12: Al descubierto

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Contaba seis meses y medio de su embarazo y sus sentimientos estaban dispersos, no sabía si estaba feliz o triste por lo mucho que cambio su vida.

No malentiendan, le gustaba tener a un pequeño humano creciendo en el, convivir con Guillermo, tener un cuarto que se sentía como hogar pero extrañaba su vida de antes, lo inseparable que era de Rafael y antes que todo, la buena relación que tenía con sus padres, ahora ya no sabía nada de ellos porque no se atreve a ir a su antigua casa a verlos, ¿Siguen su vida como si nada aunque el falte? Cada que le llegaba el recuerdo de como fue sacado de su casa tiene un nudo en la garganta.

Terminaba su tarea, aprovechaba porque dentro de poco tendría que suspender sus estudios en presencial para pasarse en línea, por seguridad del bebé.

Escucho la puerta abrirse, era Rafael, Lionel sonrió enseguida y se levantó para darle un lindo abrazo hasta que sintió besos húmedos en su cuello, hoy era de esos días dónde no quería aquello, se alejo de su amado incómodo.

- Rafael, hoy no tengo ganas.

¿Su opinión importaba? Para Rafael tal vez no, empezó a forcejear sin decir una palabra.

Lionel sintió miedo, no era la primera vez que lo obligaba pero realmente no quería hacerlo, se sentía cansado y con dolor de espalda, ante su resistencia recibió una cachetada en la mejilla para luego ser tomado por el mentón.

- Deberías agradecer que me sigo acostando con un panzón como tú cabron.

Eran las hormonas, seguro eran ellas las que lo hicieron comenzar a llorar pidiendo a Rafael que se detuviera, que podrían hacerlo después pero no se detuvo.

Ahora estaba sobre su cama llorando mientras Rafael le quitaba la ropa, no era el chico dulce que amaba, tal vez ese nunca existió.

Terminaron teniendo sexo, Lionel se rindió, estaban cómodos ahora en su cama acurrucados antes de que Rafael tuviera que irse pero Guillermo llegó antes de lo que esperaba.

- No manches chaparro, habia 2x1 con Doña Mary en las tortas, traje de... Dulce -mientras entraba se quedó en silencio, tal vez mintió, no habia ninguna promoción pero quería consentir a Lionel después de todo, miro como Lionel se levantaba rápido de la cama pero el solo salió del cuarto.

Lionel estaba en crisis, jamás quiso que Guillermo lo viera así, no tan vulnerable, Rafael salió de la habitación con la playera ya puesta y sonrió

- Pensé que llegarías más tarde -dijo Rafael.

La burla no la va a olvidar, fue un golpe a su realidad

Si Lionel y Rafael seguian teniendo sexo... ¿Entonces el que mierda hacía ahí? Rafael solo no quería tener responsabilidades con un bebé.

Necesitaba pensar mejor las cosas, no debía confundirse.

Tomo el la responsabilidad de Lionel y el bebé, el chico que jamás le dió alguna señal como para que se enamorara y no tenía ningún derecho a mostrarse enojado por lo que pasaba entre su hermano y el.

Pero ¿Cómo no llorar?

Queria volver a la noche en la que conoció a Lionel, si no le hubiera contado a su hermano lo mucho que le gustaba el argentino todo sería diferente, no importa lo mucho que lo intente, no es suficiente para nadie, ni para sus padres, su hermano, amigos y la persona que amaba.

Cómo un cobarde se escondió en su auto, adelante de la casa aclarando su mente mientras se repetía así mismo que no tenía derecho de reclamar.

Es su culpa estar así, por enamorarse de alguien que no lo ama y jamás podrá verlo con ojos de amor.

El solo sufre por un corazón roto, Lionel es manipulado por la persona que ama y fue abandonado por sus padres y novio con un hijo en vientre, estaba siendo estúpido por exagerar pero no sé lamentaba por sentir, aunque fuera dolor le recordaba que era un humano como cualquier otro y que no podía ser fuerte todo el tiempo.

Después de tal vez una hora escucho toques en su puerta, era Lionel con la cabeza abajo, le abrió la puerta de copiloto que era donde esperaba el argentino que le abriera y se adentro al auto.

— N-No quería que me vieras así –sollozo el argentino intentando silenciar su llanto a través de sus manos que cubrían todo su rostro o la mayoría– lo lamento, yo... Estaré bien si ya no querés ayudarme con lo del bebé pero ¿Podés llevarme con mis padres?

— No llores, no tienes que disculparte de nada, hablo de verdad, yo por ninguna razón dejaré de hacerme cargo del pequeño tamalito.

Lionel agradeció y busco explicarle a Guillermo lo que vio pero el mayor no le dejo diciendo que no tenía porque hacerlo.

¿Por qué se sentía vacío ahora que Guillermo sabía de sus aventuras con su hermano?

Tal vez solo era la vergüenza, eso debía ser.

Y es que jamás entendía del todo porque tenía tanto miedo de que Guillermo pensará mal de el.

No, no está enamorado de Guillermo, ama con locura a Rafael pero sabes lo mal que se ve que se siga acostando con alguien que no quiere hacerse cargo de su propio bebé y que quien decidió cargar la responsabilidad mire que la pareja continúa viéndose.

Si no tenía que explicarle nada a Guillermo ¿Por qué puso gran distancia entre ellos?

Las siguientes dos semanas es como si tuviera un fantasma a su lado, Guillermo sale antes para el trabajo y llega después demasiado cansado como para hablar con Leo el cual en ningún momento pidió que se reanudarán las pláticas en las madrugadas o el ver partidos juntos.

Ahora mismo está con Sergio el cual estaba al tanto de la vida de su mejor amigo, ambos estaban solos en el departamento ya que Benja y Javier fueron a con la madre del último y digamos que Sergio no se llevaba bien con su suegra.

— ¿Me estás diciendo que el hijo de puta de Rafael ya no te ha hablado desde lo que pasó?

— Como si no existiera kuni... No solo estoy perdiendo al amor de mi vida, también siento que pierdo a un amigo como Guillermo y se que es algo caprichoso de mi parte pero no quiero que el bebé crezca con tensión entre sus padres.

Guillermo era el padre de su bebé.

No biológicamente, está más que claro pero Guillermo pensaba tanto en el como en el bebé y se había ganado el poder ser llamado papá.

— A vos te dije que era más fácil si te quedabas con el Guille.

— Ayudas poco gil.

Se supone que es una broma pero Guillermo y Lionel antes de que el argentino supiera de Rafael tenían un... Algo.

Sweet Dreams | MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora