26. La z*rra de Odette

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Mi corazón se detuvo y todo mi cuerpo se paralizó. Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal y causó latidos acelerados que hacían mover mi pecho con rapidez. La sorpresa me quitó el aliento, mis manos comenzaron a sentirse sudorosas y mi respiración se agitó de inmediato.

Las palabras de Mark me dejaron muda.

— ¿Q-qué dijiste? —pregunté retomando el aliento y él me miró, pero no parecía verse asqueado ante mi persona, tal vez porque no sabe que aquella estudiante soy yo.

— El profesor Kelly está de novio con una alumna, o cachondo, tal vez.

Mi corazón se detuvo de nuevo.

— Lo acabo de ver.

Fruncí el ceño.

— Un momento, ¿qué?

— ¿Qué?

— ¿Eh? —mi confusión me mareó y aquella reacción de pánico que tuve se esfumó en el aire— ¿Cómo que lo viste?

— Sí, la acabo de ver con la estudiante.

Cada vez entiendo menos.

— ¿Recién? —continué el cuestionario y él asintió totalmente convencido de ello.

— ¿Se estaban besando? —preguntó Emily con la misma cara que yo.

— No, pero ambos reían —al instante mi semblante se volvió serio y me levanté del asiento al percatarme de la idiotez extrema de Mark.

— ¿Viste al profesor riendo con una alumna y eso fue razón suficiente para venir corriendo a decir que son novios? —presioné los dientes con toda la rabia del mundo, generando un chirrido irritante.

— Eh... Sí, es que se trata del profesor Kelly —excusó ingenuo— ¿Cuándo lo vieron reír?

— Voy a matarme, Mark —dije fulminante y él se sorprendió.

— ¿Qué? ¿Por qué?

Rápidamente agarré mi estuche de lápices y amenacé con lanzárselo, ahuyentándolo y haciéndolo correr por el salón mientras yo lo perseguía como si mi estuche fuera un machete.

— ¡Maldito idiota! ¡Te voy a matar! —grité saltando sobre pupitres y sillas como una desquiciada.

— ¡No hice nada! ¿¡Por qué te enojas!? —chilló en un llanto patético.

Cuando Mark no tuvo escapatoria y se vio obligado a salir corriendo del salón, di mi tiro perfecto para que el estuche pueda golpearlo en la cabeza, pero al lanzarlo, una persona tuvo que detener su caminata en corto como reflejo para no recibir el golpe. Era el profesor Kelly.

A-ay, mierda.

Su mirada fulminante se clavó en mis ojos, sabiendo que fui la culpable de aquel tiro. Luego miró a Mark, que tenía la misma cara de sorprendido que yo.

— Vuelve al salón —le ordenó seriamente y él recogió mi estuche del suelo para entrar en un abrir y cerrar de ojos.

Mark y yo tomamos asiento de inmediato, y el profesor Kelly entró al salón, pero acompañado de una estudiante rubia y casi modelo que me hizo caer la mandíbula al suelo.

Mi mirada se dirigió a la de Mark, y en una conversación de señas me dijo que aquella estudiante era la que se encontraba riendo con el profesor hace rato. Mis pensamientos tóxicos no tardaron en aparecer.

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