~12 Cuando los ojos de traicionan ~

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Un sonido extremadamente irritante, almenos para esa hora de la mañana, lo obligó a agarrar una almohada y pagársela en la cabeza, intentando ignorar aquella arma de tortura que no debería estar incordiándolo un sábado en la mañana.

Pero el sonido no cesaba, y tras escucharlo unos segundos más, con los ojos semicerrados y aún tapado hasta el cuello con la cobija, por fin dedujo que aquello que sonaba no era su despertador. Si no su celular.

Eso le extrañó. Nadie lo llamaba, nunca. Únicamente los chicos y estos sabían que llamarlo a esa hora no era buena idea.

Con aires de cansancio y pesadez, apartó un poco el edredón, sin querer levantarse de allí... estaba tan cómodo, tan relajado... y su cuerpo se sentía tan pesado que no creía poder levantarlo de allí hasta dentro de un buen rato. Pero su móvil seguía sonando, y ese pitido tan chirriante lo volvía loco ¡Así no había quien disfrutara su fin de semana!

De mala gana, estiró un brazo hacia la silla que permanecía junto a su cama, donde dejaba siempre un vaso de agua para no tener que ir hasta la cocina si le daba sed en medio de la noche, también el despertador y su celular, por si se aburría y quería perder un poco el tiempo. Únicamente para eso. Agarró aquel aparato vibrante, molesto, y vió el número en la pantalla.

—No lo conozco —Se Dijo, alzando una ceja.

Atendió la llamada dando un largo bostezo, llevándose el celular al oído y rascándose instintivamente detrás de la cabeza ¿Quien rayos lo llamaba tan temprano?

—¿Si? —Habló, volviendo a bostezar.

—¡Buenos días, Nara! —La entusiasmada voz del otro lado de la línea hizo a Shikamaru incorporarse de golpe en la cama, quedando sentado, con los ojos tan abiertos como dos lunas llenas.

—¡¿Ino?! —Gritó, anonadado ¿De dónde diablos había sacado su número?

—¡Vaya! Reconociste mi voz —Rió la muchacha —¿Por qué tardas tanto en atender? te e llamado ya tres veces.

Shikamaru entrecerró los ojos, murmurando palabras prohibidas para oídos sensibles, molesto por aquella absurda pregunta.

—Estaba durmiendo, Ino.

—¿A esta hora? —La chica parecía sorprendida, y nada menos, ya que eran más de las 10 de la mañana. Pero esa hora para Shikamaru era temprano... demasiado temprano. Más tratándose de un sábado.

El moreno decidió ignorar aquella pregunta, tratando de extender lo menos posible aquella conversación. Puso su dedo índice y su pulgar en el puente de su nariz, presionando esa zona, en un intento de alejar aquella molestia que el despertar le dejaba en los ojos.

—¿Que quieres, Ino?

Hubo un pequeño silencio de intervalo, en el que él aprovechó para volver a bostezar. Nuevamente la voz de Ino se escuchó al otro lado de la línea, en un tono mucho más entusiasta del que Shikamaru quería escuchar a esa hora de la mañana.

—¡Vamos a hacer el proyecto! —Exclamó alegre —. Aprovechemos ahora por la mañana.

Shikamaru abrió la boca, mostrando una expresión que expresaba de todo menos agrado hacia aquella idea. Y es que solo ella podía proponer algo tan problemático para él ¿Acaso había oído bien?

—¿Ahora? ¡Ino! —Se quejó, tirándose hacia atrás en la cama nuevamente —¿Por qué tiene que ser ahora?

—En la tarde pienso salir con las chicas, como acostumbramos cada fin de semana —Explicó Ino —. Así que no podríamos continuar el proyecto a esa hora. Por eso pensé que sería buena idea adelantar la hora acordada contigo.

Conociéndote Más [ShikaIno] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora