CAPÍTULO 80: SOLEDAD

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21 de marzo de 1742

"Tenemos que hablar", las palabras que ninguna pareja quiere escuchar. Catherine suspira con fuerza y se sienta en la silla frente al escritorio, e invita a Arden a tomar asiento frente a ella.

—Prefiero quedarme de pie —dice con seriedad.

La capitana traga en seco, esa no puede ser una buena señal.

—Bien, ¿qué tienes que decirme?

—Primero que todo, pasó algo con Berry.

Recién cuando lo menciona se da cuenta de que no lo ha visto por ningún lado. Su cabeza ha estado tan despistada pensando en el comodoro y en sus líos amorosos, que se ha comportado como una pésima capitana.

—¡Es cierto! ¿Dónde está Berry?

En automático mira el saco con los libros que recuperó y tiene un ligero mal presentimiento.

—Trataré de explicarte esto de la forma más resumida y entendible que se pueda. Berry se quedó sin la poción azul que lo mantenía vivo...

Su corazón se detiene por un instante.

—¡¿Qué?! —Ahora sí que se siente la peor capitana del mundo entero.

Ha sido tan egoísta que ni siquiera recordaba que Berry tenía los minutos contados. Un vacío empieza a oprimirle el pecho al pensar que ha perdido a otro de sus marineros. Ese tesoro maldito se ha cobrado más vidas de las que puede soportar.

—No me interrumpas —exige. La expresión fría de su mirada la hace enmudecer. ¿Quién es este Arden que la mira con una expresión tan gélida?

—Habla ya, no me dejes en ascuas.

—Xuan Xinyue se ofreció a prolongar su vida un poco más, y así lo hizo.

—O sea que le dio otra poción —afirma.

—No. No tenía más. —Arden se gira y le da la espalda—. Hizo algo llamado fusión. No sé cómo explicarlo sin que suene a la locura más grande, pero toda la tripulación fue testigo de ello. En pocas palabras, metió el alma de Berry en el cuerpo de Cooke para que viva un poco más, pero eso no durará mucho. Es por ese motivo que debemos encontrar ese maldito tesoro antes de que Berry desaparezca para siempre. Pero ahora resulta que le diste vacaciones al comodorcito —reclama volviendo a mirarla.

—Yo no le he dado vacaciones, él... —Se detiene justo ahí porque no sabe qué decirle.

¿Acaso le confesaría que Andrew quiso presentarla a sus padres como su prometida y que ella terminó rechazándolo porque se dio cuenta de que lo suyo es imposible?

—Catherine, ¿de verdad confías tanto en él como para estar segura de que se aparecerá? Ya es libre. Nosotros no podemos volver a Queen Bay, y él es lo único que necesitamos para abrir las puertas hacia el tesoro.

—No es lo único, todavía debemos recuperar el libro que tiene Sparrow.

—Estoy seguro de que eso es mucho más fácil de conseguir que tener que volver a Queen Bay.

—Él volverá —asegura—. Entonces, Cooke y Berry... ¿son uno solo ahora? No entiendo nada.

—Sí, básicamente es eso. Cooke lo puede escuchar dentro de su cabeza, pero con el tiempo, su alma se debilitará y morirá. Esta vez para siempre. Pidió que enterrásemos su cuerpo en la isla.

Catherine se pone de pie para ir a buscar a Cooke. Le causa mucha curiosidad ver cómo es tener dos almas dentro de tu propio cuerpo. Le parece inaudito que haya pasado todo eso en tan solo tres días; y todo mientras ella estaba jugando a los castillos y princesas con Andrew.

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