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— ¿Está todo en orden? —comencé a preocuparme.

— Quiero hacerte una propuesta —toma mis manos juntandolas con las suyas— Quiero que te vengas a vivir conmigo.

— ¿Cómo?.

— Se que apenas está iniciando nuestra relación pero, quiero que vivas conmigo —quede perpleja ante la propuesta— No tienes que responderme ahora, Sam. No te presionaré.

— Harper... —mi respuesta fue interrumpida por un beso de él. Seguimos con lo que habíamos dejado.

Introdujo dos de sus dedos en mi vagina, haciendo movimientos lentos.  Sentí como comencé a mojarme.

— ¿Tan rápido te mojaste? —me hablo al oído aún manteniendo sus dedos en mi parte

— No pude contenerme

— Apenas estamos empezando —introduce otro de sus dedos, haciendo los movimientos más rápidos. Me inclinó un poco hacía atrás para dejar que sus dedos recorran toda mi parte— ¿Me quieres dentro de tí?

— Si —respondí agitada. Encajando mis uñas en su espalda

— Cada vez me sorprendes más, señorita Sánchez —se acerca a mi cuello, oliendome. Siento una punzada, me estaba mordiendo. Gadeo— No puedo resistirme ante tí

El siguió mordiendo y besando algunas partes del cuello y de los hombros, pego  mi cuerpo con el suyo, nuestros genitales rozaron, sentí su duro miembro. Con algo de brusquedad y rapidez coloca mis piernas sobre su cadera, alzandome un poco, introduce su miembro dentro de mí e inicia con lentos movimientos. Muevo mi cadera en círculos para sentirlo mejor y darme placer a ambos.

Me recargo en la barra, arqueando mi espalda; sostiene sus manos en mi cintura, los movimientos comienzan siendo más rápidos. Aún seguía mojandome, pero eso no me interesaba, ni mucho menos a él, es más, a él le encanta saber la enorme satisfacción que él me daba, lo que me provocaba. Eso lo despertaba.

Llevo sus manos a mis muñecas, sosteniendolas con fuerza, dándome un beso con demasiada intensidad, sin dejar de moverme. Quería agarrar su cabeza con mis manos, para demostrarle que también lo deseo tanto, pero fue envano, él me tenía poseída y yo solo me dejaba guiar. Sus labios fueron bajsno hasta mi cuello, mi clavícula besándolo; hasta llegar con mi pechos, jugando con ellos con su boca y lengua.

— Ah. Harper —gemi diciendo si nombre entrecortado

Cambiamos de posición, o más bien, yo cambié de posición. Quedando boca abajo, y solo la parte de mí cintura hacía arriba estaba recargada en la barra; me tomó del cabello con una mano, sin brusquedad, con delicadeza. Me beso y me lamió de mi espalda hasta mis glúteos, otra vez jugaba con mi vagina; pude sentir como está ya estaba inchada de tanta manipulación. Después de aquella acción, se introdujo nuevamente dentro de mí, posicionando su mano libre en mi cintura para más fuerza y rapidez; mientras me galaba el cabello. Sus uñas se encajaban en mi piel, a pesar de que dolía me invadía más el placer.

Luego de vários minutos mi cuerpo ya no aguantaba, aunque aún deseaba más, mi cuerpo ya no lo soportaría. Además de que sentía que ya me vendría.

— Harper —digo agitada— Siento que me vengo

— Espera unos segundos —responde también agitado

Ambos nos venimos, pero por suerte el fuera de mí. No habría tenido problema con que se viniera dentro de mí y después me tomaría unas pastillas del día siguiente, sin embargo, no quería correr riesgos y por lo visto, Harper tampoco.

Terminamos tan sudados que nos metimos a bañar pero por separado. Primero fuí yo y después él.

Mientras él se estaba bañando, salí a la terraza que estaba en su habitación. Admiraba lo maravilloso que se veía la ciudad de noche y en una gran altura, era una vista muy hermosa y admirable. En mi cabeza llegó la propuesta que me había hecho Harper, varías preguntas y cuestionamientos se hicieron presentes en ese momento.




𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora