Viernes, 3:43 a. m.Con cuidado pasó el fino hilo de color blanco por el oyuelo de su aguja de mano, consiguiendo ensartar perfectamente su objetivo. Miró su logro satisfecha, e inmediatamente tomó la tela de la cual se encargaría entre sus manos.
Se había despertado de una nueva pesadilla, y se había dicho a sí misma que no volvería a dormir esa noche. No estaba agotada, tampoco tenía más sueño, y por lo tanto intentar dormir sería una total pérdida de su valioso tiempo. Pues simplemente no lo conseguiría.
Había decidido pasar el rato reparando aquel bonito barco que había encontrado en el covertiso de su casa, pero no contaba ahora con una cola que pegara algo como la madera, por tanto, el mástil roto quedaba para otro momento. Ahora se ocuparía de la vela, la cual ya había separado del mástil y había lavado, pues la suciedad la había vuelto amarillenta. Iba a coser el rasgado para ver si aguantaba un poco más. La tela era algo vieja pero no parecía estar podrida, por lo tanto no pensaba que hubiera que deshacerse de ella.
Sentada de piernas cruzadas sobre su cama, comenzó aquella labor que, a diferencia de otras habituales para las mujeres que se ocupaban de sus hogares, esta no le resultaba complicada. Podía ser un desastre a la hora de limpiar la casa, podía ser una horrible cocinera, pero coser era un don que había tenido toda la vida. Algo para lo que si era buena. Tal como bordar y tejer. Su mamá le había enseñado a realizar estas últimas dos, y a su manera hasta le resultaba divertido hacerlo.
Esa noche había recibido una llamada de sus padres, donde le habían preguntado como le iba y le habían contado un par de novedades de ellos. Tanto su padre como su madre habían evitado el tema de la decisión de Ino sobre si irse o no a Dubai, y ella se los agradecía profundamente. Al parecer no querían que se sintiera presionada. Sus padres eran muy comprensivos la mayoría de las veces, eso siempre la había motivado a confiar en ellos por sobre todas las demás personas.
Estaba estresada respecto al tema, y deseaba recibir algún consejo que la ayudara a tomar una decisión correcta. Estar con sus padres era lo más sensato desde algunos puntos de vista. Como el de su tía. Pero Ino pensaba que también debía tener en cuenta que pronto sería mayor de edad, quizás un día se casara y formara una familia. No podía depender de ellos toda la vida, y eso implicaba el vivir bajo sus alas.
Pero también... llevaban muchos años separados, los extrañaba y deseaba de algún modo recuperar el tiempo perdido. Extrañaba hacer cosas tranquilas con su madre y locuras con su padre, como cuando era pequeña. Mientras su madre la enseñaba a tejer, bordar, coser, todo sobre tés extraños, todo sobre cosas diplomáticas... su padre hacía exactamente lo contrario. La llevaba a jugar al parque, la enseñaba a montar a caballo en los establos de un amigo del instituto, jugaban en la tierra sin importarle que sus delicados vestidos rosas quedaran hechos un desastre. Inoichi era la mala influencia en toda esa historia. Pero Ino recordaba cada cosa con cariño. Anhelaba tanto los momentos vividos con su padre, como los que había disfrutado con su madre. Eran recuerdos hermosos que la inundaban cada día.
Suspiró, pasando la aguja por entre la tela una vez más.
Si pudiese hayar la forma de convencerlos de volver, y salirse ella con la suya. De pequeña le funcionaba. Solo debía insistir un par de veces en algo y lo conseguía. Así había conseguido escaquearse de los campamentos de verano que detestaba por el único hecho de que eran lejos de casa. No le gustaba estar lejos de casa. Esa era su ciudad, su país, su hogar... por más que se esforzaba, siempre las cosas negativas sobre irse a Dubai terminaban aplastando a las positivas.
Quizás podía sonar egoísta, pero ella quería ser feliz. Y dudaba que en Dubai lo fuera a ser. Lo sería durante un tiempo, pero se conocía a sí misma. Pronto se aburriría, y estaría deseando regresar a casa. A SU casa.
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Conociéndote Más [ShikaIno]
Fanfiction~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~ La superficialidad era la característica humana que él más detestaba. A ella se sumaban la vanidad, altanería y envidia. Shikamaru evitaba a toda costa el contacto con personas que poseerán estas cuatro nefastas características y le...