27. 12 de octubre

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

La cena con mi papá se llevó muy bien a cabo. Mark contaba historias graciosas de su niñez y mi papá reía a los gritos, aliviándome de que haber hecho esta cena fue buena idea. Nunca suelo ver a mi papá contento en el mes de octubre.

Por supuesto que pensar en esta fecha me pone mal, pero evito demostrarlo frente a mi papá, no me gusta preocuparlo.

— Tu mamá debió volverse loca con tantas travesuras tuyas —dijo mi papá calmando su risa, y Mark asintió.

— Es una mujer muy paciente, yo ya me hubiera mandado a un orfanato —él volvió a reír y yo evité sonreír para terminarme la comida del plato.

— Por cierto, ¿cómo te va a ti en la escuela? ¿Tus notas son buenas?

— Eh... No voy a mentir, seré franco. La escuela no es lo mío —mi papá lo miró extrañado.

— ¿De verdad? ¿Por qué?

— Se me complica concentrarme o tener la responsabilidad para hacer tareas, suelo dormir en todas mis clases.

— Pero Leyla dijo que tú eras impecable en historia.

Al instante me atraganté con el arroz y comencé a toser por lo que ambos se alarmaron.

— M-mierda —di pequeños golpes en mi pecho para aliviar la sensación— P-perdón, estoy bien.

— Hija, ten más cuidado, por favor —dijo mi papá alcanzándome un vaso de agua.

— ¿Segura estás bien? —preguntó Mark y yo asentí.

— Ya terminé de comer —me levanté del asiento— Iré levantando los platos, luego Mark se irá.

— Preparé un postre, hija —maldije internamente y volví a sentarme— Entonces, Mark, ¿cómo es eso de que eres malo en la escuela? Porque Leyla me contó que siempre la ayudas en historia —él se mostró confundido.

— ¿Yo?

— Sí, tú —interrumpí mirándolo y le di una pequeña patada debajo de la mesa para que entienda mi mentira— Siempre me ayudas con los trabajos del profesor Kelly, ¿verdad?

— Eso... creo —dijo no muy convencido de las muecas que le hacía— ¿Si?

— Exacto —miré a mi papá— ¿Voy trayendo el postre?

[...]

Ya se había hecho bastante tarde. Mark volvió a su casa y yo me quedé lavando los platos mientras mi papá traía las cosas de la mesa. De pura suerte pude hacer que mi padre se olvide de que Mark "es bueno" en historia.

— Me agradó mucho —dijo dejando la pila de platos en la encimera— Es un chico muy educado y gracioso.

— Sí, es imposible no reír estando con Mark.

— ¿Y cómo empezó todo?

— En clase. El profesor Kelly me puso a hacer un trabajo con él.

— No no, me refiero a su relación —lo miré sorprendida.

— Papá, ¿cómo voy a decirte eso? Que vergüenza.

— ¿Por qué? Todo el mundo tiene relaciones sexuales, es normal.

— Sí, lo sé, pero no hablaré de algo tan íntimo contigo.

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