3. Propuesta inesperada.

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Llegué de nuevo a la casa de Levi, en éstos dos días de haberme mudado solo pasaba tiempo con el. Deje mi mochila en el suelo al lado del sofa y me senté en el.

—¿Tienes hambre?– Pregunto Levi.

Yo respondí negando la cabeza, el me observaba con neutralidad. El comenzó a quitarse la corbata aún viéndome, yo observaba cómo lo hacía.

Después continuó con su saco, el cuello de su camisa desordenado y tres botones de ella desabotonados. Yo no pude evitar clavar mi vista en su pecho y su cuello.

Y en mi cabeza comenzaron a divagar diversidad de escenarios...explícitos

Sentía cómo me empezaba a sonrojar, no sabía porque mi mente pensaba en indecencias y vulgaridades.

—Te sangra la nariz.

Me sorprendieron sus palabras y rápidamente me cubri con mis manos.

¿Qué carajos? ¿Porqué?

—¿El baño?– Abrumada.

—Fondo a la derecha. –Respondió.

Camine hacia él y entré cerrando la puerta a mis espaldas, suspire aliviada y me mire en el espejo. Las gotas de sangre oscura escurrian por mis labios y mi rostro sonrojado, me limpie y mantuve mi cabeza hechada para atrás durante algunos minutos.

¿Porqué cuando vi a Levi me sangro la nariz...?

Algo similar me pasaba cuando miraba a Floch entrenar o cuando revelaba su abdomen.

Me senté en el suelo mordiendo mi pulgar nerviosa, tenía mucha vergüenza de salir.

Lave mi cara y luego la seque con la toalla.

—Vamos Jane, no es nada. –Me dije a mi misma.

Salí y el estaba sentado con su celular en el sofá, con las mangas de su camisa hasta los codos. Sus brazos, tan gruesos y grandes...

¡JANE, ESTÁS LOCA!

Sentí ese calor subir de nuevo a mis mejillas.

—¿Te sientes mejor?– Preguntó.

Asenti evitando el contacto visual, me senté en el sillón frente al suyo y trate de pensar en otras cosas.

Escuche como un auto se estacionaba fuera de la casa, suspire alivida al saber que era Erwin. El tocó el timbre y está vez fui a abrir yo.

Al abrir la puerta mire un auto blanco hermoso, el sonreía viendo mi reacción. Sentí mucha emoción al ver al auto, no podía creerlo. Levi se detuvo a mi costado observando el lujoso auto.

—¿Te gusta?– Preguntó.

—Me encanta.– Sonriendo.

—Bueno pues ahora es tuyo. –Abrió mi mano y colocó las llaves del auto en ella.

No podía sentirme más feliz en ese momento y lo único que pude hacer fue abrazarlo. Era el mejor coche que había visto en mi vida y me sentía tan saciada de saber que era mio.

❝ Nudes | Levi Ackerman ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora