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Samara:
Ya era de noche. La ciudad estaba iluminada por las luces de los edificios, de los postes de luz y de algunos locales que aún se encontraban abiertos. Me encontraba sola en la cafetería, limpiando y poniendo todo en orden y en su lugar para poderme ir. Hasta que alguien entra.
- Disculpe. Pero ya estamos cerrando
- Lo sé, y no vine por un café
Reconozco la voz y me giro para verlo.
- ¿Qué hace usted aquí? -lo miro con seriedad
- Vine a hablar contigo, Samara
- Defina "hablar". Porque en su concepto es muy diferente al mío. Yo, si hablo y usted, discute. ¿Dígame cuál?
- Se que hemos tenido roces, desde antes de conocernos. Pero vengo en son de paz, está vez si quiero hablar y no discutir
No digo nada y sigo con mis deberes.
- Se que me he comportado mal contigo -sus pasos suenan más cerca- Admito que me pase un poco con mis palabras
- ¿A cuál se refiere?. ¿El de la escuela o la cafetería?
- ¿Porqué tendría que disculparme por lo que paso en la escuela?. Estaba haciendo mi trabajo como profesor
- Oh, claro. Lo olvidaba -me quito el delantal- Usted es el profesor y tiene que poner límites, estar al mando. Cómo profesor debe dar clases y si hay algún descontrol, lo debe poner en orden. Eso lo entiendo, pero el que me humillara en frente de toda la clase. Siento que eso fue más por rencor
- ¿Rencor?
- Si. De la vez que lo llame idiota e imbécil. Que antes de que me diga algo, yo no tenía idea de que usted sería mi profesor
- No fue por rencor, señorita Samara. Vine aquí para hablar con usted, cómo había dicho antes. No para discutir
- De acuerdo. Entonces, ya me voy y también usted porque voy a cerrar
Me dirijo a la puerta pero soy interceptada por el profesor, que se pone frente a la puerta.
- ¿Me da permiso?
- No
- Oiga, no estoy de humor para otro escán... -me interrumpe el profesor Harper
- Solo escúcheme, es lo único que le pido -me toma de los hombros con algo de fuerza, pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Los retira- Lo siento por mi comportamiento. Tiene razón, he sido grosero con usted. De seguro se preguntará porque me comportó gentil y después grosero con usted, y no es que no me agrade, me agrada pero...
Lo miró esperando la respuesta.
- Tuve algunos problemas y eso me desgasto, no me sentía bien en ese entonces y desquite mi coraje con usted. En verdad lo lamento tanto
Al terminar de escucharlo, me doy la vuelta, llendome al almacén.
- Disculpa aceptada -regreso con un vaso de café negro como a él le gusta. Le sonrío, aceptandome el café
- Gracias
Ambos salimos de la cafetería, no sin antes apagar las luces que ya se me estaban olvidado. Cierto la puerta y le pongo llave.
Me despido de el profesor Harper pero él me pide que me llevará a mi casa. Entramos en el juego de negación hasta que al fin acepte, subimos a su auto y comenzó el recorrido. Mis ojos de sentían algo pesados, hasta que quedé dormida.
Alguien me mueve y despierto, ya habíamos llegado
- ¿Llegamos? -me limpio los ojos y bostezo
- Si. Te quedaste profundamente dormida
- Que pena
- No tienes que disculparte. Debiste tener un día pesado
- Si. Sin Elizabeth todo ha sido pesado y agotador
- ¿Se fue de vacaciones?
- No -me siento algo insegura de contarle sobre lo que está pasando con Liz, pero aún así decido contarle- Estos días ha tenido problemas con su ex esposo. Ha pesar de ya estar divorciados, llegan a tener discusiones que a veces se convierten en problemas
- Me imagino que debe ser duro y cansado para ella
- Si. También para los chicos -suelto un pesado suspiro- Me había dicho que cerraría la cafetería por unos días, hasta que todo esté resuelto pero, yo le dije que la ayudaría. Que me dejara a cargó
- Supongo que lo dudo. En el sentido de que no te quería dejar todo a tí sola, para no interrumpir tus actividades
- Es adivino -río- Exacto, ella lo dudo, pero al final accedió
- ¿No tienes a alguien que te ayude?
- Anthony. Es uno de sus hijos, el mayor. A veces va y me ayuda, si es que le da tiempo, porque por lo mismo de que el está llendo en la escuela y además toma clases de futbol americano y por lo mismo de la situación. Tiene que estar con Liz y su hermano
- Bueno. Si necesitas ayuda en la cafetería, puedes pedírmelo
- No. Que pena
- ¿Por qué?. Solo la estoy queriendo ayudar
- Lo sé, pero no podría. Es un profesor y pedirle que me ayude en la cafetería. Es vergonzoso
- ¿Doy vergüenza?
- ¡¿Qué?!. ¡No, no! -mis mejillas se ponen rojas- Me refiero a que sería mucho pedirle que me ayudará
Él ríe por mi reacción.
- Solo estaba jugando con usted. Y en serio, pídamelo sin problema. Con gusto le ayudaré
- Gracias -le sonrío- Y gracias por traerme nuevamente. Nos vemos, se va con cuidado
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𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍
RomanceHarper un profesor de universidad; y Samara, una adolescente y estudiante universitaria. Alumna del profesor. Días antes se conocieron de una manera algo peculiar, sin saber que después se volverían a encontrar. A la chica no le es de su agrado; pe...