Memo está en las nubes, besar a Lio lo ha llevado a un nivel de felicidad que no tenía idea que existía. Incluso puede afrontar el regreso al trabajo sin muchas quejas, el simple recuerdo de su tritón sonrojado por los besos es suficiente para aligerar su estado de ánimo.Permanece así hasta llegar al trabajo, siguiendo la rutina de cambiarse de ropa y caminar hasta su área, cerca del tanque donde van a colocar calamares y peces pequeños de colores vibrantes.
-¡Ochoa!
Memo se gira, bastante sorprendido, ha pasado demasiado tiempo desde que Andrés le habló por su apellido.
-¿Qué?
-¿Cómo que qué? ¿Dónde estabas ayer, pendejo? Es nuestra reunión mensual y tú no estabas ahí.
Se estruja el cerebro pensando en una excusa convincente, olvidó por completo que debía verse con los chicos ayer y no puede decirles la verdad.
-Lo siento mucho, ayer se la pasó conmigo.
Mantiene la mirada fija en Andrés, sabe perfectamente a quién pertenece el brazo que tiene sobre los hombros, pero si desvía la mirada o actúa nervioso, Andrés sabrá que está mintiendo, no puede decirle la verdad.
-La próxima vez, vengan los dos.
Con eso, Andrés se marcha. Memo puede respirar tranquilo una vez que está fuera de su vista.
-Gracias.
-De nada. Entonces, ¿de qué trata su reunión?
Memo se ríe, sabiendo que habría dicho "hablar de estupideces estando ebrios" semanas antes. Parece toda una vida desde entonces. -A los chicos les gusta emborracharse y contar leyendas sobre sirenas, lo hacíamos para practicar para los turistas y se convirtió en una tradición.
Canelo asiente, sabiendo entonces la importancia de su asistencia.
-Iremos a la siguiente. ¿Por qué es cada luna llena?
-A veces estamos demasiado pedos para encender una fogata y ver qué estamos haciendo. Una vez nos dimos un susto tremendo cuando pensamos se nos acercaba un tiburón, algún imbécil dejó su ballena inflable en el agua y las olas la arrastraron hasta nosotros.
Memo sonríe ante el recuerdo, Julián y Kevin eran unos novatos en ese momento, sus gritos lo dejaron sordo por cinco minutos. Debe admitir que todos estaban demasiado perdidos en el alcohol para pensar lógicamente. La luz de la luna al menos les brinda algo de visibilidad cuando nadie puede entender la mecánica básica de encender un cerillo o ponerse de pie.
Ahora también se le suma el recuerdo de su primer beso con Lio, lo que hace que su sonrisa se vuelva mucho más dulce.
-No te he visto sonreír así desde hace mucho tiempo, desde antes que tus padres... Ya sabes.
Memo lo recuerda muy bien, Canelo había sido el único fuera de su demás familia que se quedó pegado a él cuando su madre murió y su padre se perdió para siempre, el dolor de la pérdida había sido demasiado y los límites de la realidad se diluyeron hasta convertirse en fantasías cada vez más locas.
Finalmente, sus tíos y tías decidieron meter a su padre a un asilo, dónde pasaba sus días escribiendo cartas de amor a su esposa muerta o contemplando el cielo, ajeno al hijo que había dejado huérfano tantos años atrás.
Canelo le había ofrecido irse con él a la ciudad, incluso cuando su relación había terminado, la oferta estaba ahí. Alejarse un tiempo de casa, encontrar tranquilidad en un lugar diferente. Memo rechazó la propuesta cada vez, su padre todavía lo necesitaba, aunque no pudiera recordarlo.
Pensó que estaría solo una vez que Canelo se fuera, se sentía bastante patético que su único amigo fuera su ex, pero entonces conoció a su mejor amigo, Andrés. Quizás su red de apoyo era pequeña, pero fue suficiente para salir adelante.
-Quién sea que esté colocando ésta sonrisa en tu rostro, debe ser un gran tipo. -Memo le sonríe cuando Saúl acaricia su mejilla con el dorso de la mano, el toque tan suave como lo recordaba. -Un tipo muy afortunado, por cierto. Asegúrate de que te haga feliz. Lo mereces, Memo.
Saúl le sonrie una vez más antes de irse. Memo solo suspira, los recuerdos no son tan dolorosos ahora, pero aún enviaba una ola de tristeza a todo su cuerpo recordar a su padre. Era difícil, saber que seguía vivo y al mismo tiempo ya no estaba aquí con él.
De cierto modo, había perdido a su familia y lo que le era conocido, igual que Lio perdió su hogar. Ambos habían logrado sobrevivir y encontrarse. En este amplio universo, lograron coincidir y enamorarse.
Memo espera que si hay más vidas, puedan seguir encontrándose cada vez, hasta que se conviertan en polvo de estrellas y estén juntos por la eternidad. Para Lio, se convertirán en espuma marina y estarán siempre uno junto al otro, serán parte del basto océano y serán por siempre, uno del otro.
Suena bien, piensa, ser siempre del otro.
Dos que se volvieron uno.
Para siempre.

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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...