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- ¿Adivina a quien ví ayer? -alza las cejas. En modo de asombro

- ¿Es alguien de la escuela? -pregunta Jenna

- Si

- Mm... Si me lo quieres decir es porque es alguien importante. Debo suponer

Jenna se queda pensativa por unos segundos. Hasta que su gesto cambia a uno de asombro y alegría al mismo tiempo

- ¡Ya sé , ya se! -chaquea los dedos y brinca de la emoción- ¡¿El profesor Harper?!

- Adivinaste

- ¿Y qué tal?. ¿Alguna novedad?

- No tanto -me recargo en la butaca- Solo llegó, pidió un café y solo eso, pero a Elizabeth le encantó. Quedó fascinada con él

Jenna se ríe ante tal comentario

- Bueno. No la juzgo. El profesor Harper tiene todo, y con "todo", quiero decir todo

Tienen razón ambas. El profesor no está nada mal, pero no es alguien en quien estaría totalmente perdida.

- Pero se ve que alguien ya lo conquistó

- ¿Quién?

- Tú. Es claro -al oír tal blasfemia arrugó la nariz-

-De nuevo con eso

- No lo niegues es claro que tú le llamaste la atención

- ¿Y qué te hace pensar en eso?

- Ayer. Cuando entro al salón puso su ojos en tí, te miraba a cada rato. Y también en el almuerzo

- Cualquiera mira a alguien más, o que tal si no me estaba mirando a mi y miraba a alguien más

- Niega lo que quieras, pero estoy segura de lo que ví y también he visto ese tipo de miradas. Ayer que los ví platicando

- Es normal que la gente tenga platicas, Jenna

-Si, pero él se veía muy agusto. Además, que casualidad que el profesor Harper ayer haya ido a la cafetería habiéndo tantas cafeterías

- Tal vez fue el que le quedó más cerca, o no había mucha gente

- O tal vez por tí

Ya no me dió tiempo de responderle a Jenna. Ya que llegó la profesora.

No le preste tanta atención a la clase por estar pensando en que dijo Jenna. ¿Y si será cierto?

De estar tan sumergida en mis pensamientos ni me di cuenta cuando terminó la clase y el profesor ya había llegado.

Hablando del rey de Roma.

- Ya llegó de quién tanto hablabas

- ¿Yo?. Más bien tú

El profesor dió inicio a su clase, todo estaba con normalidad. Nada de miradas, eso me tranquiliza. Jenna se había equivocado. Anotó lo que el profesor apuntó en el pizarrón, hasta que siento una patada.

- ¿Qué pasá? -susurro con algo de molestia por l apartada que me dió

- Ahora no te ha mirado

-¿Y éso qué?. Mejor ponte a apuntar lo que está en el pizarrón, porque no quiero que al rato me digas que te pase los apuntes

- Ya voy -dice a regañadientes

No pasaron ni 5 minutos cuando Jenna me volvió a pegar en el pie.

- ¿Ahora qué?

- Interrumpo algo -el profesor mira primero a Jenna y después a mí

Carajo...

- No, para nada -respondo. La voz me tiembla

- Desde hace rato que estoy dando clase y ustedes están platicando.

- Una disculpa por eso, pero es que quería que Jenna me aclarara una duda sobre el tema

- ¿Qué no está prestando atención a mi clase? -se sienta en la esquina del escritorio y se cruza de brazos

- Si, pero solo era una pequeña duda

- Si no le interesa mi clase puede retirarse. Ahí está la puerta -dirige su mano, apuntado hacía la puerta

¿Ahora que mierda le sucede?. Ayer fue gentil conmigo y ahora me ataca.

- No, gracias. Pero si gusta que me retiré, lo haré

Se que no soy de responder porque no me gusta terminar en una discusión, pero no me agrada la forma en la que me está hablando.

Toda la clase se queda asombrada incluyendo el profesor por tal respuesta. El profesor se levanta del escritorio y se dirige hacía mí en paso lento.

- No permitiré ese tipo de actitudes en mi clase

- Entonces lo mismo va para usted, profesor. Cómo usted se dirige hacia mí, también lo haré -me cruzó de brazos, lanzado una mirada desafiante- ¿Entonces?...

La tensión es interrumpido por el sonido del timbre. Cómo la campana en el deporte de box, dando por terminada el combate.

- Terminando clases la espero en la biblioteca

Genial. Y solo es el segundo día

Se va hacía el escritorio y recoge sus cosas. No sin antes despedirse

- Samara, lo lamento mucho. En verdad -se disculpa Jenna casi arrodillándose ante mí

- No hay problema, Jen

- Si, es un problema. Te regañaron y te castigaron por mi culpa y yo no dije nada

- Está bien. Lo digo en serio. No estoy molesta contigo, pero si con él. ¿Cómo se le ocurre hablarme así?

- Si fue raro. Pero si quieres voy a hablar con él, y le platico lo que realmente pasó

- No, no. Déjalo así. Además solo es un castigo, no es una suspensión ni nada -saco el celular del bolsillo de su pantalón- Le enviaré mensaje a Liz para decirle que llegaré tarde al trabajo

- ¿Creés que te quedes mucho tiempo?

- No creó, solo será quedarme sentada en la biblioteca leyendo libros

- De todas formas te cubro. Dile a Liz que yo iré por tí

- ¿En serio? -Jenna asciende con la cabeza- Aw. Gracias

𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora