𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍

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— ¿Qué piensas, cariño? —me abraza por la espalda, rodeando su brazos en mi cintura y recargando su mentón en mi hombro

— En nada, no es nada —aprieto los labios

— ¿Segura?

— Segura

— Es sobre la propuesta, ¿no es así? —se despeja de mí, recargandose de la parte de la cintura en el barandal

— Sí —suspiro con pesadez— Fue demasiado inesperado —ambos nos reímos

— Pensaba decírtelo él día de tu cumpleaños, pero no podía esperar tanto tiempo —le respondo con un gestó de sonrisa— Hey, si no quieres quedarte lo comprendo, no es obligatorio

— No es eso. Yo... —tomo un respiro para pensar en lo que diré— Me gustaría quedarme

— ¿Pero? —sonrio por su respuesta

— Pero me parece algo repentino —confieso— Tú lo mencionaste, apenas estamos iniciando una relación y... —me detengo en lo que diré y desvío la mirada

— ¿Qué más? —me mira intrigado y con algo de preocupación

— No, no. Tal vez se escuche algo precipitado

— Sam. Si tuviste la confianza en contarme respecto a la situación sobre tú y Anthony; también puedes decirme sobre lo que piensas. No me molestaré contigo

— ¿Qué pasa si todo esto se acaba? —dije preocupada— Se que la mayoría de las relaciones terminan, es normal, pero también hay otros que duran; aunque ese no es el punto. El punto es... —Harper me besa con dulzura.

Hizo una buena decisión en callarme

— ¿Por qué crees que lo nuestro terminará tan rápido?

— Te dije que sería algo estúpido lo que iba a decir —contesto apenada— No lo sé, creó que es porque tengo miedo de que eso suceda

— Samara —toma mi rostro y me hace mirarlo a los ojos— También tengo miedo de que lo nuestro se acabe, y créeme cuando te digo que no quiero que esto termine, que te alejes de mí —me acaricia mis mejillas— Y si esto llegará a termina, te juro, que jamás te romperé el corazón; prefiero yo salir lastimado antes que a tí. Te amo, Samara.

Mi corazón se ablandó, y mi alma se iluminó. En serio me ama.

— También te amo Harper

Terminamos la conversación con un beso. Rodeo su cuello con mis brazos, mientras él me toma por la cintura, pegandome a su cuerpo. Me carga como de costal, quedando arriba de uno de sus hombros; él me da una pequeña nalgada haciendo que me sobresaltara.

Entramos a su habitación y me recostó en la cama con delicadeza. Se pone encima mío y continuamos con el beso.

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Desperté por el sonido de una alarma, provenía de mi celular. Volteo y no se encontraba Harper, de seguro ya se levantó, vi la hora y eran las 5: 30 de la mañana; no quería despertarme, me dolía un poco el cuerpo y aún me seguía sintiendo muy cansada, pero tenía que asistir a clases. Como pude me levanté y me metí a bañar.

Al salir veo que en la cama estaba mi ropa interior limpia, además de una caja de regalo. Leo la nota: "Un regalo para la señorita Sánchez. Espero que te guste ♡"

— Ay, Harper —sonrío y habro la tapa del regalo.

No podía creerlo era un vestido negro; algo largo ya que llegaba por arriba de las rodillas y de mangas largas, bastante hermoso. A pesar de verse casual, se notaba que provenía de alguna tienda costosa.

— Aw. Es encantador —menciono eufórica— ¿Cuánto le habrá costado?. Se que es un regalo pero, siento que es demasiado.

Me dispongo a ponerme el vestido, por suerte traía las botas negras. Me ví al espejo, se me veía bastante bien, me quedaba ajustado resaltando mi figura. Me voy al tocador y noto que tengo la marca de una mordida, también me fijé en las demás, pero éstas por suerte, las cubría el vestido.

— Carajo. Si se nota bastante —comencé a preocuparme— Puedo cubrirlo con mi chamarra, pero con eso no bastará y más que estamos en épocas de calor, no soportaré la chamarra —pienso por un momento— Le llamaré a Jenna, ella siempre lleva su bolsa de maquillaje y sabrá cubrirlo.