~46: Desestabilización~✔

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Sábado, 10:38 a. m.
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Si existía algo más inquietante que la resaca que la atormentaba esa mañana, era sin duda la escena que había presenciado al bajar las escaleras, nada más llegar a la sala de casa de Sakura. Había dormido en su habitación al parecer. No sabía cómo había llegado a su cama, pero había despertado allí, así que suponía que Sakura o alguno de sus amigos se había encargado de trasladarla del balcón hacia la cama.

Allí, en el sofá, en la sala de la casa de Sakura, la mencionada se hayaba en un pijama que era compuesto por un short bastante corto, una blusa ligera, y los pies descalzos, media adormilada, con su cabeza recostada sobre el hombro de Naruto. Este otro estaba en peores condiciones, pues estaba sin camisa, con pantalones de algodón de color naranja, también adormilado, y con uno de sus brazos pasando sobre los hombros de Sakura, abrazándola. Sus vestimentas eran sospechosas, más eso Ino lo podía entender puesto que después de cierta hora, la noche se había tornado calurosa, y eso se había mantenido hasta la hora actual de la mañana.

Pero... la cercanía entre ambos se podía malpensar, al menos a los ojos de Ino.

Entendía que fueran mejores amigos y tuvieran una confianza enorme, fuera de los límites de este mundo... pero esos dos exageraban algunas veces. Y si, se podía mal pensar definitivamente. Después de todo eran un chico y una chica.

Ino puso cara de asco nada más llegar a la sala y ver la... extraña escena.

Se cruzó de brazos recostándose al marco de madera que separaba la sala del pasillo y la escalera, mirando con su entrecejo hundido a aquellos dos. Carraspeó, y Sakura abrió un poco los ojos.

—¿Que rayos está pasando aquí? —Preguntó con voz exigente.

Sakura terminó de despertar cuando escuchó hablar a la rubia, y de manera inmediata una sombra de enojo nubló su vista. Se enderezó, separándose de Naruto, y cruzó también los brazos al mismo tiempo que su pierna comenzaba a moverse rítmica y compulsivamente en el lugar.

—¿Que qué pasa? —Inquirió con voz molesta —. Pasa que eres una traidora, cerda. Te emborrachaste a propósito para dejarnos todo el trabajo a Naruto y a mí, cuando habías prometido que nos ayudarías.

Ino cambió ahora su expresión, sonriendo nerviosa por aquella afirmación. No había sido su intención, la verdad, pero tenía razón en que lo había prometido y luego había incumplido.

—Naruto y yo tuvimos que encargarnos durante toda la mañana de limpiar todo el desastre que esos macacos hicieron anoche —La pelirosa se echó hacia atrás, suspirando con cansancio cuando la parte de atrás de su cabeza se apoyó en el borde del espaldar del sofá —. Estamos muertos.

Naruto pareció despertar con las voces de Sakura, pues aún pareciendo somnoliento, se talló los ojos y buscó los enfoques a su alrededor.

—De acuerdo, frente de marquesina, lo siento —La rubia comenzó a avanzar hacia donde ambos estaban —. Sabes que no me mido con el alcohol... además de que olvidé que había prometido eso, de lo contrario, habría evitado beber para no pasarme de la raya.

Sakura rodó los ojos y bufó.

—¿Por qué están discutiendo tan temprano? —Preguntó el rubio tras pegar un bostezo.

—Seguro. Como si pudieras controlarte cuando tienes alcohol delante. Eres una borracha —Continuó su reclamo la de cabello rosa.

Ino se sentó en el sofá, haciéndose espacio entre los dos. Miró a Sakura con una ceja alzada.

Conociéndote Más [ShikaIno] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora