31. En el auto.

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𝓛𝓮𝓶𝓸𝓷  +𝟏𝟖

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Venía en el auto con Levi, estaba nerviosa. El fumaba mientras manejaba en dirección a su casa.

Decidí hablar —Dejame en mi casa...

—No.

Que amable.

Quedamos de nuevo en silencio, apreciaba la caja en mis manos. Era muy pequeña para zapatos o algo por el estilo, pero muy grande para un celular.

—¿No lo piensas abrir?

Yo comencé a quitarle el empaque con cuidado. Era una caja negra, la abri y vi una caja de celular dentro de ella. Alrededor de la caja del celular había chocolates.

Me emocione al ver que el celular era uno de los últimos modelos que habían salido al mercado en los últimos días. Sonreí como una loca al ver el regalo.

—¿Es para mi? –Pregunte con emoción.

—¿Para quién más?

Yo me acerque a el con cuidado de no estorbar y lo bese en la mejilla. —Gracias Levi, me encanta.

Saque el celular de su caja y comencé a retirar los plásticos de forma satisfactoria.

—Mande a hacerle una funda personalizada pero no me la entregan hasta mañana.

—Levi, eres un amor. –Estaba tan feliz con mi nuevo celular, era mucho mejor del que tenía antes y sobretodo más estético.

—Amor el que te haré.

—No me digas que eso es lo que quieres a cambio.

—No, pero si se da la oportunidad tal vez acepte la oferta. –Me miro de forma pícara.

Sonreí negando con la cabeza, mire al frente y se había desviado del camino. Estábamos llendo a una zona que aún no estaba poblada, había solo árboles y hierba.

—¿No lo haremos aquí o si?

—Cállate y vete quitando la ropa. –Dijo mientras parqueaba el auto detrás de unos grandes arbustos.

A este hombre le gustaba hacerlo en partes peligrosas.

Hizo para atrás el asiento de forma que quepa mi cuerpo. Yo quite mi sudadera y los zapatos para estar más cómoda. Subi encima de el y el me tomo por la cintura apretandome y tocandome.

Con delicadeza bajo mis bragas y las tiro a la parte trasera del auto, el se desabrocho el pantalón y saco su miembro erecto y palpitante. Se me hacía agua la boca de solo verlo.

El lo sostenía con su mano, me levanté un poco y abrí mis piernas, el lo acomodo en mi entrada la cual estaba goteando fluidos, lentamente fuí  sentandome en el. Mi cuerpo aún no se acostumbraba a tenerlo dentro así que se deslizaba con dificultad.

Ahora si podía soltar todos los sonidos que yo quisiera y no desaproveche el momento. Me dolía hasta el alma pero no me detendría, era una sensación que me gustaba por más que me hacia temblar.

Los gemidos desgarradores escapaban de mis labios y el solo reía malevolamente.

—¿Te duele? –Yo asentí mordiendo mi labio inferior, el me sostuvo de los hombros y levanto su cadera para penetrarme por completo.

Que dolor.

Continuó moviendo su cadera hacia arriba con rapidez, yo solo apretaba el respaldo del asiento clavando mis uñas en el.

—¿Asi te gusta que te de verdad, princesa? –Susurró en mi cuello, dije que si con la cabeza. —Joder eres tan zorra.

No podía creer lo que escuchaba, sus palabras me prendían más que nada. Me gustaba que me tratara así y no tenía idea de por qué.

Con cada penetración su miembro entraba aún más en mi, no veía la hora para que lo metiera completo. Lo ayude a acelerar el proceso, baje hasta que mis paredes lograran envolver su miembro por completo.

Nos mirábamos a los ojos mientras me penetraba rápidamente. Me sujetaba de las caderas y se acercó a mi cuello para besarme y lamerme. Era tan salvaje y no tenía ni una gota de compasión por mi.

Mis gritos decían más que mis expresiones de dolor, el miraba muy atento como su miembro entraba y salía de mi una y otra vez. Los roces me habían hecho sangrar pero ni el ni yo nos detuvimos.

—Esa carita que pones, es tan tierna. –Dice pellizcando mi mejilla no tan fuerte.

Después de un largo tiempo su respiración se hizo más pesada y sus gruñidos escapaban con más frecuencia. Se detuvo y me miro algo cansado.

—Continúa. Hazme venir. –Susurró.

Acaricie su mejilla con mi mano viéndolo a los ojos —¿Y-yo?

—Si, tu.

—No se... –Me interrumpió.

—Si sabes, a mi ya no me engañas. Así que salta encima de mí, puta.

Puta.

Me dijo puta.

En realidad yo no sabía cómo moverme, había visto demasiados videos sobre ésto pero ¿Como lo hacían? ¿Solo saltaban y ya?

Comencé a moverme de forma circular de forma que el logrará sentir mi interior por completo. El me sujetaba de las caderas, sus manos se fueron hasta mi trasero y las metió por debajo de mi falda.

Apretaba y nalgueaba mi trasero, yo me sostuve de sus hombros, su pene palpitaba en mi interior y eso me gustaba. Era tan rico tenerlo dentro mio pero a la vez doloroso.

Mi cuerpo temblaba demasiado sin embargo eso no me detuvo a saltar en el. Saltaba hasta que nuestras pieles chocarán, se me dificultaba hacerlo pero el me gemia tan delicioso al oído que podría hacerlo toda la tarde.

—Justo así, no pares, perra.

El auto se movía con cada saltó mio, el apretaba mis nalgas y de vez en cuando me nalgueaba. Estaba segura de qué había dejado sus manos marcadas en ellas.

Mis gemidos estaban siendo erráticos con cada saltó que daba, además ambos estábamos desesperados por corrernos. Se sentía increíble saltar encima de él, como su pene se marcaba en mi pelvis era tan rico.

Algunos minutos después ya estaba cansada de saltar y se notaba al bajar la velocidad poco a poco, me sonrió con picardía. —¿Mi princesa está cansada?

No me dio tiempo ni de responder para cuando el ya me estaba penetrando como loco desesperado. Eso dolía aún más, mucho más.

—Me duele...

Al parecer le importó poco y siguió a su ritmo, era duro y rápido. Lo hacía bien pero no tenía ni un poco de dulzura ni de suavidad.

Hubo punto que me hizo llegar hasta las estrellas. El hecho para atrás su cabeza como si estuviera igual que yo, de pronto sentí esos escalofríos y ganas de apretarme y curvearme.

—Eso es, aprieta más. –Hice lo que me pidió, en cuestión de segundos sentí algo caliente llenar mi interior, el soltó un largo y sonoro gruñido. Con ese gruñido fue más que suficiente para correrme junto con el.

El me miro y beso mis labios con fervor y brusquedad. Yo respondí igual.

Se separó —Coges de maravilla. –Dijo.

Sonreí sonrojada por sus palabras, salió de mi y yo me cambie al otro asiento. Aun expulsaba nuestros fluidos, sentía como manchaba el asiento de su semen.

Este es el verdadero paraíso.








kises from jane

❝ Nudes | Levi Ackerman ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora