29 de mayo de 1742
Los cinco piratas salen de la mente de Xuan tal como entraron, el humo poco a poco se va disipando hasta que ya no queda nada. La bruja se queda de pie y los mira en silencio, esperando una reacción de su parte.
Catherine todavía no ha salido del shock que significó la muerte de Arden para ella, y ahora, tener esta nueva información solo la ha confundido más. ¿Qué se supone que debe hacer? Burchard les había contado su versión de la historia, la perspectiva desde su punto de vista, pero había omitido los huecos que terminaban de darle sentido a las acciones de Xuan Xinyue.
Por supuesto que no había sido perfecta, de hecho, se equivocó mucho más de lo que admitirá, pero algunas cosas no fueron del todo su culpa. Moone había engañado al príncipe, y a todos. Manipuló a los humanos como quiso, a pesar de que Burchard asegurara una y otra vez que ella lo amaba de verdad, es algo que nunca sabrán con certeza.
—Esto no cambia nada —dice al fin Lin Shi.
Catherine voltea a mirarla con los ojos abiertos, si le revela sus verdaderas intenciones a la bruja, las cosas podrían descontrolarse en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Qué dices? —cuestiona Andrew.
—¿Por qué haría alguna diferencia saber esto? Ok, la diosa de la luna engañó a Burchard para robarle el tesoro a Zeslos, ¿y eso qué? Al final tú te volviste loca de poder y atacaste a todos, querías matar a la diosa, incluso heriste a Burchard.
—Lo sé —responde Xuan—. En ese tiempo mi mente no estaba del todo clara. Cuando Moone me desterró a este limbo me volví loca, quería escapar a como diera lugar, pero pronto entendí que eso no pasaría en mucho tiempo. Eso me dio la oportunidad de enmendar mis errores pasados.
—¡Ay por favor! ¿Me vas a decir ahora que eres buena? ¿Qué ya no quieres destruir el mundo? ¿Entonces por qué has jugado al teatrito de la bruja mala todo este tiempo? —cuestiona Lin.
—En realidad Xuan no ha hecho más que ayudarnos —murmura Catherine.
Lin la mira con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas?
—Ella ha movido los hilos de todo esto, es cierto. Pero nunca nos ha atacado en realidad. Excepto por la maldición de Arden.
—Con respecto a eso, en realidad no era una maldición —aclara Xuan.
Todos voltean a mirarla con genuina sorpresa.
—¡¿Qué?!
—Solo era un seguro, necesitaba asegurarme de que hicieran lo que les pedí.
—¿Me estás diciendo que nunca estuvo realmente en peligro su vida? ¡¿Todo esto fue por nada?! —brama Catherine, visiblemente enojada.
La mano en la empuñadura de su espada se torna blanca de lo fuerte que la está apretando. Da la sensación de que está a punto de saltar hacia ella en cualquier momento.
—¿Por nada? ¿Te parece que traer toda una nación del exilio es nada? ¿O haber hallado el tesoro más grande jamás conocido? —refuta.
—No puedo creer que por un breve momento consideré sentir compasión por ti —gruñe.
—Si no quieres destruir el mundo, ni vengarte, ¿entonces para qué deseas esto? —indaga Andrew poniéndose un paso por delante de Catherine.
—Quiero ser libre de esta maldición, solo quiero morir. Mil años de encierro han sido suficiente castigo.
—¿Por qué no lo dijiste desde un principio?
—¿Habrían hecho todo esto si solo se los hubiera pedido amablemente? Es más, ¿me habrían creído?
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Deseo Profundo
FantasíaCatherine Riley es la mujer pirata más fiera de los mares del norte. Le ha costado ganarse el título de reina del mar, pero lo ha logrado con creces, y es que para ella el problema nunca ha sido ser la más temeraria entre piratas. Pero en cuestiones...