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Ya habían transcurrido dos días después de la situación con el profesor y que en consecuencia o castigo; tuviera que acomodar los libros de la biblioteca.

Desde aquel día ya lo tenía en mi lista negra. Las veces que me tocaba las primeras clases con el profesor Harper, llegaba a solo se dirigirme a mi lugar, sin decirle un "buenos días" y me ponía a seguir escuchando mi música, a leer, a jugar en mi celular o terminar algunos apuntes que me hacían falta por terminar.

Harper:

¿Por qué me castigas de esta manera?.

Tan solo quiero una mirada tuya, una mirada, aunque sea con odio. Es lo único que anhelo, pero... También anhelo más que una mirada.

Quiero tenerte conmigo, tocar tu clara y suave piel con mis rasposas manos, probar esos labios rojos que cada vez que los veo me inoptizan, pidiendo que los pruebe, los devore. Y ni hablar de ese aroma tuyo que...

No... Que estoy diciendo. No está bien, ésto no está bien. Solo estoy diciendo estupideces, fantasías sin sentido.

Entre la señorita Samara y yo no habrá nada y ni debería de haber algo. Ya que hay una gran diferencia de edad, además de que ella es algo testaruda, temperamento alto, una joven que te hace sacar de quicio en un dos por tres. Ahora entiendo porque la mayoría de los chicos no se le acercan.

Afortunado el que logre conquistarla.

- ¿Cómo vas con los libros? -pregunta Jenna apareciendo "mágicamente" a un lado de mí

- Ya casi terminó. Solo me hacen falta tres o cuatro estantes y terminé -abro mi casillero para guardar algunas cosas que tenía en mi mochila- Pero espero terminarlo hoy, para ya librarme de ese maldito castigo y de él

- ¿Qué?. Osea, ¿qué él también se queda en la biblioteca?

- Si

- Vaya. Las chicas y las profesoras usando sus coqueteos para tenerlo y tú con contestarle, lo tienes

- No puedo creer que a pesar de lo sucedido. Aún lo sigas deseando

- Yo no lo deseo -la miro con una ceja alzada- Bueno un poco, pero no estoy totalmente perdida por él. Solo me gustaría tenerlo por una noche o varias noches

- En fin -cierro mi casillero- Lo bueno es que hoy descanso. Así que no tengo problema con quedarme más tiempo, con tal de que termine, al fin seré libre

- ¿Quieres que te ayude?

- No será necesario. Gracias

- Sin problema me quedaré a ayudarte, o por lo menos te espero

- Naah. Está bien

Entramos al salón, nuestros compañeros y amigos se encontraban en sus respectivos lugares, hablando unos con otros. Al ver mi presencia la mayoría me saludan, después de aquella "revelación" contra el profesor; algunos de los compañeros empezaron a hablar conmigo. Además de Jenna, también tengo otras amistades, pero "mágicamente" los compañeros del salón empezaron a hablarme.

- Ahí está la famosa Sa-ma-ris. La rebelde -habla Dave. Alzando la voz, levantándose y haciendo como una reverencia ante mi

Dave es mi otro mejor amigo, ya que él primero es Anthony. A Dave lo conocí apenas iniciando clases, ya a la semana de conocernos éramos como uña y mugre; al igual que Anthony, es un hermano para mí. Solo que con él, la relación de hermanos es cariñosa pero pesada.

La mayoría de nuestro cariño se basa en llevarnos pesado el uno con el otro, hacernos bromas, pero también tenemos nuestro momento profundo, sentimental.

- Gracias, gracias -respondo. Siguiéndole la corriente

- Veo que ya te volviste popular

- No me volví popular

Jenna se mete en la conversación

- Por supuesto que sí. Hasta la mayoría de la escuela se enteró de tu teatro

- Carajo, los rumores llegan rápido

- No te molestes. Tómalo como algo bueno -comenta Dave

Alguien toca la puerta, era uno de los coordinadores. Nos da el avisó de que el profesor de Filosofía no nos partirá clase por el día de hoy.

Los gritos y silbidos de alegría no hicieron falta.

Esté día no podía ser increíble. Casi 2 horas de descanso; hoy no partiremos la clase de filosofía y después el receso. Que haya más días como esté.

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- Bueno amigos. Los veré el lunes

- ¿A dónde vas? -pregunta Dave

- Iré a la biblioteca -señalo en dirección a donde se encuentra la biblioteca, o bueno, el pasillo que la lleva

- ¿Aún no has terminado?

- No, pero hoy al fin se terminara. Quedará todo ordenado como el Señor gruñón lo desee -los tres reímos- Así que ya me voy

- Te acompaño. ¿Vienes Jenna?

- No. Tengo que hacer algunas cosas importantes. Los veré el lunes, chicos

Jenna me mira picarona. Pero no me molesta, ya que desde que conocimos a Dave a hecho lo mismo. Más bien, lo hace con cualquier hombre con quién me encuentre cerca. Ella está más desesperada en encontrarme pareja que yo.

Dave y yo partimos camino. Estábamos hablando de cosas sin sentido, como siempre ha sido. Por esa razón el también es mi mejor amigo, ya que con él se puede platicar de lo que sea; las conversaciones fluyen. Sin necesidad de quemarte la cabeza sobre que tema hablar.

Ya habíamos llegado a la biblioteca, ni me di cuenta en qué momento entramos. En eso miro para otro lado y notó que el profesor Harper está sentado en una de las mesas junto con Emma. Nuestras miradas de cruzan, pero yo rápidamente desvío la mirada; pude notar como su rostro cambió. Dave se despidió de mi y empiezo mi trabajo, no sin antes saludar a Emma.


𝐋𝐀 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora