Cuando aquella pequeña silueta cruzó la entreabierta puerta de madera, viendo todo a su alrededor con toda esa curiosidad que en sus cortos cinco años de vida la habían caracterizado, lo primero que él hizo fue ocultarse más tras su cama, donde solía sentarse a jugar, o a pensar, en tranquilidad. Desde la puerta, por el ángulo de su cama, no podían verlo, así que muchas veces le servía como un escondite perfecto para que su padre no lo encontrara cuando jugaban a las escondidas, o para que su madre no lo viera cuando hacía algo malo y temía recibir un castigo.Esa vez, ese escondite también le había sido útil. Útil para ocultarse de aquella persona extraña, que conocía solo de vista, pero con la que nunca había interactuado. Nisiquiera ninguna de las veces que sus padres se reunían para pasar el tiempo y recordar viejas anécdotas de su amistad adolescente. En esos días Shouji también venía, y era con él con quien Shikamaru jugaba. Las niñas las evitaba, sobre todo a esa niña. Era muy chillona, muy molesta y energética. Algo como lo que su padre denominaba: problemática.
Desde su escondite, giró su cuerpo un poco, y miró desde una esquina hacia la entrada de su cuarto. Aquella niña ya estaba adentro, ahora parada en medio de la habitación, mirando a todos lados. No saldría. No saldría de allí hasta que ella se fuera.
—Es el cuarto de un niño —Escuchó decir a la niña.
Sí, aquello era muy evidente. Aunque no fuera un cuarto tan infantil como el de cualquier niño, las tonalidades verdosas de sus paredes venían acompañadas de un estampado infantil, de pequeños barcos por toda su pared. Su madre había insistido en que un estampado le daría un toque más bonito al cuarto. Y la verdad, Shikamaru prefería el de los barcos a el de los ositos de peluche que había como segunda opción. Los barcos le gustaban. Eso sin contar que se podían ver varios de sus juguetes regados por el suelo. Tampoco era muy ordenado.
—Será del hijo de Yoshino-San —Comentó, sonriendo alegre mientras se arrodillada en el suelo, y estiraba su mano dispuesta a tomar un juguete. Era un camión de bomberos rojo, muy similar a uno de verdad. Parecía una replica exacta, y a su padre le había costado mucho conseguirselo.
Pero no... por muy tentado que se sintiera a salir de allí y arrancarle el juguete de las manos, para después echarla de su habitación, no lo haría. No saldría hasta que se fuera.
—¡Vaya! —Exclamó ella —. Tiene muchos juguetes.
Shikamaru alzó una ceja. ¿Con quien rayos estaba hablando?
—Hum... —La niña tomó ahora un tren, pequeño, pero igual de parecido a uno real como el camión de bomberos —. ¡Que divertido si viajaramos en un tren! —Rió alegre.
Intrigado, sobre con quien estaba hablando, Shikamaru alzó un poco más la cabeza tras su escondite. ¿Será que había alguien más allí y él no se había dado cuenta? Tal vez un perro...
La rubia empezó a simular el sonido de un tren, mientras lo hacían rodar por unas líneas de juguete, correspondientes al mismo, que había armadas en el suelo. Eventualmente sonreía o reía en voz alta.
—¡Ahora viajamos en un tren! —Luego de eso, comenzó a reír, muy alegremente.
Su vista, después, se enfocó en un juguete en particular. Era de treinta centímetros de alto, y de cincuenta de largo. El color de la madera, 100% real, era oscuro, y pulido, con el objetivo de que no se pudriera con el tiempo. Una gran vela que se elevaba por sobre la cubierta, a unos diez centímetros a la altura, blanca, con un bordado en una de las esquinas que componía un símbolo especial: un círculo hueco de color verde oscuro, con una línea en el centro que lo atravesaba de un lado a otro. Justo debajo del símbolo, habían dos letras bordadas: SN. Sus iniciales. Las mismas que se hayaban talladas en la madera de la culera del barco. Aquel juguete había sido diseñado exclusivamente para él. Y sus padres se lo habían regalado en su cumpleaños número tres, al percatarse de lo mucho que le gustaban los barcos. Lo había cuidado desde entonces, como un tesoro, el mayor que tenía.
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Conociéndote Más [ShikaIno]
Fanfiction~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~ La superficialidad era la característica humana que él más detestaba. A ella se sumaban la vanidad, altanería y envidia. Shikamaru evitaba a toda costa el contacto con personas que poseerán estas cuatro nefastas características y le...