16: Emergencia

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Guillermo fingía escuchar lo que Saúl le decía, tal vez fue mala idea aún después de todo venir a trabajar si iba a tener su mente en otro lado pero no se podía dar el lujo de faltar, en serio quería mudarse de la casa de sus padres, Lionel no lo notaba pero comenzaba a tener problemas recurrentes con estos por cualquier mínima cosa que les molestará.

— Escúchame cabrón, es del nuevo cliente que vendrá a las cinco.

Miro su reloj, eran las dos de la tarde.

Su teléfono sonó y miro a Saúl pidiendo permiso.

— Puede ser importante... –convenció Guillermo.

— Na' más porque me caes bien, contesta.

Eso hizo y con más rapidez al ver qué era Lionel.

¿Leo, todo bien?

— Nada bien, Guille...

Se escuchaba el llanto y sonidos
de dolor lo cual hizo que Guillermo
se pusiera alerta.

— Me salió un líquido, me
duele el abdomen bajo,
tengo miedo... ME DUELE
MUCHO.

— Tranquilo, voy para allá,
todo va a estar bien, quédate
en la llamada conmigo, vas a
estar bien.

Sin colgar la llamada salió de la tienda la cual atendía, no se había llegado el carro lo cual maldijo, tendría que correr lo más rápido que pudiera pero antes de hacerlo sintió a Saúl tocando el claxon.

— ¡Ya entra wey!

Subió al coche con rapidez mientras Saúl manejaba como si se estuviera aprovechando de la urgencia que tenía, parecía una película de rápidos y furiosos.

En la llamada se mantenía Lionel, sentía que en cualquier momento podía desmayarse.

Ni diez minutos y Guillermo ya estaba abriendo la puerta con rapidez.

Fue como si hubiera sido un angel guardian que justo venía a salvarlo.

Guillermo se acercó rápido a Lionel cargándolo con cuidado.

Cuando menos pensó ya estaba dentro de un coche con Guillermo a su lado en la parte de atrás y alguien adelante manejando, lloraba sin control por el dolor teniendo miedo de lo que podía pasarle, se sintió un poco reconfortado con las caricias que el mayor le daba en el cabello o acariciando sus brazos como una clase de apoyo o para que supiera que no estaba solo.

Todo se volvió borroso en ese momento, llegaron al hospital y fue atendido por urgencias que ya lo tenía en una camilla para ir a la sala de partos prematuros.

Tal vez Lionel por fin se había dado cuenta de la gravedad de todo, tocándose el vientre pedía que no lo alejaran de Guillermo porque el rizado tenía algo que aún no sabía que pero lo hacía sentir que su bebé estaría seguro si Guillermo estaba ahí.

Leo estará todo bien, yo estaré afuera, por favor de fuerte chaparro.

Lo último lo dijo en un grito por la distancia, por ser de gravedad no podían darse el lujo de que alguien sin el protocolo de higiene que se les pedía a los médicos entrara al lugar, con temblores Guillermo se quedó en la sala de espera en urgencias con Saúl que intentaba calmarlo.

Sweet Dreams | MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora