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Durante todo el transcurso del día recibía miradas, del salón como de los pasillos o de otros salones a los cuales pasaba enfrente de sus puertas; algunas miradas eran de manera perversa, otros de sorpresa y otros de envidia. La verdad, me hacía sentir increíble aunque a su vez incómoda, pero quería disfrutar este grandioso momento.

Una de esas miradas fue de Harper; él se encontraba hablando con una profesora y cuando me vió trato de disimularlo, internamente me estaba riendo. A pesar de que él ya me había visto con el vestido puesto, no apartó su mirada en mí., me miraba de abajo hacia arriba con lentitud. Eso me dió una gran idea, pasar "casualmente" a los lugares de la escuela donde él se encuentre; Jenna me iba a ayudar.

Ese será su castigo por la mordida.

Aunque... Esto se ve algo infantil, eso de provocarlo, pero también quiero ver que tanto puede guardar o aguantar su deseo hacía mí.

Al pensarlo dos veces, puede que sea una mala idea, porque si alguien se percata de las miradas que me pone el profesor, comenzarán a especular. Sin embargo, descarté esa idea en mi cabeza, no digo que no podría suceder, puede que suceda pero es mejor no llamarlo o proquestinarlo demasiado para que no suceda.

¡A la mierda!. Lo quiero hacer.

Como era la última semana antes de exámenes; la mayoría de los alumnos se encontraban en los pasillos, o dentro de otra salones, o, también, en los patios de la escuela. Así que Jenna y yo estábamos afuera para darle inicio al plan, por suerte Dave no se encontraba en estos momentos, quiso irse temprano. Si no, no haríamos lo planeado o tendríamos que hacer algo para quitarnoslo de encima.

Tarde o temprano tendré que decirle a él junto con Anthony sobre mi relación con él profesor.

Sam, Sam —corre hacía mí Jenna, estaba entusiasmada— Lo encontré está en la cafetería

— ¿En la cafetería? —cuestiono dudosa

Qué extraño. Harper usualmente no desayuna o almuerza ahí. Solo si llega a estar sola la cafetería o, si le toca guardia, pero hoy no es su día.

— Sí —apoya su mano en mi hombro para tomarse un respiro— Pero... No está solo, además de que hay algunos chicos de la escuela,... está almorzando con una mujer

Debería sentirme celosa en éstos momentos, pero ya es normal ver qué la mayoría de las alumnas y profesoras se le insinúan. El como se ponen con él en modo coquetas y lindas.

Es divertido verlo.

De acuerdo. Vamos —jalo a Jenna de su brazo, y ella me sigue casi arrastrando sus pies

— Ve más despacio —se queja— Me duelen mis pies de correr

— Es que también a ti se te ocurre venir con esos zapatos

— Debo verme bien. La belleza cuesta

Llegamos a la entrada de la cafetería. Justo como menciono Jenna, se encontraban uno que otro chico y chica y Harper junto con la mujer. Qué desconozco quién es, jamás la había visto, es la primera vez que la veo; aunque no del todo, ya que se encontraba de espaldas.

Estaba preparándome para pasar al lado del profesor de manera coqueta. Pero en eso Anthony se interpone, poniéndose en frente mío.

— Samaris —me saluda emocionado con una sonrisa en su rostro. Mostrando sus perfectos y blancos dientes

— Oh. Anthy —lo saludo con una sonrisa nerviosa— Creí que te habías ido temprano

— Si lo pensé, pero de estar en mi casa aburrido sin hacer nada a estar aquí —se queda pensando por un rato— decidí quedarme aquí

— Bien

— Además de que también quise aprovechar para hablar con Jessica

— Oh, claro —decido mirar a Harper y justo cuando lo encuentro, mí mirada se cueza con la de él. Rápidamente desvío mi mirada volviendo con la de Anthony

Carajo. Nos está observando.

— ¿Todo bien, Sam? —me mira con precaución y gira hacía atrás

— Si todo bien. Es solo que estaba viendo que pedir de la cafetería —miento

— Ah —exclama— ¿Quieres algo?. Yo invito

— Oh, no será necesario —meneo las manos en negación— Traigo dinero

— En verdad. Yo invito, vamos —me toma de la cintura guiandome a la cooperativa

𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora