~24: Una disculpa ~

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N/A: como pueden haber notado en el capítulo anterior, me pasé la cuarta pared varias veces, y dejo este pequeño anuncio para advertir que haré eso muy a menudo, con el único objetivo de entretener y sacar alguna risa ^-^  No se preocupen, que este hecho no va a afectar a la historia en lo absoluto, y me encargaré de que no interrumpa los serios e importantes momentos, ni resulte molesto al leer. Eso es todo, y Disfruten este capítulo dedicado a nuestra princesa del Byakugan, y a nuestro Hokague favoritos ;)

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A pesar de no haberlo demostrado en su momento, las palabras que Kiba le había soltado en su cólera lo habían hecho pensar.

Existían muy pocas cosas que aquel muchacho huérfano odiaba, pues él no era de odiar muchas cosas. El odio no traía nada bueno y su joven cerebro lo sabía.

Sin embargo, entre ese pequeño porcentaje de odio que existía en su interior, había una cosa que siempre, desde pequeño, había detestado.

La cobardía.

Él mismo fué un cobarde por bastante tiempo en el sentido físico, pues no era capaz de enfrentar a otros, o defenderse de aquellos abusadores que lo molestaban por el simple hecho de no tener padres. Aprendió luego a defenderse, y a adquirir valor para este tipo se situación. Aquello hizo que con el tiempo se fuera sintiendo orgulloso de sí mismo, de quien era, de en quien se había convertido.

Pero un acontecimiento reciente le devolvió aquella cobardía en otro sentido, y las palabras de Kiba había sido referentes justo a eso.

Hinata.

Naruto había sido un cobarde, un egoísta y un insensible al haber actuado como actuó. Cuando aquella tarde Hinata lo había detenido al salir de la escuela, y le había confesado amarlo, Naruto se quedó callado, paralizado, sin saber en lo absoluto que era lo que debía hacer o decir. Sabía desde un principio que él no la veía de la misma manera, pues tanto él como sus amigos sabían de el sentimiento de Kiba hacia la muchacha, por lo tanto, Naruto nunca se habría fijado en ella.

No solo por la lealtad hacia su mejor amigo amante de los perros. Sino por qué en sí, la personalidad de ella no le atraía.

Hinata era una muchacha amable, bonita, y con muchas virtudes. No negaba que le gustaba conversar con ella a veces... pero sabía que su tipo de chica, por decirlo de algún modo, no era ni remotamente compatible con Hinata.

Pero a pesar de tener la respuesta a aquella confesión, Naruto sintió miedo a que lo que dijera pudiera herirla. A él no le gustaba ser el motivo del sufrir de otros, ni herirlos con alguna acción o palabra. Menos a Hinata, quien a su entender, era la persona que menos merecía sufrir.  Así que solo huyó, se ocultó de ella y la evitó durante casi dos meses.

Nunca se dio cuenta que de esa manera, solo se mostró indiferente a sus sentimientos, y la lastimó aún más que si la hubiera rechazado en el momento. Sakura se lo hizo saber, lo regañó severamente por su comportamiento, y le exigió a Naruto que le ofreciera una disculpa.

Aún sin que Sakura se lo hubiera dicho, Naruto ya tenía planeado pedirle perdón a la Hyuga. Le resultaría tal vez difícil, pero debía hacerlo, y darle una respuesta directa, por ella, por él, y por Kiba.

—Hinata...

La de largos cabellos oscuros detuvo su caminar cuando sintió su nombre pronunciado por aquella voz que ella tanto conocía. Por un momento su cuerpo se congeló, su corazón dio un vuelco, apoderándose los nervios completamente de su ser. Volteó a verlo temerosa, apretando luego sus manos sobre el aza de su mochila frente a su cuerpo.

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