Memo se siente más tranquilo una vez que pone distancia entre la cueva de Lio y dónde están ahora, todavía no sabe cómo hará para llegar a su casa, Lio es bastante llamativo. Cree que ya se le ocurrirá algo.Le explicó toda la situación a su tritón, Lio estaba deprimido al saber que tenía que alejarse de su cueva, no había soltado a su beluga desde entonces. Debe ser difícil ser alejado de su hogar por segunda vez. Memo lo observa, parece... Seco.
Toma una botella de agua, moviéndose sin pensar para quitar la beluga del camino y echar el agua sobre sus branquias y su cola. Solo hasta que termina de hacer eso y ve la mirada estupefacta en el rostro de Lio se da cuenta de lo que acaba de hacer.
Lio vive en agua salada y él, como un grandísimo idiota, le arrojó agua dulce.
-Dios que pendejo estoy, perdón, perdón, perdón.
-Estoy bien.
Lio le dice, estirando sus manos para que Memo pueda tomarlas, se sienta a su lado con un suspiro, está estresado. Lio deja escapar un ruidito de incomodidad que lo pone en alerta al momento.
-¿Qué pasa?
-No lo sé... Algo anda mal.
Lio se aferra a sus manos con fuerza, todo su cuerpo se retuerce y Memo no puede hacer nada más que sostenerlo durante las réplicas, tragando de brindar algún consuelo para lo que esté pasando. Lio jadea con lágrimas en los ojos, mirando con creciente pánico a su cola.
Memo la mira también, las escamas se ven opacas y una línea roja la divide a la mitad, Lio hace más ruidos angustiados cuando ve como su aleta se separa a la mitad, Memo lo abraza para ocultar su rostro en su cuello, lo que esté pasando, no quiere que Lio lo vea. Él tampoco quiere ver.
Después de unos cinco minutos los temblores del cuerpo de Lio se detienen, Memo abre los ojos. Negará hasta el fin de su existencia el grito que soltó, atónito al igual que el tritón.
Dónde debería haber una aleta brillante, ahora habían dos piernas. Piernas humanas. Jodidas piernas.
Memo estira una mano para picar uno de los muslos blancos, Lio reacciona con una risa sorprendida, saliendo de su escondite para ver su nueva forma. Memo pasa saliva, de repente muy consciente de que ahora Lio tiene una anatomía humana y está desnudo.
-¡Soy un humano! -Lio mueve los dedos de sus pies, estirando las manos ahora sin garras ni membranas para tocar sus nuevas piernas. Memo nota que sus branquias y escamas desaparecieron, igual que su aleta en la espalda.
-¿Sabías que podía pasar eso?
-No. Lo habría intentado antes si supiera.
Lio se ríe, tratando de ponerse de pie. Memo se apresura a agarrarlo para darle apoyo, viéndolo sostener su peso en piernas temblorosas y débiles. Una vez que logra ponerlo de pie, Memo nota que Lio es más pequeño que él, lo hace sonreír y dejar un beso sobre sus dulces labios.
-Esta bien, esto hace que esconderte en mi casa sea mucho más fácil.
Memo lo suelta para tomar su mochila, consciente de que no puede caminar por las calles con Lio desnudo. Se da la vuelta asustado cuando escucha un golpe, viendo a Lio en el suelo con una sonrisa tímida.
-Muy bien, Bambi, necesitas más práctica.
Le coloca una sudadera y un short a Lio, besando su nariz cuando hace una mueca por la textura contra su piel. Lleva su botecito al muelle, mete a la beluga junto al delfín en su mochila y toma la mano de Lío para ayudarlo a caminar. Caminan como un par de borrachos hasta llegar a casa de Memo.
Cuando logran entrar, Memo suspira, deja a los cetáceos en la sala y lleva a Lio a su habitación. Lio colapsa en la cama al instante, moviendo sus extremidades como una estrella de mar y riendo todo el tiempo.
Memo tiene una sonrisa suave en el rostro mientras lo ve descubrir el mundo humano con su nueva forma. Su belleza sigue siendo etérea, en esta forma o en la otra, su chico es el más bonito.
-Pica. -Le informa, quedándose quieto y mirándolo.
-¿Qué?
-Ropa. Pica.
Claro, no está acostumbrado a usar ropa, Memo se sube a la cama, sentado entre las piernas de Lio para ayudarle a quitarse la sudadera. Está tan distraído por la piel que se le revela que no escucha el sonido de la puerta al abrirse, ni los pasos que se acercan hasta que un ruido en su puerta los asusta a ambos.
-¡Memo! ¡Se que estás en casa, pendejo! No puedes dejar plantado a tu mejor amigo de toda la vida tú maldito-
La puerta cede bajo el peso de Andrés, Memo se congela, las mejillas ardiendo al saber lo comprometedor que se ve todo, con Lio medio desnudo sobre su cama y él arrodillado entre sus piernas.
-¿Me abandonaste por una cogida? -Andrés cuestiona, las palabras salen un poco raras, así que ha bebido algo de alcohol.
-No es lo que parece.
-No no no, pensé que otra vez te estabas cogiendo al Canelo, perro. -Andrés se ríe, señalando con un dedo a Lio. -Tú, cena, mañana, ahora los dejo con sus asuntos.
Memo se cubre la cara con una mano, Andrés le saca la lengua y Memo ve asomarse la cara de Rafa, quien se apresura a tomar a Andrés para llevárselo. Hablarán de todo eso mañana.
Escucha la risa de Lio, esa cena va a ser un desastre.
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El canto de la beluga
FanfictionViviendo en un pueblo costero, Memo ha escuchado historias sobre los tritones. Criaturas de incomparable belleza y voces angelicales, dueños del océano, capaces de hipnotizar humanos solo con la mirada. Memo cree que son solo cuentos para niños. Per...