❝ Nudes | Levi Ackerman ❞

22. "Para mi tu eres primero".

𝓛𝓮𝓶𝓸𝓷  +𝟏𝟖

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Al día siguiente

Había terminado de hacer los trabajos que el profesor había dejado, iba directo a la oficina nuevamente. Había disfrutado mucho la estancia en casa pero era tiempo de volver a la rutina.

Al llegar estacione el auto donde siempre, tome mis cosas y subí por el elevador hasta el piso donde me correspondía.

Saque la laptop y en lo que se encendía recibí un mensaje de Levi.

“¿Ya estás aquí?”

Respondí rápidamente y continúe preparandome para trabajar, no tenía tanto trabajo ya que ayer había adelantado algunas cosas. Mi teléfono vibro nuevamente y lo revise.

“Traeme un té a mi oficina por favor”

Suspire y salí de mi oficina directamente a la cafetería de la empresa, estaban un trío de chicas las cuales eran trabajadoras de la empresa y que nunca había visto por trabajar en áreas distintas.

Pase por un lado de ellas y me acerque a la hervidora, tenía agua caliente, perfecta para el té de Levi. En lo que el té se consumía vi como las mujeres me miraban confundidas o eso pensaba yo. 

—¿Y tu quien te crees para entrar así aquí? –Me dijo una de ellas, se miraban mujeres ya mayores. Unos treinta y tantos años. Una morena, otra rubia y una pelirroja.

—¿Perdón?

—"¿Perdón?" –Dijo la otra tratando de imitarme, eso realmente me había ofendido.

—Dejala, es una de las tantas amantes que tiene el jefe. –Escuche la voz de otra de ellas decir decir.

Me sorprendió que ella dijera eso, estaba realmente molesta por eso que estaba a punto de irme.

—Aww, eres uno de los culitos del Jefe.– Dice la mujer morena de forma burlona.

—Mira niña, si crees que por estar "relacionada" con el Señor Levi eres importante, claro que no lo eres. Todas las de aquí ya tuvimos nuestros que veres. –Dice la rubia.

Yo hacia como no escuchaba y les daba la espalda, nunca me ha gustado pelear con gente que no vale la pena.

—Mirala, con ese trasero y tetas de mentira. –Las tres rieron.

—¿Nos estás escuchando zorra? –Se acercó a mi la rubia.

—Maldito vocabulario de callejeras que tienen. –Les dije con el té en manos.

—¿Que dijiste? –Dice la morena acercándose a mi.

—Que ustedes se habran acostado con el, pero la que está por arriba de ustedes soy yo. Una cogida no las hace más que los que están aquí, mucho menos las hace más que yo.

La pelirroja empujó mi mano haciendo que el té hirviendo cayera encima de mi, no grite, no me queje, solo la vi con frialdad.

—Que idiotas. –Dije por último.

Me di la vuelta y camine hasta el elevador, estaba tan molesta, con el pecho quemado, y sin el té.

Al llegar al piso trece, toque la puerta de la oficina de Levi, el me grito adelante, yo entré y cerré la puerta a mis espaldas. Al ver mi camisa mojada fruncio el seño.

—¿Que té pasó? –Preguntó examinando mi apariencia.

Yo no pude aguantar mis lágrimas y comencé a llorar, me sentía mal por la actitud de esas odiosas mujeres.