Vamos, gánate tu libertad.
Memo trata de mantenerse fuerte cuando escucha a Cris gritar del dolor. Aparta la mirada para abrazar a Lio y ocultar su rostro contra su pecho, incapaz de observar como le destrozan la cara a quien los ayudó a salvar a su tritón.
-Solo dame la información, ¿Dónde está?
Memo lo ve escupir más sangre, respirando con dificultad y temblando ligeramente. Cuando levanta el rostro, está llorando.
-Hice lo que tuve que haber hecho el día que entre a quemar tu estúpido laboratorio. -Cristiano le sonríe, tiene los dientes manchados de color rojo intenso. -¿Creiste que fue un accidente? Los estuve buscando durante todo ese tiempo, pero cometí el error de solo quemar la estructura. Reparé mi error.
-¿Qué le hiciste?
-¿De verdad quieres saber que pasó?
Memo tiene que ahogar un grito al ver a uno de los guardias golpear en el rostro a Cris, un chorro de sangre cae por su frente.
-Habla de una maldita vez.
-Lo maté.
La habitación se queda en silencio, Memo puede sentir su playera mojarse por las lágrimas de Lio. Las palabras no se refieren a su tritón.
-Lo maté con mis decisiones egoístas... Y nunca me lo voy a perdonar. Él era mi rayo de sol en medio del invierno, la luz de mi vida, él lo era todo para mí... Nunca podré ser libre, si todos los días recuerdo que murió por culpa mía.
Memo no se atreve a ver las expresiones de los demás, abraza a Lio con más fuerza, su corazón se rompe un poco más ante el dolor de Cris.
-Quemé tu laboratorio y hoy maté a tu adorado tesoro. Puedo asegurarte que es el único que quedaba, así que toda búsqueda será en vano. Que mi casa se incendiara no fue un accidente, es la manera más eficiente de limpiar tantos cadáveres.
Cris le vuelve a sonreír. -Ya te di la información que querías. Puedes matarme si se te da la gana. Mi corazón murió con él.
Memo puede escuchar los pasos que da el Tata, casi puede imaginarse su sonrisa arrogante cuando habla. -Si lo prefieres.
El sonido de un disparo rompe el silencio y oculta el sollozo de Lio. Memo se atreve a mirar a sus amigos, todos con lágrimas en los ojos. Rafa mantiene abrazados a Julián y Kevin, quienes están temblando contra él.
-Saquen la basura de aquí.
-Tenemos que irnos -Andrés susurra-. Tenemos que irnos ahora.
Caminan por los pasillos con desesperación, a penas recordando guardar silencio. Cuando salen al aire fresco de la noche, la camioneta de Saúl ya los está esperando.
Todos suben sin decir palabra, Memo acomoda a Lio para que pueda estar sentado sobre sus piernas, abrazándolo y dejándolo llorar contra su pecho. Saúl comienza a conducir, el silencio solo roto por Neymar.
-¿Pudieron contactar a Cris?
Nadie responde.
Memo solo espera que pueda encontrar el perdón para si mismo.
-¿A dónde vamos? -Neymar pregunta.
-Al mar, a llevar a Lio a casa.
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El canto de la beluga
Hayran KurguViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...