El frío es algo insoportable, Guillermo incluso se ha abrigado con dos suéteres más sin embargo está ahí la incomodidad de tener que ir a clases mientras podría estar cómodo en su hogar tapado con tres cobijas y preparando un chocolate caliente pero el destino lo ha puesto aquí y tiene que sobrevivir a ello.
Camina con su té caliente a la mano mientras Javier de va acercando solo para darle un zape como siempre buscaba molestarlo.
- No más bullyng al Memo -dijo Andrés apareciendo por detrás, al poco tiempo el también le dio un zape tiendo con Javier.
- Hijos de su madre, un día mi cabeza va a quedar plana por su culpa cabrones -bromeo Guillermo.
Los dos rieron y juntos iban hacia sus clases, en el camino se encontraron a Sergio y Lionel.
Con Sergio se notaba un poco su estómago abultado pero solo Lionel sabía sobre su embarazo, Guillermo se acercó hacia los argentinos viendo a Lionel temblar, obvio lo haría si no tenía ningún suéter puesto.
- ¿Y el suéter? -pregunto Guillermo al muy malhumorado Lionel, Javier se había acercado a Sergio para darle un par de besos y Andrés se mantenía al lado de Guillermo.
- Volví a pelear con mi madre y salí rápido, no alcance a tomar uno... -antes de que siguiera hablando Guillermo se había quitado uno de sus dos suéteres dándose lo para que se lo pusiera.
- Para la siguiente procura no olvidarlo chaparro -sonrio Guillermo.
Lionel agradeció la acción y se lo puso de inmediato, le quedaba algo grande más sin embargo era bastante abrigador aunque no era suficiente.
- Che, esto parece el polo sur, dame tu mano -pidio a Guillermo que se la dio, las unió viendo que su temperatura corporal era caliente y lo abrazo esperando que así se quitará el frío- el suéter me queda mejor a mi eh.
El pobre estaba sonrojado a no poder mientras Andrés se burlaba de su amigo.
Pronto tuvieron que separarse por sus clases ya que había diferencia de un año.
No hubo nada interesante o destacar en ellas, a la hora que las clases terminaron Guillermo salió solo, Andrés se había ido antes y Javier se iría con Sergio para pasar un tiempo a solas, caminaba con rumbo a su casa hasta que pudo visualizar la moto de Rafael, curioso por ello se acercó un poco a esta viendo que a un lado estaba Lionel abrazado de su hermano.
Si, esos dos estaban en algo y no creía que solo fuera amistad.
Tres de diciembre, Lionel estaba con su suéter puesto, tenía razón, le quedaba mejor al argentino que a él.
Si tan solo Lionel supiera lo mucho que le gusta pero ve sus ojos cuando Rafael aparece, una melodía cruel para esos ojos que se ponen más brillantes que el cielo azul, su hermano tiene hipnotizado al chico de sus sueños mientras el siente que está muriendo.
¿Por qué alguna vez lo besaría? No es ni la mitad de lo que es su hermano, le dio su suéter a Lionel más sin embargo solo es poliéster y al final del día el argentino está perdido por Rafael, desearía ser el.
Desearía ser por el que tanto suspira, que el fuera al que todos le tienen envidia por la persona más encantadora que tendría a su lado como lo es el argentino, hasta el mismo cupido tendría envidia por qué el amor que Guillermo le tenía a Lionel no se igualaba a sus flechas llenas de amor falso.
Se queda mirando mientras Rafael toma la mano del argentino, pone su brazo alrededor de su hombro y Guillermo siente más frío que por la mañana.
¿Cómo podría odiar a Rafael? El es un ángel ante todos, pero de nuevo desearía que estuviera muerto para que se fuera del camino.
Decide avanzar a su hogar olvidando por completo pedir su suéter de vuelta porque prefiere que Lionel se lo de otro día, no mientras Rafael se burla de el con una simple mirada.
¿Por qué de todos los chicos en el mundo Rafael se tuvo que fijar en Lionel, era para molestarlo? No lo sabía más sin embargo le duele no ser el motivo de las sonrisas de Lionel.
Después de ello decide pasar todo el día en cama deprimido por lo que ha visto, deseando ser por tan solo un momento Rafael.
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Guillermo llega después del trabajo, sube casi de inmediato al cuarto algo feliz, había ido a comer un helado con Karla para distraerse un poco del estrés.
Al abrir la puerta se encuentra con Lionel pero su sonrisa desaparece.
Ve al menor con ese suéter que se quedó cuando estaban estudiando juntos, ese día cuando le abrazo esperando a que el frío desapareciera mientras estaban agarrados de la mano, el argentino está con Santiago quitándole al aire después de beber su fórmula, voltea para ver a Guillermo y sonríe.
- ¿Cómo te fue?
- ¿A mí? Si, eh... Muy bien, pensé que habías tirado el suéter.
Lionel se queda un poco confundido y voltea a lo que tiene puesto.
- ¿Bromeas? Me sigue quedando increíble además de que no tiene caso que te lo devuelva, agarraste músculo y seguro te quedará pequeño Guille.
- Tienes razón... Te queda mejor a ti.
Lionel asiente con una sonrisa, poco a poco Santiago busca con la mirada a Guillermo y sonríe al verlo alzando una mano dando a entender que quería estar con el.
- ¿Me extrañaste Santi? -pregunta Guillermo al bebé y Lionel con cuidado se lo da así que el comienza a sacarle el aire- yo también te extrañe mucho mi niño.
- Estuvo llorando en la mañana porque me tarde dos segundos en darle el biberón -conto Lionel con una pequeña sonrisa.
- Entonces el pequeño nos salió dramático -bromeo el mayor.
- Iré a bañarme para ir a trabajar, no tardo -aviso Lionel.
Rato después ve la manera tan dulce en la que Lionel se despide de Santiago prometiéndole llegar lo más pronto posible y se da cuenta de algo que tal vez su mente no quiere admitir.
Ama a Lionel de la misma forma que de hace unos años, cuando solo eran ellos dos y no había un tercero aunque sabe que nunca ha habido un nosotros en el camino.
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Sweet Dreams | Mechoa
FanfictionLionel se enamoró de la persona equivocada, Guillermo siempre estuvo para el, sin embargo solo era la sombra de su hermano mayor, Lionel lo creía así.