11: Meses

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Los meses pueden pasar demasiado rapido, con paciencia y cariño Guillermo se comprometio a cuidar de Lionel, sabia que nada seria facil pero estaba dispuesto a pelear por la felicidad de el argentino y el futuro bebé.

Cuarto mes
Guillermo estaba dormido como un bebe, estaba tan comodo despues de una jornada larga de trabajo, desperto debido a rl sonido de vomito, se levantl enseguida y fue al baño del cuarto encontrandose con Lionel vomitando al inodoro von ojos llorosos.

- Lo siento -susurro con vergüenza, no quiso levantar al mayor con el ruido pero no evito que siguiera vomitando todo lo que comió de cena, sintió la mano de Guillermo sobar su espalda dándole alivio de que no lo regañará.

Aunque Lionel no se lo pidió se la paso toda la noche levantándose por ratos para mirar al argentino que tenia un poco de fiebre.

A la mañana hizo un desayuno ligero que el argentino vio emocionado como niño pequeño.

Daba igual para Guillermo si no pudo dormir bien, ver esa sonrisa lo hacia olvidar todo.

Intentaba ayudar a Lionel en sus tareas y aveces lo llevaba con Sergio para que se despejará un poco de tanto estudiar aunque siguiera tenso el ambiente con Javier cuando llegaba a verlo.

Y rogaba que cuando no estuviera en casa Lionel no saliera del cuarto, no quería que se encontrara con las mujeres que su hermano traía porque sabia perfectamente que lo sentimientos del argentino hacia Rafael seguían presentes, según el solo un poco, no tenia ni idea de lo que se le esperaba. También odiaba la idea de que su madre hiciera comentarios fuera de lugar, seguía aferrada a que el bebe no era de su hijo favorito, apesar de que este no se iba a hacer cargo le molestaba que Guillermo haya querido hacerse responsable.

Quinto mes

Las cosas parecían ir de maravilla,  Guillermo cada vez estaba más cerca de poder comprar un buen departamento, no quería nada con lujos pero si algo grande, su idea de hogar cambio gracias a Lionel. Antes deseaba un departamento pequeño que tuviera lo mismo pero eso si, cocina grande entre comillas pero cuando llego Lionel su idea fue un departamento con dos habitaciones, sala con gran espacio y claro que si, una cocina grande para poder cocinar para cuando el bebe creciera, le prepararía comida deliciosa, buscaría que tuviera aguante al picante como un mexicano.

Su motivación de día a día era nadie más y nadie menos que Lionel y el bebé el cual aún no sabían que era, el argentino anhelaba saber que era pero digamos que también le daba miedo ir solo, jamás le pidióa Guillermo que lo acompañará por pena a qué le dijera que no, no quería pasar ese momento solo así que cuando eran sus citas con el doctor pedía que no le dijera el sexo del bebé, así estaría bien por lo mientras.

Ahora estaba casi sufriendo, tenía estos últimos días antojos, pero se los pasaba por vergüenza, sabía que Guillermo hacía mucho por el como para todavía pedir que cumpliera sus deseos en la comida, no pasaría nada si no comía lo que su bebé pedía, el no podía comprarselos porque el ahorrado que tenía desde antes del embarazo lo guardaba para cuando naciera su bebé, por eso la propuesta que le hizo a Guillermo cuando se levantaron.

— ¿Puedo meterme a trabajar?

Sonaba a que pedía permiso y es que eso estaba haciendo.

— Leo no puedo obligarte a que no lo hagas pero deberías descansar, de por si quedas agotado con el estudio, sumarte un trabajo puede ser riesgoso... ¿Pero para que quieres trabajar?

— Para ganar dinero —contesto con obviedad— ¿Si puedo?

— ¿Me estás pidiendo permiso?

Todo se vio tan estúpido después, realmente le estaba pidiendo permiso a Guillermo para que decidiera por el, hubo un sonrojo de lo idiota que se pudo ver, estaba tan acostumbrado a actuar con permiso de alguien que no se veía independiente a tomar decisiones.

Sweet Dreams | MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora