No era de extrañar que después del instituto se estuviese dirigiendo instintivamente a ese lugar. Después de todo, ese local ambientado en una acogedora calidez, con ese suave olor a café recién hecho que le transmitían la tranquilidad que tanto disfrutaba, se había convertido en uno de sus lugares favoritos. Allí estaba tranquilo, podía comer algo sin escuchar los mandoneos de su problemática madre todo el tiempo. Allí ya lo conocían, tenía una mesa cerca de las ventanas de pared entera que casualmente siempre estaba vacía y el podía usar con total libertad. Desde ese sitio podía observar las nubes flotando libremente por el azúl firmamento ¡Cuanto desearía ser una de ellas! Sin preocupaciones, sin gente molestándolo, y con la completa libertad de hacer todo lo que quisiera sin tener que pensar en las responsabilidades diarias de todo ser humano.Tan sumido estaba en admirar esas motas de algodón que no percibió cuando alguien se sentó frente a él. Solo unos segundos después, cuando por el rabillo del ojo divisó una silueta, fue que se enderezó con una mirada extrañada y vió al invasor de su tranquilidad.
O en ese caso: invasora.
—Hola, Shikamaru.
Claro que tenía que ser ella «¡Rayos!» maldijo Shikamaru para sus adentros ¿Como había llegado un incordio como ese al lugar más tranquilo de toda la ciudad? ¿Por qué tenía que tener él siempre la suerte en su contra?
—Ino —Pronunció únicamente su nombre, con desdén.
Ella por otro lado solo continuó sonriéndole, muy ampliamente. Era como si esa arpía de cabello rubio disfrutara con el malestar de él, como si el solo hecho de que él estuviera molesto fuera un gran entretenimiento para ella.
—¿Listo para comenzar nuestro proyecto? —Preguntó ella, animadamente y –en opinión de él – fingiendo estar ajena al mal humor de su contrario.
—¿Como sabías donde estaba? —Preguntó, evadiendo completamente la pregunta inicial de ella.
Ino lo miró con suspicacia, inclinándose un poco hacia adelante.
—¿Qué? ¿Creías que podías huir de mí? —Se burló —. Te seguí hasta aquí, Shikamaru. Llevas evitándome todo el día, pero eso no va a impedir que hagamos ese trabajo juntos.
Un suspiro sin indicio alguno de energías escapó de la boca del moreno, evidenciando así las pocas ganas que tenía el sujeto de continuar una discusión con esa persona que tanto le molestaba.
—Yo no quiero hacer ese proyecto —Se quejó — ¿Por qué no lo haces tú y me dejas en paz?
Durante décimas de segundos Ino se quedó mirándolo, con un gesto en sus facciones denominantes a lo que pensaba sobre esa propuesta, hasta que finalmente rió abiertamente, llamando la atención del Nara.
—¡Pero que inteligente! —Exclamó, burlándose completamente de él — ¿Te crees que soy tan estúpida como para hacer ese proyecto sola para que luego obtengamos la misma nota sin tu hacer nada? ¡No me fastidies!
Esa última vez, su tono de voz sonó molesto, irritable. Era más que obvio que los límites de su paciencia estaban siendo sobrepasados. Dejándo de lado toda esa actitud amable con la que se había presentado, Ino se levantó de su asiento, apoyó las manos sobre la mesa en un impacto fuerte que sobresaltó y asustó al chico, lo miró con fuego en sus ojos y una vena comenzando a sobresalir en su frente.
Estaba enojada, y Shikamaru sabía de ante mano, gracias a su progenitora, las consecuencias de hacer enojar a una mujer. Era muy problemático.
—¡Escúchame, Nara! —Comenzó a gritar Ino, inclinándose hacia delante en la mesa y clavando sus ojos como puñales sobre Shikamaru —. Hay tres cosas que no soporto en esta vida. Una es ese estúpido estereotipo de que las rubias somos tontas —Comenzó a enumerar con una mano frente al rostro de Shikamaru, quien se había echado hacia atrás en la silla, mientras la veía con temor —, Dos: que otros me digan lo que puedo o no hacer. Y tres: quedar por debajo de los demás... —Esta vez inhaló todo el aire que pudo, para soltarlo luego en un grito que seguramente dejaría a Shikamaru con secuelas — ¡NO VOY A DEJAR QUE TÚ Y TU PEREZA ME HAGAN QUEDAR POR DEBAJO DE LOS DEMÁS EN ESTE PROYECTO!
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Conociéndote Más [ShikaIno]
Fanfiction~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~ La superficialidad era la característica humana que él más detestaba. A ella se sumaban la vanidad, altanería y envidia. Shikamaru evitaba a toda costa el contacto con personas que poseerán estas cuatro nefastas características y le...