CAPÍTULO 101: CAPTURA

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26 de abril de 1742

La medianoche abre paso a la madrugada; lejos de ser una noche tranquila, la lluvia de cañones y disparos perturban la tranquilidad de la isla azul. Hay piratas corriendo de lado y lado, ambos bandos se atacan con todo lo que tienen; en especial Catherine.

Tiene a Ragnar frente a frente, y cruzan espadas de forma insistente sin descanso. La pelirroja arremete una vez más contra el pirata rubio, quien hace un movimiento evasivo inclinando su cuerpo hacia atrás como si estuviera hecho de hule. La flexibilidad del hombre la deja impresionada.

Catherine patea un poco de arena a su cara, y eso logra cegarlo lo necesario como para que ella pueda correr directo hacia él. Se encarama sobre su espalda y trata de asfixiarlo lo suficiente para hacerlo perder el conocimiento. Sin embargo, Ragnar es mucho más fuerte y no se deja atrapar tan fácil. La capitana suelta el arma sin querer y ve como el pirata está por asestarle una clavada con su espada. El tajo precede al grito de dolor de la capitana, que siente fluir el líquido caliente de su costado, sin embargo, no lo suelta; le sujeta la mano al hombre y le jala la muñeca hacia atrás con toda su fuerza para hacerlo soltar la espada, mientras aprieta con más fuerza el brazo contra su cuello.

—¡Ya deja de luchar! —gruñe Catherine.

Ragnar da un traspiés y se arroja hacia atrás con todo su peso para golpearla contra el suelo. La espada cae en la arena y se pierde.

—¡Catherine! —grita Arden, quien corre a ayudarla, eludiendo los disparos de los cañones.

—¡Vayan a los barcos! ¡Hagan detener el ataque! —ordena Lin Shi. Mira con desprecio a los piratas del sur, quienes han traicionado a la palabra que le habían dado.

Björn y los otros piratas que venían con Ragnar son atrapados rápidamente por la tripulación de la capitana.

Arden llega hasta ellos y amenaza con su espada a Ragnar. Este se pone de pie algo mareado por el ahorcamiento que ella le estaba haciendo. Desarmado, levanta las manos en señal de rendición. Arden está por capturarlo cuando; en un veloz movimiento; Ragnar intenta sacar una pistola de su espalda. Catherine se levanta con dificultad y desenfunda su pistola, lo sujeta de la trenza de caballo que tiene y le pone el cañón del arma en la sien, haciendo que él suelte el arma con el que pensaba disparar; entretanto, se sostiene el costado del cuerpo con la otra mano para frenar un poco la hemorragia.

—Diles que se detengan o te vuelo la cabeza, aquí mismo —ordena con la respiración agitada.

Ragnar gruñe en respuesta, negándose a cumplir. Entonces Catherine destraba el seguro del arma y la aprieta más contra su cabeza.

»¡Hazlo!

—No creas que has ganado. No podrás detener a mi flota —sisea Ragnar.

Hace un amago con su cabeza y parece que desde el barco los han estado vigilando muy de cerca, pues se detiene el ataque de inmediato.

—¡Enciérrenlos a todos! —demanda Catherine.

Cooke vuelve a la playa y trae un par de sogas para atar a los piratas. Los piratas de Lin Shi ya se han puesto en marcha para capturar a la flota de Ragnar, y la pelirroja manda a varios de sus hombres también.

Arden sujeta al pirata y lo lleva hasta una gran palmera donde lo ata junto a los otros dos que lo acompañaban. Lo mira con mala cara, la última vez que se encontraron, era a él a quien ataban y amordazaban.

—Siempre terminamos igual, ¿no? —bromea Arden ajustando la soga con brusquedad. El pirata del sur trata de no demostrar dolor, así que se guarda sus quejidos de dolor para sí mismo.

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