CAPÍTULO 105: CERCA AL ABISMO

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18 de mayo de 1742

Veintiún días habían transcurrido desde la victoria de la capitana Catherine Riley sobre el pirata del sur. En un inicio el hombre se negaba aceptar su derrota, pero no le quedó más opción que ceder ante la presión de su mismo juramento. La flota entera del sur pasó a ser dirigida por la pelirroja, y partieron esa misma noche rumbo al abismo.

El plan consiste en primero hallar el tesoro, y luego se enfrentaría a Sparrow con todo lo que tiene. El tesoro sigue siendo la prioridad porque todavía corre peligro la vida de Arden. Xuan Xinyue se ha mantenido reservada todo ese tiempo. Hacía mucho que la serpiente de su brazo no se movía. Catherine tiene una teoría al respecto, que se relaciona con la última vez que la vio salir como un humo de ese tatuaje. Ella los espía a través de los ojos del animal.

No tiene pruebas de ello, y se le hace aterrador pensar qué cosas es capaz de ver esa bruja mediante el tatuaje, pero es la única explicación que se le ocurre. Mientras Xuan esté segura de que ella va tras el tesoro, no activará el último aro de la maldición que le ha puesto a Arden.

El fantasma del pacífico va liderando la flota de navíos a su espalda. Ragnar todavía sigue a cargo del control de su barco principal, al igual que Lin Shi con los suyos, pero es a ella a quien deben rendirle cuentas, y quien toma las decisiones finales.

Ahora mismo están rodeando el estrecho de Colirock para alcanzar el abismo en unas pocas horas.

El clima está con buen tiempo, no hay señales de aguas inquietas ni de otra clase de bestias en el agua, sin embargo, los marinos se mantienen alertas ante cualquier movimiento extraño. Harlan no ha bajado de la torre de vigía desde la mañana.

Catherine va manejando el timón, está emocionada y asustada a la vez. No sabe qué esperar cuando se encuentre con la criatura, ni cómo se supone que le clavará ese arpón sin morir primero ella y sus marineros. Suspira pesadamente y busca la forma de poner su mente en blanco, es preferible no sobre pensar las cosas demasiado.

—¿A qué se debe ese suspiro? —pregunta Arden entretanto sube las escaleras de la popa.

—Ya estamos cerca del abismo.

—Mira hacia atrás, todos ellos confían en ti —dice para animarla, pero lejos de eso, le causa más inseguridad. Ella lo mira con una cara de reprobación.

—No me estás ayudando.

—Tranquila. No estás sola, todos lo haremos. —Arden mira hacia el horizonte y también suspira.

—¿Y a qué se debe tu suspiro?

Desde aquella vez en la isla, ninguno de los dos volvió a hablar sobre sus sentimientos. Catherine se había concentrado mucho en leer el mapa y descifrar cómo usar el medallón con las lupas para abrir el abismo. Ni la capitana Lin, ni Andrew sabían la respuesta, habían llegado hasta ahí todavía con la incógnita sobre ese detalle. Arden por su parte ha estado dirigiendo a los barcos cercanos, junto a Portgas que va navegando bastante cerca de la cabecera de la formación.

Incluso Cassia desconoce esa información. Al final Catherine dejó de insistirle con lo de Sparrow porque se convenció de que ella no sabía la información. Le permitió vagar libre por el barco siempre y cuando la ayudase a controlar a los marinos si es que se salía de sus manos.

—Me encantaría que mi padre pudiera ver esto.

La mención del padre de Arden le trae de golpe el recuerdo de la confesión de Cassia.

Catherine se ha reservado esa información todo ese tiempo por temor a que él se enterase de la verdad.

—¿Tu padre?

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