Capitulo 1

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Faltan dos días para que inicien nuevamente clases. Por alguna extraña razón me alegra el ya regresar, pero por otro lado, no.

Aún quiero tener más días de descanso. Siento como si hubiera sido ayer cuando recién terminé el último parcial, como también los últimos exámenes.

Escuchó sonar mí celular. Alguien me estaba llamando.

- Hola Jenna. ¿Qué pasa?

- ¿Te enteraste?

- Ehm. No -Me acuesto en mi cama -¿Sobre qué?

- El profesor William se fue de la escuela. ¿A caso no viste los mensaje del grupo?

- Jenna. Sabes que tardo en ver los mensajes y más si son del grupo. A pesar de tener casi siempre mi celular conmigo, pero, no puedo creerlo

- ¡Sii!. Es una puta locura. Creí que ese profesor si iba a durar hasta que nosotros terminaramos la universidad. Especialmente por tí

- ¿Por qué yo?

Sabia perfectamente a qué se refería Jenna.

- Eras su alumna favorita. Las pláticas que tenías con él

- Tú también estabas ahí. No te hagas -Me levantó dirigiendome a la cocina para prepararme un taza de café- Tú eras la que le hacías conversaciones o preguntas personales

- ¿Y eso qué tiene que ver?. No está mal hacer una plática con un profesor

- Si, pero tú eres muy confiansuda. A pesar de ser, o más bien, que era nuestro profesor

- Ajám. No me cambies la conversación. ¿A caso no notabas la forma en la que te miraba?

Jenna estaba en lo cierto. El profesor William después de conocerlo veía como se le formaba esa enorme sonrisa cuando yo me le acercaba a hablarle, al igual que en pocas ocasiones veía la forma en la que él me miraba. El topamerlo en algún pasillo o salón de la escuela me decía el porque no fuí a platicar con él.

Al principio creí que era una tontería mía, que estaba viendo mal las cosas, pero después de eso último y después de que Jenna me tocará el tema sobre el profesor. De ahí estuve segura que le atraía.

- Si -suspiro y dejo en suspenso la conversación por unos segundos- A pesar de no haber pasado nada entre nosotros. Temía que algunos de los del salón lo notarán y pensaran que entre el profesor y yo hay algo

- ¿Y qué?

- "¿Y qué?". Imagínate el enorme problema que habría pasado. Tal vez exageró, porque solo nos hubieran llamado a dirección para confirmar las sospechas. Lo cual no llegaría a más, porque no tendrían pruebas suficientes, pero aún así nos tendrían vigilados

Se escucha una risa del otro lado del celular.

- Oh, Samara -de reírse demasiado. Toma aire- Sobrepiensas y exageras tanto. Los de nuestro salón, solo observan pero no dicen nada, pero de eso no dudo que si pudo suceder lo que me acabas de decir

- Cómo sea -pongo el celular en alta voz- ¿Crees que nos pongan algunos de los profesores que ya tenemos, o será alguien nuevo? -le doy un sorbo a la taza

- Algo me dice que será alguien nuevo. Además ya sería cabron que en estos dos días le digan a alguno de los profesores que van dar cierta materia con nosotros. Ya sería un tiempo justo

- Estoy de acuerdo contigo. Bueno te dejo porque voy a salir

- ¿A dónde irás?.¿Tendrás una cita con el profesor William?, ¿o irás a buscarlo para declararle el amor que sientes por él?

No sé cómo es que está chica sea mi mejor amiga

- No, niña. Ire a comprar algunas cosas de la despensa que me hacen falta

- Y después a declarar tu amor por el profesor

- No y mil veces no. Dilo muchas veces pero eso no sucederá -Jenna ríe al escuchar como me molesto por los comentarios que ella hace

- Sabes que lo digo de broma. Entonces te dejó, seguimos hablando

- Ey. Nos vemos

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Me encontraba de regreso a mi casa. Después de conseguir lo que me hacía falta de la despensa.

Teniendo mis audífonos puestos, escuchando música "Boys a liar's Pt.2 -
PinkPantheress & Ice Spice". Me fijo por ambos lados, antes de cruzar la calle, sigo mi camino centrada en la canción hasta que sobresalto al ver de reojo un auto que casi me golpea.

- ¡Fíjate imbécil! -reclamó dándole un golpe con mi pie al auto

- ¿Disculpa? -baja la ventanilla. Solo escucho su voz pero no logro a distinguir al hombre

- Que te fijes imbécil

El hombre sale del auto, llevaba puestos unos lentes oscuros. Que no dejaban ver su mirada.

- ¿Y por eso golpea mi auto? -se pone a la defensiva. Tomando una pose dominante- Más bien la que debería de fijarse, sería usted. Estaba tan distraída en su música que ni se fijó al cruzarse

- Ay, su auto. Pobrecito, no se vaya a quejar su auto del golpe que le dí -me cruzo de brazos indignada- ¿Y ahora resulta que yo tengo la culpa?. Yo me fijé antes de cruzar, usted fue el idiota que tomo la calle como si fuera pista de carreras

- Decidase -se retira los lentes

Que hermosos ojos... Carajo. ¿Que estoy diciendo?

- ¿Soy imbécil o idiota?

- Ambos. El imbécil porque no se fija que uno va cruzando la calle, y el idiota porque le preocupa más lo material que la vida de una persona.

El hombre no dijo nada. Solo me miraba, mostrándome una ligera sonrisa. Al ver que él solo me miraba sin hacer, ni decir nada más. Me retiro indignada y con una extraña sensación.




𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora