Esa noche el mar estaba en calma. Era uno de esos pocos momentos en los que las aguas estaban tan quietas que se podía ver el reflejo de las estrellas y la luna en ellas, pareciendo un océano sin fin. No corría viento; las velas estaban quietas y la bandera no ondeaba. Catherine miró hacia arriba y se deleitó con ese gran paisaje. Su padre, Lytton Riley; el pirata más temido de los mares del norte; la rodeaba con sus brazos. Ahí, protegida por su padre, ella se sintió la reina del mar.
Hacía muchos años que vivían en ese barco. "El fantasma del pacífico" era la nave más veloz de todas, y por supuesto, eso era lo único que ella conocía.
Catherine no sabía quién era su madre más allá de saber que por ella llevaba su nombre. Los había abandonado a ella y a su padre muchas lunas atrás. Pero nada de eso importaba, porque la única persona que le importaba en el mundo estaba allí con ella.
—Mira papi —dijo emocionada mientras le señalaba unas ondulaciones en el agua. Seguramente debía tratarse de algún delfín, o tal vez de algo más fiero como un tiburón.
—Un día hija mía, serás la dueña de este barco —comentó Lytton con orgullo.
—¿Seré la reina del mar?
—Por supuesto que sí, y todos estos buenos para nada se postrarán a tus pies.
La pequeña Catherine se rio ilusionada con la idea. No podía esperar a comandar a la tripulación, elevar velas y navegar por todo el mundo buscando los botines más preciados. Estaba segura de que lo haría.
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Deseo Profundo
FantasyCatherine Riley es la mujer pirata más fiera de los mares del norte. Le ha costado ganarse el título de reina del mar, pero lo ha logrado con creces, y es que para ella el problema nunca ha sido ser la más temeraria entre piratas. Pero en cuestiones...