CAPÍTULO 100: REUNIÓN DE PIRATAS

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QUINTA PARTE


25 de mayo de 1742

Hace dos semanas que Catherine arribó a la isla azul con sus hombres. En todo ese tiempo han descubierto cosas interesantes, además del bello campo de flores azules que le dan el característico nombre al lugar; también está lleno de frutos dulces y coloridos, y alguno que otro animal peculiar.

Al principio estaban advertidos porque se decía que también podía haber sirenas, y luego de aquella horrible experiencia en ese islote, no querían arriesgarse, a pesar de que la última vez que estuvo ahí, no habían encontrado nada.

Cuando se dieron cuenta de que no había peligro, se relajaron un poco más.

Estar ahí es un constante recuerdo de lo que pasó entre ella y Arden. Esa isla fue testigo de la consumación de su amor, ahí ella admitió sus sentimientos por él, y le suplicó que la hiciera suya.

Ahora, han estado lo más distanciados posibles. Catherine sabe que Arden también es consciente de esos recuerdos, lo que desconoce es qué podría estar sintiendo en la actualidad. No deja de preguntarse si él lo recordará con el mismo amor que ella.

Por otro lado, para distraerse, ha acondicionado el lugar para recibir a los piratas. Lin Shi le había confirmado con el halcón que llegaría dentro de poco con una gran flota del sur. Todavía no procesa que la señora pirata logró convencer a Ragnar de unirse a ellos.

Incluso si eso es cierto, no pretende bajar la guardia ante nadie.

Esa noche, encienden una hilera de antorchas por la costa para iluminar el lugar. Corre un viento frío que le hiela los huesos. Se estremece y acaricia sus propios brazos mientras mira al horizonte lejano. No hay luna esa noche, así que el mar está muy oscuro. Las leves ondulaciones en el agua cuando rompe la ola en la orilla son todo lo que alcanza a ver.

Cooke se acerca a la capitana y le pasa el telescopio, pero ni con eso alcanzaría a mirarlos; no hasta que estén demasiado cerca al menos.

—¿Algo la inquieta, mi capitana?

—Me preocupa que Ragnar haya aceptado tan fácilmente. No me pareció un hombre que confiase fácil en los demás.

—Estaremos listos, en cualquier caso. Ya los derrotamos una vez.

—Esa vez él estaba desprevenido, y no contaba con una flota armada.

—¿Crees que Lin nos traicione?

—No lo creo. Solo, manténganse alerta —ordena.

Se adentra a la isla de nuevo, ya han acondicionado un campamento improvisado para poder pasar los días y las noches frías en la isla sin sufrir demasiado. Algunos hombres están alrededor de una pequeña fogata mientras comen pescado y pican algunas frutas. No todos los marinos de Portgas se fueron con él, unos cuantos más decidieron acompañarla a ella a la isla. Ya llevaba un par de semanas conociéndolos, pero aún no confía del todo en ellos como en su tripulación.

Arden está recostado contra un árbol y finge escuchar a Harlan y a Digby. Ella nota su mirada perdida y se queda observándolo con total descaro. En el momento en que el pirata se percata de ello, voltea a verla directo a los ojos. Catherine se sonroja y rápidamente se aleja de allí. Entra a su tienda y se sienta en el suelo con las piernas cruzadas. Allí, respira profundo y cierra los ojos, debe controlarse o no podrá llevar a cabo la misión.

De pronto, siente que alguien entra, mas, no abre los ojos.

—¿Te vas a quedar ahí? —pregunta Arden.

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