Memo mira a Andrés, quién tiene una sonrisa demasiado amplia en el rostro para lo que acaba de decirle.-Lo siento, ¿cómo es eso una buena idea?
-Es una gran idea, mira, sirenito quizás no tenga otra oportunidad como ésta, iremos todos así que podremos cuidarnos. Vamos, los demás ya piensan que es raro que solo se la pase pegado a ti.
Memo asiente, regresando a su labor actual de trapear el piso. -Claro, todo esto es por Lio y no porque estás nervioso de al fin hacerle la pregunta al Rafa.
Se ríe cuando escucha como Andrés tropieza y maldice. Llevan dos semanas con Lio cómo humano, todo va bien en realidad, pero a Memo todavía no le gusta salir con todos si todos incluye a Cristiano. El tipo no le gusta, y sigue sin saber de qué habló con el tritón.
-Tal vez necesito algo de apoyo moral. Pero es una excelente idea. Ándale, vamos.
Era una pelea perdida desde el principio.
Así que el siguiente fin de semana, cuando ninguno de ellos tiene trabajo, están en una feria. Duraría una semana más antes de irse y Memo debe admitir que no podía negarle a Lio algo como esto. Vienen en una especie de cita cuádruple bastante curiosa. Andrés y Rafa. Neymar y Saúl. Julián y Kevin. Memo y Lio.
Cristiano dijo que tenía trabajo cuando Neymar se ofreció a buscarle una cita, lo cuál ayudo muchísimo al estado de ánimo de Memo. Lio mira todas las luces de colores con asombro infantil en el rostro.
Se mezclan con la gente con rapidez, decidiendo verse para comer dentro de dos horas. Memo deja a Lio guiar el camino, se ríe mientras el tritón los lleva hasta un puesto con algodón de azúcar. Memo le compra uno de color azul, ayudando a Lio a quitar el empaque y derritiéndose de amor al verlo dar el primer bocado.
Lio ama las cosas dulces que el mundo humano tiene por ofrecer. Y también come un montón, así que pasan por un puesto de churros, de donas glaseadas, de crepas y de helados antes de detenerse en algún juego.
Es una prueba de tiro, el rifle de juguete descansa sobre la mesa y los peluches cuelgan de todo el puesto. Memo ve los ojos de Lio pegados a un narval de ojos caricaturescos. Paga por un turno, sonriendo cuando Lio lo ve.
-¿Puedo intentar?
Memo le enseña a sostener el arma, dándole indicaciones al oído de como apuntar y disparar. Lio resulta ser un tirador decente, consiguiendo el narval de peluche. Salta arriba y abajo junto con el unicornio marino, sonriendo aún más cuando Memo lo besa.
Lio se niega a subir a la montaña rusa o juegos de ese estilo, lo que Memo respeta. Pasean un poco por el lugar antes de reunirse con el resto para comer. Julián y Kevin tienen en la cabeza monos de colores, Andrés parece estar por subirse al techo de los nervios y Saúl tiene una colección decente de ballenas pequeñas de plástico.
Comen entre conversaciones caóticas y risas alegres. La hamburguesa de Lio se desbarata a la tercera mordida y se entretiene juntando ingredientes para tratar de armarla de nuevo. Para cuándo terminan, caminan juntos hacía la rueda de la fortuna.
Es una bendición que las cabinas sean para dos personas, porque Memo está seguro de que aventaría a Andrés al vacío si se sigue comiendo las uñas del estrés. Le hace un gesto de ánimo cuando sube junto a Rafa, que parece bastante contento a pesar del estado caótico de Andrés.
Ayuda a Lio a subir, sosteniendo su mano mientras se acostumbra a la sensación de no estar en tierra firme. Lio parece algo verde cuando empiezan a subir, pero se tranquiliza poco a poco.
-Es casi como estar de regreso en el agua.
-¿Te gustó venir?
-¡Si! ¡Todo es tan increíble!
Cuando llegan a la cima, el juego se detiene por unos momentos, Lio está mirando asombrado el paisaje que tiene delante. La luz de las estrellas y la luz de la ciudad rompiendo con la oscuridad de la noche, el mar se alcanza a ver de fondo, imponente y hermoso.
-Wow... Es precioso...
-Si...
Memo está de acuerdo, con la vista fija en el rostro de Lio. Su tritón voltea a verlo, tan adorable y lindo que Memo tiene que besarlo.
Se besan con ternura y sin prisas, con todo el amor que tienen en sus corazones. Se besan hasta que el juego vuelve a avanzar, sonriendo con un brillo de amor en los ojos.
Una vez en el suelo, todos felicitan a la pareja recién comprometida, Andrés incluso llora un poco cuando Memo lo abraza y le dice lo feliz que está por él. Pasan por algunos juegos más, Kevin se cae de culo tratando de patear una pelota y Saúl vomita bajando de la montaña rusa.
La noche termina entre risas y abrazos, Memo y Lio regresan a casa junto al narval, que se une a la beluga y al delfín en la sala. Lio acaricia su colección de criaturas antes de retirarse a la habitación.
Se duermen casi en el instante que tocan la cama, abrazados y felices.

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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...