~7: Nadadora ~

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La mujer aparentaba tener unos 40 años. Era de estatura alta, cuerpo delgado, con su cabello rubio con canas casi imperceptibles debido al tono claro del pelo, recogido en una cebolla baja detrás de su cabeza. Tenía ojos azules, como los de Ino, y varios mechones de cabello cayendo sobre su frente. Vestía un vestido azúl hasta las rodillas, con un discreto escote, y unas llamadas "balerinas" negras.

Era muy parecida a Ino. Como una versión mucho mayor de ella.

Los afilados ojos de la mujer miraban a Shikamaru con desconfianza. Su porte, con ambos brazos cruzados frente a su pecho eran intimidantes, y le recordaban muchísimo a las poses que solía adquirir su compañera.

—Responde, joven ¿Quien eres y que estás haciendo en la habitación de mi sobrina?

Shikamaru no iba a ser maleducado, después de todo estaba en una casa que no era suya.

—Soy Shikamaru Nara. Estoy aquí para hacer un proyecto escolar con Ino —Respondió, de la manera más cordial que pudo.

Justo en ese instante, Ino apareció, secando su largo cabello con una toalla, vistiendo un pantalón de algodón morado, una blusa de tirantes blanca, manteniendo los pies descalzos.  Observó la escena dudativa durante algunos segundos, pensando en las posibilidades de que su tía abuela se enojara con ella por llevar a alguien a la casa sin consultarla.

—Aneko-Sama... —Dijo Ino, captando de manera inmediata la atención de ella.

Los celestino ojos de la mujer la inspeccionaron con dureza. Su entrecejo hundido violentamente, y los labios finos pintados con un leve color caoba transformados en una perfecta línea recta. Su carácter normalmente hacia que su tía abuela siempre pareciera estar enfadada, aunque Ino sabía diferenciar cuando lo estaba y cuando no. El beneficioso aire de un suspiro de alivio escapó de sus pulmones cuando se percató de que esa vez no estaba molesta. Solo confundida.

—Ino, querida. Sabes que no me gusta que me dejes de avisar cuando traes a alguno de tus amigos a la casa —Le reprochó ella, sin embargo, en un tono suave.

—Lo siento, Aneko-Sama —Ino le dio una pequeña sonrisa de disculpa —. Sucedió algo imprevisto y no tuve oportunidad de avisarle. Prometo que no olvidaré hacerlo en el futuro.

Shikamaru, aún al margen de la conversación, observaba curioso la manera tan formal en que ambas se trataban. No parecía que fuesen familia. Parecía que ella era una alumna que le hablaba a su profesora, o a alguna persona mayor desconocida para ella. La mujer se despidió de los jóvenes, no sin antes preguntar a Ino si necesitaban algo. Ino murmuró algo a ella, luego la misma se giró a Shikamaru con una amplia sonrisa, mientras su tía abuela se marchaba, dejándolos solos otra vez.

—Perdón por eso —Sonrió Ino, introduciéndose en su propia alcoba —. Es mi tía abuela, y no suele estar muy acostumbrada a las visitas.

El moreno se encogió de hombros, manteniendo sus profundos ojos oscuros fijos en ella. Mientras Ino acomodaba lo necesario para comenzar a trabajar en su proyecto, Shikamaru seguía todos y cada uno de sus movimientos con la mirada. Después de todo ¿Que más podía hacer mientras esperaba? Durante ese transcurso, varios pensamientos vinieron a su mente referentes a esa extraña muchacha ¿Cuantos años hacía que la conocía, almenos por el hecho de permanecer en el mismo salón de clases? Desde el primer año de secundaria. Sin embargo, jamás se había acercado a ella, ni ella a él con la intención de llegar a conocerse mejor, o siquiera tener más compañerismo. No es que Shikamaru buscara a las personas todo el tiempo, tampoco era un antisocial. Solo era una persona tranquila que evitaba ser el primero en acercarse en determinadas circunstancias. Con Naruto había sido así, con Kiba también. Pero con Shouji había sido diferente, Shikamaru había sido quien se le había acercado, lo que demostraba que no era de rechazar el contacto social humano.

Conociéndote Más [ShikaIno] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora