42. Un desenlace feliz

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

No creo que el profesor se enoje, él comprende muy rápido y también se ve afectado por como su hermano nos estuvo quitando nuestra privacidad hace semanas. Sólo debo ser educada, nada de gestos molestos ni tonos asquerosos.

— ¿Puedo preguntarle una cosa? —él me miró.

— Claro.

— Tiene que ver con su hermano.

— ¿Quieres saber cuándo se irá de mi casa? —asumió repentinamente haciéndome sorprender.

— Eh... No —intenté hacerme la tonta, pero no funcionó.

— A mí también me gustaría saber, pero ni siquiera él sabe. Normalmente se queda conmigo unos cinco días y luego regresa con la novia, pero parece que su pelea fue más fuerte de lo que yo pensaba.

— ¿Están peleados o terminaron?

— Él dijo que ella le terminó, pero él cree que sólo pelearon —suspiré.

— Entonces jamás se irá de su casa, porque dudo que vuelvan.

— Lo sé, aún busco cómo sacarlo de allí. En estos días le hablaré para que se digne a conseguir su propia casa, y si no funciona así, arreglaré algo con mis padres. No tendrán problema en que Andrew se aloje en su casa por unas semanas.

— ¿Tus padres... no piensan mal de Andrew por ser tan...?

— ¿Puerco? —terminó mi pregunta sabiendo que me daba pena decir la palabra y yo asentí— No, no piensan mal. Apenas saben de esa personalidad suya, sólo saben que él es algo problemático.

— Que absurdo —dije indignada— Según como usted me dijo Andrew no terminó ninguna carrera, ni siquiera entró a la universidad, se la pasa viviendo en fiestas y tomando alcohol, pero usted sí terminó la universidad, se graduó, consiguió un diploma, terminó una carrera y ahora es profesor de historia —enumeré cada cosa con mis dedos mientras mi tono se iba poniendo más molesto— ¿Por qué sus padres lo dejaron de lado a usted y no a él?

— Eso... es algo que solía preguntarme demasiado —suspiró y revolvió su café vagamente— Ya no me importa mucho, prefiero que Andrew sea el consentido. De esa forma lo sacan de mi casa y lo mantienen a él.

Mierda. Creo que me fui muy lejos con mi comentario.

— Además, estoy muy feliz viviendo de la manera en la que hago ahora —lo miré y él a mí— Saliendo con mi novia cada día de la semana —sonrió dulcemente y conmoviéndome por lo que fue inevitable sonreír.

— Qué cliché —murmuré sintiendo mi rostro enrojecerse de la vergüenza y él se rio.

— Me di cuenta que te avergüenzan mis comentarios tiernos, pero que en realidad te gustan —dijo encontrando la situación divertida.

— No sé como reaccionar, usted es todo un romántico.

— Espera a nuestro aniversario para ver lo mejor —me reí.

Al terminar la tarde el profesor y yo nos despedimos ya que yo debía estudiar mucho para una materia que debo, mientras que él debe darle esas tontas clases particulares a Odette.

Era jueves, así que no pude dormir muy tarde. Cuando mi papá se enteró que debo más de cuatro materias se puso bastante gruñón y comenzó a quitarme el celular a partir de las diez de la noche, todo para que me vaya a dormir temprano y no falte a clases o llegue tarde.

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