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Tocan el timbre y Jenna abre la puerta.

— Oh. Qué tal Jenna —se acomoda el saco— Buenas noches. ¿Está Samara?

— Buenas noches, señor Harper — sonríe— Claro. ¿Quiere pasar?

— No, gracias

— Se nota algo nervioso

— ¿Demasiado? —Jenna le hace una seña con la mano, meneandola de un lado al otro. Él ríe— Si lo estoy. Quiero que está cita sea perfecta

— Lo será. Usted no se angustie

Ya teniendo mis cosas necesarias guardadas en mi bolso, me dispongo a salir. Y lo primero que veo es a Harper, se veía realmente apuesto, a pesar de verlo la mayor parte del tiempo con traje; esté le relucía.

— Wow. Samara, te ves... Increíble —ambos nos sonreímos— Muy encantadora

— Gracias —conteste con la voz algo temblorosa. En eso Jenna habla

— Será mejor que se vayan, no se le vaya a hacer tarde

— Por supuesto. ¿Nos vamos? —me extiende su mano y yo la acepto. Nos despedimos de Jenna y nos dirigimos a su auto, y emprendimos el viaje

Desde que iniciamos el viaje no nos hemos dicho ninguna palabra. No sé si soy yo, o, Harper se notaba nervioso igual que yo; las veces que lo observé los dedos de sus manos las estiraba, marcando sus venas y también porque se relamia o se mordía el labio varias veces.

— ¿Estás bien? —me pregunta

— Si. ¿Por qué? —le cuestiono

— No has hablado en todo el camino. No te exijo que hables, pero está todo en silencio

— ¿Yo no he hablado en todo el camino, o tú no has hablado en todo el camino? —bufa por mi comentario

— Ahí está la Samara divertida —sonrie— Por cierto, me gusta como te ves con el cabello recogido

— Gracias. Casi no suelo peinarme, ya que me cuesta algo de trabajo —me acomodo algunos mechones de cabello— Pero de alguna forma, está vez mi cabello si quiso dejarse peinar —ambos reímos

— Te ves encantadora

— Ya me lo habías dicho —miro para otro lado para que no note mi sonrojo

— Dije que te veías increíble, y ahora te ves encantadora —posa su mano en mi pierna que se encontraba descubierta por parte del vestido, sin quitar la mirada al volante

— ¿A cada rato vas a halagarme?

— Si es lo que deseas, incluso puedo mostrartelo

En tan solo unos minutos logró sonrojarme demasiado. Hasta mis mejillas me dolían de tanto sonreír y mis manos no dejaban de sudar, como mi cuerpo que se sentía caliente. Baje un poco la ventana para que me entrará aire.

— ¿Te gustaría poner algo de música?

— No creo que te gusten las canciones que yo escucho. Mejor pon tu música, no tengo problema

— No creo que sea de tú agrado —hace una mueca

— ¿Qué tipo de música escuchas?

— Aunque no lo creas. La clásica o de jazz —lo miro con asombro

— Aburrido, ¿no?

— No. Bueno, jamás he escuchado la música clásica. Es solo que es la primera vez que escucho a alguien decir que escucha ese género de música

— Si. Tampoco soy de escucharla demasiado —se toca la barbilla— Igualmente me gustaría saber de tus gustos musicales, que tipo de música escuchas

— Ya te había dicho que generos escucho

— Ya sé, pero no los he escuchado y eso quiero. Escucharlos. Tu sabes más de música que yo —bufé— Adelante

— Bien

Enciende la pequeña pantalla y noto que tiene una playlist de canciones pop. A lo cual me quedo consternada.

— ¿No qué solo escuchabas música clásica? —le cuestiono de forma burlona

— No son mías. Son de... —se queda en silencio. Queriendo analizar su respuesta— Una ex pareja

— Debo admitir que tiene un buen gusto —con mi dedo deslizo la pantalla para ver las canciones que contenía

Tenía canciones de Madonna, Dua Lipa, SZA, Charlie Puth, Bruno Mars, hasta de Britney Spears... A esta mujer, le encanta el pop. También tenía de otros géneros, pero era más música pop.

— Si gustas escoger de ahí. No hay problema

— Claro, pero como dijiste quieres conocer las canciones que escucho. Entonces eso te mostraré

— ¿Qué no me mostraras? —aprieta mi pierna, relamiéndose sus labios para después sonreírme

Ya una vez conectado mi celular, escogo una canción. "Come Around Me — Justin Bieber".

— ¿Te gusta Justin Bieber?

— Me gusta su música, pero como tal él o que soy su fan. No

— Bien

— ¿Y cómo supiste que era él? —pregunto dudosa

— Una vez fuí a su concierto, pero fue por mi hermana —arruga la nariz— Nada mal el concierto, pero no es lo mío

— ¿Tú en un concierto?. Oh, Dios —me d aún ataque de risa

— No te burles. Tuve que ir por obligación —ríe— Mi hermana ya había comprado los boletos, pare ella y su amiga; pero se pelearon y mi hermana no tenía con quien ir. Así que me pidió que la acompañará, y tuve que hacerlo

— Lo dices como si te hubiera amenazado

— No conoces a mi hermana



𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora