Sweet Dreams | Mechoa

1O: Amigos

- No puedes solo alejarte de mi Paco -hizo berrinche Javier de 12 años, su amigo se estaba alejando y eso le dolía mucho porque no sabía que hizo mal ahora- No quiero que dejes de ser mi amigo.

¿Habían sido sus chistes malos? No lo sabía pero le dolía con todo el alma que Guillermo ya no quisiera ser su amigo, este no lo hacía con intención pero estaba inseguro de si Javier realmente era su amigo por ideas tontas que le metió su propio hermano molestándolo nuevamente.

- Lo siento -respondió Guillermo con un tono de súplica- yo tampoco quiero que ya no seamos amigos.

Recibió un abrazo, raro de Javier porque no solía hacerlo, lo acepto y soltó un par de lágrimas.

Se juraron que harían cualquier cosa para el bien del otro y que jamás se alejaría a pesar de todo mal, que serían los padrinos de sus hijos y estarían en sus bodas porque era algo que los hacía sentir que ante cualquier situación estarían para apoyarse.

Y ahora no podían no hablar, ambos estaban sentados en un sillón con una cerveza en manos, era más que incómodo.

¿Porque había cambiado su amistad? Guillermo se pregunta que hizo mal, jamás ha pasado por un duelo de una relación pero si estaba muerto con el duelo de perder la amistad con Javier ni quería imaginarse terminando una relación, el dolor tal vez lo mataría.

- Se por Rafa que siguen llevándose mal.

En su tiempo Javier jamás hablaría con alguien que sabe que ha dañado tanto a su amigo pero los tiempos cambian y la gente también.

- No lo diría así Javier, adoro a mi hermano solo que ya no lo tomo como ejemplo.

Este asintió, Guillermo no ayudaba en nada a seguir la conversación.

Llegaron Lionel y Sergio con ellos, el que resaltaba era su pequeño superhéroe, Benjamin que reía a las caras que hacían su tío y papá.

Sergio por un momento creyó que sería fácil que se reconciliaran pero se notaba la tensión, tal vez hoy no era el día, entendiendo la situación decidió no obligarlos a hacer una conversación, sabía que no era de la noche a la mañana que podrían estar como si nada.

- ¡Mi niño hermoso! Pero que lindo superhéroe -halago Javier cargando a su bebé.

Porque Benjamin un día tendrá 30 años pero seguirá siendo un bebé para Javier.

Lionel se sentó a un lado de Guillermo, se había mareado, síntomas comunes en el embarazo.

Decidió ir al baño por náuseas, prefería prevenir a vomitar toda la sala, dejo su teléfono en el sillón, no creía que Rafael decidiera por explotarle el teléfono de mensajes, buscando verlo y molestó porque no estuviera en casa cuando lo quisiera.

Guille estaba a una de responder una de las tantas llamadas pero entonces llegó Lionel cómo flash quitándole el teléfono de manos.

— Debe ser mi compañero de exposición, un momento.

Sergio se sentó al lado de Javier y al notar la tensión intento hacer plática.

— ¿Que opinas de los bebés Memo? Pronto serás papá.

— Pues son muy lindos, es interesante el ver las similitudes que tienen con los padres desde pequeños.

Era más fácil hablar con Sergio.

Lionel contesto asustado del regaño que venía, con miedo contesto la llamada.

— ¿DÓNDE PUTAS ESTAS?

— Hoy fue el cumpleaños de
Benja amor, hijo de Javi y Kun
te lo había dicho.

— YA SE QUE ME LO DIJISTE
LIONEL, NO SOY ESTUPIDO PERO
GUILLERMO NO ESTA EN LA PUTA
CASA ¿TE ESTAS ACOSTANDO CON
MI HERMANO, ZORRA?

— N-No, vino a déjame y
Kun lo invito a quedarse,
no grites por favor cariño,
perdón por no avisarte que
Guillermo se quedaría...

Rafael le colgó, significaba que no estaría de buenas para cuándo Lionel y el quedarán a solas, intento regular su respiración y quitar las lágrimas que salían para volver a entrar, cuando se acercó a dónde estaba Guillermo las lágrimas volvieron a salir pero ahora no de tristeza, era ternura por ver lo emocionado que se veía Guille por su bebé.

— Tal vez cuando el bebé esté en mis brazos sea un rebelde pero me emociona saber que estaré ahí para el, que tendrá en quien confiar aparte de Leo.

— Entonces serás un buen padre –dijo Javier que no había hablado hasta ahora.

Se sentó de nuevo a un lado de Guillermo que pudo notar las lágrimas en los ojos del argentino.

— ¿Todo bien Leo?

— Es que estoy muy sensible hoy, no pasa nada Guille.