21

690 20 3
                                    

✧・゚: ✧・゚: - :・゚✧:・゚✧・゚: ✧・゚: - :・゚✧:・゚✧

No podía creerlo. Apenas me enteré que mi novio tiene un guardaespaldas y que me ha estado siguiendo. Ahora me pone a cuestionar, si desde antes no me ha estado siguiendo.

— No quiero poner a discusión otra situación, pero me sorprende el enterarme de esto —llevo mis manos por detrás de mi cuello— Me hace dudar sobre tí

— ¿A qué te refieres?

— En lo que llevamos de la relación casi no me hablas de tu vida, de tí —lo miro con tristeza— Trato de empatizar esa parte de tí, entender la razón. Darte tu espacio, esperando que en algún momento me lo contarás, pero eso me provoca más dudas hacía tí Harper. Y ésto de que me estuvieras espiando es...

Me fue imposible encontrar la palabra correcta. Demasiado, incorrecto, inmoral; eran varias palabras las que encajaban que quería expresarlas.

— Lo hago por tu bien Samara. Para cuidarte

— ¡¿Cuidarme de que?! —una idea se me viene a la mente

A caso será por... ¿Grey?

— Es por Grey, ¿verdad? —sonrio de lado— Jamás creí que te fueras a poner así por él

— Lo dices tan tranquila, como si nada estuviera pasando

— Porque realmente no está pasando nada —alzo la voz— Solo es una amistad con él. ¿Hay algo de malo en eso?

Ríe como si ya habría esperado mi respuesta. Y ahora ya era su turno, como si de un juego de ajedrez se tratará. Visualizando todo, teniendo la vista en el juego, los movimientos y lo más importante en el oponente, y ese era yo.

— He visto como te mira, como se te acerca a tí

— ¿Y crees que no me he percatado? —lo miro con profunda seriedad

No soy una idiota. Nuestro primer encuentro, en la biblioteca; pude notar como Grey me miraba, y es más notorio ahora con sus detalles, sus gestos, su comportamiento hacía mí.

Harper tiene razón en eso.

— Sé sus intenciones

— Entonces si sabes sus intenciones. ¿Porqué no haces algo?

Suelto una corta risa sarcástica

— ¿Qué quieres que le diga? —alzo mis hombros-— Que tengo una relación con uno de mis profesores de la universidad

— No, pero por lo menos deberías de decirle que estás en una relación —posa sus manos en el sofá— Y no dándole... Iniciativas

— ¿Dices que lo provoco?

— No, pero él aceptar sus detalles o sus salidas —aprieta sus puños— Ese es el problema

— Entiendo tu punto. Pero también entiende que todo esto es por el baile —me cruzo de brazos

— Ahora comienzo a pensar que el que tú seas la organizadora del baile fue sólo un pretexto para tenerte cerca

— Puede que tengas razón. Pero ahora no puedo hacerme aún lado

Una ligera sonrisa se muestra en su rostro

— ¿No puedes o no quieres?

— No puedo creerlo —mi cabeza comenzó a dolerme— ¿A caso te estás escuchando?

— Sí. Y no has contestado a mi pregunta

— Harper por favor —tuerzo los ojos. Mi molestia estaba llegando a su límite— No pienso continuar con esta discusión. Así que nos vemos mañana o cuando te sientas mejor y estés cuerdo

— ¿Te irás a tu casa o irás con él?

— Me voy —me detiene el paso poniéndose en frente de mí— Dame permiso

— ¿A caso ya no estás feliz conmigo? ¿O ya no te satisfago?

Lo miro boquiabierta

— Harper. Ya

— ¡No, Samara! —me asusté. Di un paso hacia atrás— Tu eres mía. Solo mía

— No soy un objeto—respondí con enojo— No soy tu objeto

— ¿Tan bien lo hace? —se apega más a mí. Si rostro casi se pega al mío—

— ¿Q- Qué?

— Estoy seguro que esas salidas ya debieron haber cojido. Ya que eres alguien fácil de domar, pero eso es lo que te gusta, ¿no?

Mi boca quería hablar pero no podía. Está versión de Harper no lo conocía, me estaba lastimando

— Que te tomen como una maldita perra —le doy una fuerte bofetada que casi lo tiro al suelo

Sentí que algo se destrozó dentro de mí, una cascada de lágrimas querían salirse, pero me puse firme. Tomo mis cosas y me salgo del apartamento, dirigiendome al ascensor.

— No, Samara —grita mi nombre— ¡Samara!

Lo ignoró. Llegó al ascensor y aprieto el botón. Esté llega y se abren las puertas, estaba a punto de ingresar cuando aparece Harper.

— Samara espera. Por favor —su voz suena complaciente— Lo lamento. No era verdad lo que dije

— No —mi voz se comenzó a entrecortar

— Samara —suspira mi nombre. Se acerca a mí

— Detente —se acerca más— ¡Ya basta!

Se detiene

Lo miro molesta y con lágrimas en mis ojos. Entro al ascensor. Antes de que se cerrarán las puertas, nos miramos por última ves. Suspirando nuestros nombres.

— Samara

— Harper

𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora