1. Desde cero.

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『  Jane  』

Llegué a la cual era mi nueva casa, aún me sentía extraña a éste cambio tan repentino.

Viaje por el patio trasero, por las habitaciones, por el baño, por la cocina, por la sala, por la cochera, recorrí cada rincón de la linda casa. No se sentía como la casa de mi abuelo, aquí se siente tan seco y hueco en cambio en la casa de mi abuelo se sentía calidez, tan llena de amor. No lo sé, no es la misma sensación.

—Traté de que tú habitación quedara lo más parecida a la otra. –Escuche decir a mi tío.

Suspire y mire el candelabro en el techo mientras me hundía lentamente en mis pensamientos.

Tu eres muy fuerte, Jane.”– Recordé.

La voz de mi abuelo resonó en mi cabeza.

Vi como mi tío bajaba mis maletas y algunas cajas. Mi tío Erwin estaba haciendo mucho por mi y yo siento como si no lo mereciera.

—¿Qué quieres cenar? –Preguntó.

Yo pose mi mirada en el y pensé en que sería bueno comer, no me gusta la comida rápida lo cual era desventaja. Encogi mis hombros sin saber que decirle.

—Cambiate, iremos con un amigo.

Arquee la ceja. ¿Para qué debería ir yo? Subí a mi habitación y saque de mi maleta algo casual como para salir a cenar. Una falda de mezclilla y una blusa de tirantes y encima un cardigan, todas las prendas de colores combinables.

Usar zapatos deportivos era informal y usar tacones era muy formal, opte por unas zapatillas de bailarina.

Baje por las escaleras y salí al exterior de la casa donde ya me esperaba mi tío con el coche encendido. Cerré la puerta de la casa con candado y después de que la puerta sonara anunciando su cierre por completo me encamine al auto.

Era una zona poco habitada, ya que usualmente es un espacio para vacacionar y la gente compra las viviendas para venir de vez en cuando a relajarse, no para vivir.

Total, es un lugar cerca del mar.

Estando en el auto pensaba en cosas, en el cambio de preparatoria que tendré que manejar. Me carcomia el hecho de no poder socializar o no llevar las cosas como yo esperó.

Recargue mi cabeza en la ventana del auto y cerré los ojos por un momento.

No me di cuenta de cuanto tiempo los había mantenido cerrados ya que al abrirlos ya estabamos en nuestro destino.

Frote mis ojos con cuidado y mi tío abrió la puerta para mí, desabroche el cinturón de seguridad y salí del auto. Me pare frente a la nada modesta mansión de ese tal "Amigo" de mi tío Erwin.

Por fuera se miraba muy elegante y pulcra, no me imagino como estará por dentro. Esa casa derrochaba la elegancia por todos lados, desde el césped bien cortado a los vidrios relucientes. El agradable aroma que emanaba indagaba por mis fosas nasales.

Mi tío presionó el botón del timbre y en unos cuantos segundos abrió un hombre azabache.

—Pensé que no vendrías.

Su voz...

El se hizo a un lado para dejarnos pasar, tuve la inercia de agachar la cabeza y clavar la vista en el suelo al pasar por un costado de el. El contacto visual no es mi fuerte.

Mi tío Erwin señalo que me sentara en el sofá, lo hice con cierta incomodidad. Su casa era muy cálida y cómoda pero me sentía extraña, como si algo me observara.

❝ Nudes | Levi Ackerman ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora