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Ya era de noche. Eran pasadas de las 23:00 pm, ambos nos encontrábamos cerrando la cafetería y acomodado algunas cosas. Después de lo que le conté a Anthony sobre Jessica, él me contó sobre lo que pasó entre ellos.

Había escuchado rumores respecto a como fue que terminaron; el que más llegué a escuchar fue que que ella terminó con él. Solo eso, no había ningún motivo. Lo cual fue extraño para mí, pero no quise enfocarme tanto en una situación que no me involucraba, en especial en una relación.

- ¿Creés que llegue a contárselo? -lo cuestionó

- No lo sé -hace una mueca- Lo último que supe, fue que la amistad entre ellas se había acabado

- ¿Por qué?

- No me hagas demasiado caso, pero me llegaron a contar que fue porqué Jessica había escuchado que Denisse iba y le contaba a otros sobre lo que Jessica le contaba -me mira- Lo que te había mencionado hace rato. Así que después se dió cuenta que era cierto y dejó de hablarle

- Oh -musite

- Si, pero aún así, sigue hablando con ella. No tanto como antes, pero aún sigue en comunicación -me dice con un tono algo preocupado

Al verlo de esa manera cambio la conversación. Aún tengo dudas respecto a la relación que tuvo con Jessica; "¿cómo se conocieron?, ¿qué le atrajó de ella?, ¿la razón por la cual terminaron?, ¿si terminaron en buenos o malos términos?". Qué me da indicios de que terminaron en buenos términos, pero no al 100%; sin embargo, hay una que me tiene inquieta... ¿Porqué Anthony le hablaba mucho de mí a Jessica?, digo... No es algo negativo, pero pude notar su expresión al mencionarlo, disgusto. Además, no tiene mucho que Anthony y yo nos conocimos y nos volvimos mejores amigos, casi hermanos a pesar de no ser de sangre; o tal vez debo estar exagerado, puede que Anthony si le hablará de mí a Jessica, pero tal vez no demasiado.

¿Porqué ahora le tomo importancia?... No es que no, porque Anthony es mi mejor amigo y mi deber es estar ahí para él, ayudarlo, apoyarlo; pero no debo involucrarme en sus relaciones. Sean actuales o del pasado, eso a mí no me compete.

Terminamos de acomodar y guardar, y nos dispusimos a irnos a nuestras casas. Estaba a punto de despedirme de Anthony, pero me interrumpio para decirme y a su vez preguntarme que fuera a cenar con él.

Siendo honesta me sentía con hambre; lo único que comí fue un chocolate que traía guardado en mi bolso, junto con una botella de agua que terminé acabandome por el calor que hacía. Le rechacé la invitación, pero fue en vano, ya que mi estómago rugió, me sentí avergonzada pero a ambos nos causó risa. Mi estómago me había exhibido.

- Vamos Samara -abre la puerta del copiloto- Tu estómago no miente

- Que gracioso -hago una risa sarcástica- Pero no

- Dime la razón o las razones

- En primera, no estoy lejos de mi casa. Segunda, tengo comida y tercera; a esta hora de seguro no hay lugares abiertos. Y cuarta, no pienso hacerte gastar -me cruzo de brazos mostrándome victoriosa como si de una competencia se tratara

- Buenos puntos, pero; primero, no estás lejos de tu casa pero ya es bastante tarde para que te vayas tu sola. Segunda, tienes comida, pero de seguro debe ser poco. Tercero, hay lugares abiertos a esta hora, y, cuarta, no me interesa gastar -sonrie victorioso- Así que... ¿Vamos?

Tenía razón en sus argumentos, en especial en la segunda. Casi no tenía para comer, básicamente son sobras lo que tengo. Por mi mente paso el echarme a correr, pero sería una mala idea ya que él me alcanzaría y me llevaría a rastras. Sin darle más vueltas al asunto me subí al auto y emprendimos el camino.

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Llegamos a un pequeño bar, el lugar se veía lindo; iluminado con varias luces de tonos diferentes pero llamativos. Entramos y Anthony ya estaba recibiendo saludos de algunos de los locatarios y clientes. Igualmente recibí saludos, pero no tanto como Anthony. Al parecer alguien es cliente frecuente.

Tomamos asiento en una de las mesas que de encontraban desocupadas y nos dispusimos a pedir la orden.


𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora