20. La próxima y todas las próximas a esa

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Mi clase en el salón de tercero B ya había acabado, por lo que ahora me encuentro en mi última clase del día. Los estudiantes de este salón tienen que terminar una tarea que les dejé la semana pasada, así que mientras tanto estoy terminando con otras cosas pendientes.

No suelo usar mi celular durante el trabajo, creo que es bastante desubicado, y sobre todo hipócrita, ya que le digo a mis alumnos que no lo utilicen, así que me abstengo a utilizarlo si no es relacionado a mi empleo.

Al decir esto, mi celular suena, era un mensaje. Luego suena dos veces más, por lo que asumí que era algo importante y eché un vistazo, y menos mal, porque sí era importante.

Leyla Smith 5°3B:
Puedo ir a su casa esta noche?
16:56 pm

Leyla Smith 5°3B:
O aunque sea a su auto
16:56 pm

Leyla Smith 5°3B:
Donde sea con tal de verlo y hacerle algo
16:56 pm

Hacerme algo...

James Kelly:
Estacionaré mi auto frente el café de la esquina. Súbete allí.
16:57 pm

[...]

Las clases ya terminaron, me encuentro en el auto esperando a Leyla luego de aquel mensaje que le envié. Decir que estoy nervioso es poco, me siento un... sucio y atrevido por todo esto, pero claro, ¿desde cuándo no me siento de esa manera?

Cuando me quise dar cuenta vi a Leyla a lo lejos dirigiéndose a mi auto y mis nervios fueron en aumento, pero intenté actuar relajado y le abrí la puerta.

— Me parece una locura que usted haya aceptado esto —dijo sentándose en el asiento del copiloto donde yo descansaba mi brazo en el respaldo— Suele negarse a todo lo que pido —cerró la puerta y me miró, pero se mostró sonrojada y sorprendida.

— Te pedí una segunda oportunidad, debo ganármela.

— E-eh... Sí, tiene... sentido —alcé mi ceja al notarla extraña.

— ¿Qué tienes?

— Es que se ve demasiado atractivo sin el saco, —me sorprendí— y me gusta que se remangue.

— Ya... veo —dije sintiendo ese cosquilleo irritante en mi estómago otra vez.

Ella carraspeó haciéndose la tonta y dejó su mochila en el asiento de atrás para acomodarse, así mirarme.

— ¿Entonces vamos a su casa?

— Así es —respondí mirando sus labios y preguntándome si sería mala idea besarla un poco antes de irnos— Pero iremos en un rato.

Levanté mi mano y tomé a Leyla de la mejilla para acortar la distancia y besarla en los labios, beso que no tardó en aceptar y volvió uno candente en cuestión de segundos. Mis manos fueron llevadas a su cintura y apegaron su cuerpo al mío, recibiendo un abrazo por encima de los hombros que nos unió más y que provocó a Leyla para querer subirse en mi regazo, pero me reí por su impaciencia y la detuve.

— Cálmate, preciosa —le dije al sentir la situación divertida, pero ella quería más y metió su mano directamente en mi pantalón.

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